19 de agosto

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-Ve a por esas cajas de allá-mi madre señaló unas cajas que había al lado de la biblioteca que se encontraba en ese gran salón. En ellas había muchos, muchos libros.

No sabía que al abuelo le gustara tanto leer.

De hecho, no sabía nada del abuelo.

Torpemente intente coger tres cajas para poder avanzar más rápido, pero la última caja resbaló entre mis manos haciendo que caiga al suelo, al igual que las cosas de dentro.

Unos cuentos libros antiguos, álbumes de fotos y una caja mediana redonda estaban esparcidas por el suelo.

El abuelo se encontraba como siempre, en ese sillón viejo, que seguramente tendrá abolladuras de tanto sentarse en él, con el periódico en la mano. Me estaba mirando, o eso pensaba hasta que se levantó y cogió la caja redonda del suelo.

-Aquí estaba-habló en alto con la voz ronca.

- ¡Anda! la caja de mamá-mi madre se acercó a él y juntos se sentaron en el sofá que tenía una manta por encima para cubrirlo del polvo. Yo recogí lo que quedaba en el suelo rápido y lo metí de vuelta en la caja.

Con eso los llevé al camión de mudanza y regresando a la casa me los encontré mirando el contenido de aquella caja misteriosa.

Eran fotos, cartas y objetos antiguos que nunca había visto.

Me acerqué a ellos por detrás curioso, miré las fotos, y hubo una en particular que me llamaba mucho la atención.

- ¿Esta eres tú mamá? - pregunté cogiendo aquella foto. Los dos me miraron, pero increíblemente fue mi abuelo el que contestó.

-Es tu abuela cuando tenía tu edad más o menos.

- ¿La abuela? - pregunté incrédulo, ya que era idéntica a mi madre. Los dos asintieron mientras seguían mirando algunas fotos-eres igualita a ella mamá.

-Era preciosa-no me lo podía creer, mi abuelo me estaba hablando, y más de dos palabras seguidas-eres preciosa-acarició la mejilla de mi madre.

-Me encanta como iba vestida-me refería sobre todo a aquella chaqueta de cuero que la abuela llevaba en aquel momento.

-Ay esa chaqueta tiene mucha historia.

-La chaqueta era también de tu abuelo-siguió mi madre.

-De echo-se levantó quejándose un poco de la espalda, donde mi madre lo agarró del brazo para ayudarle, acercándose a una caja que aún seguía en el salón- estaba seguro de que estaba aquí- y con esas palabras hace parecer aquella chaqueta. Me la tendió, realmente era muy bonita y se conservaba muy bien, me la probé y me quedaba perfecta, me acerqué a un espejo y me miré.

-Te pareces a mi cuando tenía tu edad-comentó mi abuelo, di algunos giros para verme mejor y así notando que tenía un nombre con un dibujo de una guitarra eléctrica.

- ¿Y esto?

-Cuando iba al instituto formé una banda de rock con mi mejor amigo- iba buscando entre las fotos que había en aquella caja murmurando cosas-mira-me tendió la foto en donde se encontraba el con la abuela y a su lado, quien creo que era, su mejor amigo de aquel entonces.

¿Cómo era posible que yo no supiera nada de esto? ¿Cómo era posible que no supiera nada sobre aquel hombre que llevaba a mi lado toda mi vida? Y lo más importante, ¿Cómo es que mi madre nunca me había comentado nada de esto?

Tenía muchas preguntas que necesitaba que contestaran, y este era el momento perfecto para que esas preguntas fueran contestadas.

- ¿Y cómo fue que conociste a la abuela? - un gran suspiro hizo eco en aquel salón, el abuelo me dio una media sonrisa y contestó:

-Todo empezó el primer día de clase de mi último año del instituto...

Aquello que fuimosWhere stories live. Discover now