Final

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El rubor de las orejas de Lan Zhan aumenta, sin embargo, él también sabe cómo molestarlo a su manera, así que toma las mejillas de Wei Ying para acercarlo a su rostro y besarlo castamente. Al separarse, prepara su siguiente movimiento y suavemente le sonríe. Tal y como espera, nota que en el otro las mejillas y nariz se tornan de rojo y arden. Wei Ying pierde la oportunidad de molestar a Lan Zhan al ser avergonzado rápidamente.

Se quedan un momento así, en medio de la naturaleza, en un silencio acogedor. Pronto se hace presente la necesidad de quitar las dudas de su esposo y preparándose para hablar, Lan Wangji lo mira profundamente.

—Eres increíble, me gustas... —comienza diciendo Lan Zhan, saboreando aquellas palabras que se habían impregnado en lo más profundo de su ser. —Diciéndolo de otro modo, te deseo, te amo, te quiero, no hay nadie más que tú, solo puedes ser tú... —Wei Ying lo mira asombrado, enternecido y una sonrisa anhelante quiere brotar de su boca, sus ojos brillan como estrellas y Lan Wangji sabe que aquellas palabras habían llegado como tenían que llegar. Pronto Wei Ying deja de mirarlo y se acerca lo suficiente para aferrarse a Lan Wangji, escondiendo su rostro avergonzado pero feliz en la curvatura del cuello del otro. El Segundo Jade también acude a la necesidad de abrazarlo y tenerlo de esa manera. Momentos después susurra en su oído. —Fueron tus palabras, Wei Ying.

Wei Wuxian levanta su rostro rojo, pero no emite ningún sonido, solamente sus ojos quieren comunicar lo que tal vez, en esta ocasión, su boca no puede decir, por fortuna, Lan Wangji puede interpretar esa mirada.

—Puedes hacerlo, es innecesario preguntar.

Tras aquello, Wei Wuxian se sobresalta pero no espera mucho tiempo para acercarse lentamente a aquellos labios que tanto quiere volverlos a probar y los besa, emitiendo una suspiro cuando se siente satisfecho de que el otro también lo besa.

Pasan las siguientes horas así, Lan Wangji dándole mimos y Wei Wuxian dispuesto a aceptar todo porque es él mismo quién quiere ser mimado. Lan Wangji se siente tan feliz de que la sonrisa que había perdido florezca en su amado cuando están juntos. Comen el almuerzo, Wei Ying bromea todo el tiempo con Lan Zhan, este último le sirve la sonrisa del emperador y cuando lo escucha regocijarse por pasar un trago por su garganta esboza una pequeña sonrisa.

El tiempo de regreso se hace cada vez más cercano, ambos lo saben, por lo que en lo que resta del tiempo se sientan fuera del Jingshi, Lan Wangji abrazándolo por detrás y Wei Ying recargándose completamente en él.

—Ayiah, se siente como una despedida, pero no lo es

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—Ayiah, se siente como una despedida, pero no lo es. —susurra, su voz es baja y se da cuenta de que el el calor que le proporciona Lan Wangji lo hace adormecerse, o simplemente ya es momento de volver.

—Estaré aquí cuando despiertes.

Wei Ying se gira un poco para poder mirar aquellos ojos dorados y luego extiende su mano para poder tocar su rostro.

El hechizo de la rosa - WangXianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora