Parte 4

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Aclarar lo pasado a los dos jóvenes Lan dedicó gran tiempo, sin embargo, luego de ello se dedicaron a conversar el resto de la tarde hasta que fue la merienda y entonces los chicos decidieron retirarse a sus habitaciones para darles un poco de privacidad.

—Aiyah, Lan Zhan, hasta tenemos un hijo, nunca hubiese imaginado que así sería mi vida. —un suspiro sale de su boca y sonríe. —Aún cuando arme todo un escenario de acontecimientos, no puedo conectarlos con esta vida. Me di cuenta de que algunas preguntas que te hice no fueron respondidas y supongo muchas cosas... Pero te agradezco por omitir lo que sea que ocultes. —estaban sentados uno frente al otro, Wei Ying aprovecha que la mano derecha de Lan Zhan estaba dejando los palillos en la mesa y la toma entre la suya. —Gracias. No imaginé que podrías ser tan bueno conmigo.

—No es necesario agradecer. —una pequeña sonrisa se asoma en su rostro etéreo, calentando el corazón del otro.

La boca de Wei Ying actúa antes que su cerebro y entonces las palabras fluyen sin darse cuenta. —Es fácil entender por qué me enamoré de ti.

Al escucharse y Lan Wangji escucharlo, se sonrojaron rápidamente, las mejillas de Wei Ying y las orejas de Lan Zhan.

Wei Ying se aclara la garganta. —Yo... soy tu esposo...

—Mnm.

—Yo quería saber si tú... bueno...

—Puedes pedir cualquier cosa.

Wei Wuxian sonríe avergonzado pero audaz. —Me pregunto si ahora mismo yo... quiero decir, Lan Zhan yo... quería saber si tu... ¿me dejarías darte un beso más?

Lan Wangji sonríe con calidez. —Todos los que quieras.

Con aquellas palabras fue sufiente para levantarse y sentarse a su lado algo dubitativo, para al segundo siguiente lanzarse a los labios de Lan Wangji. Se besaron despacio y luego con avidez, Wei Wuxian quería sentirse amado y le gustaba como sus labios eran reclamados de esa manera por Lan Zhan.

No supo en qué momento se había subido al regazo del otro, con sus piernas a cada lado de la cadera de Lan Zhan. Sus brazos estaban extendidos y abrazados al cuello de este y los brazos fuertes de Hanguang-Jun abrazaban con tanto amor su cintura y espalda.

—Más... —murmuró Wei Ying sobre los labios de Lan Zhan cuando se separaron por unos segundos, esto bastó para continuar uniendo sus bocas, cada vez más dedicados a disfrutar del contacto significativamente. —Ah, Lan Zhan...

—¿Qué pasa?

—Yo soy tu esposo... Nosotros hemos ido más allá de los besos, ¿verdad? No me imagino que tan lejos hemos llegado.

Las orejas de Lan Wangji se enrojecieron, a pesar de todo, su esposo siempre buscaría avergonzarlo. —Desvergonzado.

Wei Wuxian sonríe de forma pícara antes de poner un expresión inocente. —¿Eh, Lan Zhan? ¿Dije algo malo? Somos esposos, es normal, ¿no? Además, dudo a que yo pudiera resistirme mucho al Segundo Jade de Gusu Lan, al gran Hanguang-Jun y tú tampoco, con lo bien que besas yo creo que dormir era un punto aparte.

—¡Wei Ying!

—¿Qué? ¿Es erróneo lo que dije? —Lan Wangji no responde, lo mira con lo que parece ser un reproche. —Aiyah, no quiero irme sin antes saber como es tener un esposo como tú.

—Lo sabes en el futuro.

—Quiero ser yo... Realmente... —se apresura a decir. —Tal vez en el futuro yo sea alguien muy feliz a tu lado, pero en este momento... Yo realmente quiero aferrarme a tus palabras, con todo lo que me dijiste no pude evitar pensar que todo era un broma de mal gusto, sé que no eres así, pero hace poco pensaba que me odiabas... Sin embargo, llegaste y me dijiste que me amabas, que soy tuyo, tu esposo.

Lan Zhan escucha todo con atención, luego de un momento se permite extender sus manos y acariciar las mejillas del otro con cariño, acercándose hacia su rostro pero deteniéndose a una distancia menor.

Wei Wuxian vuelve a hablar. —El yo del futuro lo sabe perfectamente, pero yo... ¿cuántos años tengo que esperar para sentirme amado?

—Wei Ying. —lo llama inmediatamente, besando sus labios después. —Siempre te amaré, no es cuestión del tiempo, sino tu decisión de querer que lo haga.

—¡Quiero hacerlo! Tal vez es repentino, pero ¡Realmente! Ah, Lan Zhan, yo... Siento que me gustas y te quiero... Me di cuenta de esto ahora, porque yo no podía ni siquiera pensarlo antes, ¡me refiero a-! Hay tantas guerras y ahora el mundo está en mi contra, ¿podía detenerme a pensar en lo que sentía?.. Pero ahora todo está atrás, ¿verdad? Estoy en un futuro donde tú me amas, alguien como tú me ama, a pesar de mi cultivo, ¡no sé qué pasó! ¡Pero de alguna manera lo aceptas! Te casaste conmigo, aún no puedo creerlo del todo... Pero aún así, antes de irme, quiero estar contigo, quiero llevarme el recuerdo de que en el pasado, donde todo el mundo me odia, tu me amaste tanto... Tanto... Si tu me amas, entonces yo...

La voz de Wei Ying se quiebra y sus ojos brillan por las lágrimas que no se dio cuenta que se acumulaban en las orillas sin derramarse. Lan Wangji no puede soportar mucho y tras quitarse la cinta de su frente se lanza a los labios del otro, besándolo con pasión y dedicación, sus manos ya no se detuvieron y tocaron a Wei Ying quien estaba satisfecho con las caricias. Poco después lo levanta en sus brazos sin dejar de besarlo y lo deja en la cama para seguidamente acostarse sin poner todo su peso encima de él. En medio de las caricias y besos, se desvistieron hasta quedar completamente desnudos, fue el momento ideal para Lan Wangji de besar y dejar marcas en su cuello y en todas las partes en donde Wei Wuxian se retorcía de placer, comenzaron a haber más roces y sus cuerpos quemaron cada vez más. Los dedos de Lan Wangji estimularon su entrada, haciendo que temblara por la nueva sensación que experimentaba, se sentía abrirse ahí abajo y húmedo por los juegos previos; aún así pensaba que el tamaño de Lan Zhan era demasiado para él, sin embargo, cuando entró en él poco después, su cuerpo lo había recibido naturalmente y casi no había dolido, supuso que era porque ya estaba acostumbrado a la vida como el esposo del Segundo Jade.

Las estocadas empezaron, suaves pero certeras y luego rápidas y profundas, robándole jadeos y gemidos a Wei Wuxian, que empezaba a amar esa sensación.

El hechizo de la rosa - WangXianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora