Quién, por cierto, ofendida, se separó de la mujer para mirarla con ojos furiosos.

--- ¡Por supuesto que no! ¡Suki juega conmigo pero siempre hace que sea divertido, no como mamá que siempre hace que llore cuando él cree que estoy dormida!--- se cruzó de brazos, inflando sus mejillas para darle la espalda a la psicóloga.

--- ¿Tu mamá hace que tu hermano llore?--- con una voz suave, Lily se volvió a acercar, colocando ambas manos sobre sus muslos para evitar tocar la niña.

--- Suki siempre dice que no me preocupe cuando ambos juegan en la sala, pero no me gusta que lo hagan, mamá suele romper muchas cosas y empujarlo sobre las cosas rotas... Siempre me dice que corra al cuarto y así lo hago, pero sus voces siguen escuchándose... Y los golpes también.--- sollozó suavemente, tallando sus ojitos.
--- Una vez me quedé abajo, tenía miedo de que si me iba mi hermano ya no regresaría, y-y...--- sorbió su nariz ante el recuerdo.

--- M-Mi mamá lo golpeó con su botella de jugo y S-Suki ya no se movió, ese jugo de tomate salía por su cabeza y nariz...--- abrazo al oso de felpa, derramando lágrimas sin poder detenerse a ella misma.
--- T-Traté de despertarlo pero no lo hizo, s-solo que quedaba ahí...--- cerro sus ojos, lamentándose pues volvió a ver a su hermano en el suelo.

--- Yuko, cariño, vamos, respira conmigo.--- dijo la psicóloga, tomando una cobijita que estaba a su lado y la puso sobre los hombros de la pequeña.

--- Se ve que tu hermano es alguien muy bueno-

--- ¡Por supuesto que lo es! La gente siempre dice que es un monstruo, ¡Pero no es cierto, el único monstruo es mamá! Ella es sus tontos juegos, ¡Hmph!--- hizo un puchero, cruzándose de brazos antes de tirarse al suelo, dispuesta a hacer una escena de berrinche.

--- Dime, Yuko, una última cosa, ¿Alguna vez tus padres han sido buenos contigo?---

Y el lugar quedó en silencio.

Lentamente, la niña se levantó del suelo, dejando una mancha de mocos en la alfombra para ver directamente a la mujer.

--- No...--- murmuró, casi como si Yuko apenas se diera cuenta de la realidad.
--- Mamá me dejó muchas veces en los parques, sola, Suki siempre iba por mi, pero nunca se quedó a jugar conmigo... Ella solo quería... Deshacerse de mí.--- sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas, pero ahora, se levantó completamente y miró a la puerta.

--- No me gusta hablar de esto... Quiero a mi hermano.---

--- Yuko-

--- ¡Quiero a mi hermano ahora! ¡Lo, quiero, lo quiero, lo quiero-

--- Yuko, cariño, vendrá por ti-

--- ¡No, no quiero que venga por mi después, lo quiero ahora, no quiero estar contigo! ¡Quiero ver a Suki!--- gritó, corriendo hacia la puerta para después abrirla y salir corriendo, esquivando a Sayuri mientras buscaba a su hermano.

--- ¡No, no quiero que venga por mi después, lo quiero ahora, no quiero estar contigo! ¡Quiero ver a Suki!--- gritó, corriendo hacia la puerta para después abrirla y salir corriendo, esquivando a Sayuri mientras buscaba a su hermano

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Aizawa no sabía cómo pero el odio por la mujer que tenía a su lado solo se intensificó en estos minutos en los que Yuko había sido interrogada.

Era algo impensable.

--- Muy bien...--- hablo el juez, rompiendo el crudo silencio.
--- ¿Los abogados tienen algo que decir?--- los Bakugou's se veían acorralados, eso era bueno.

Su deseo de separar a ambos no iba a ser posible, pues ella enserio creía que Katsuki era agresivo con todos incluido su hermanita, no sabiendo que ella era la única villana (además de Masaru) en cualquier historia que vieras.

La pelea ya estaba perdida.

Pero Mitsuki se negaba a verlo.

--- ¿¡Están ciegos, acaso!?--- grito, exaltando a todos los presentes.
--- ¡Ese mocoso es un manipulador, está jugando con todos ustedes! ¡Él puso a mi hija en contra de mí, le gusta la maldita atención y por eso hizo todo esto-

--- Señora Bakugou-

--- ¡No creas que has ganado, pequeña mierda, se que estás disfrutando esto pero el mundo entero se dará cuenta de lo que eres! ¡Un maldito mentiroso y débil, un villa-

--- ¡¡SEÑORA BAKUGOU-

La puerta fue abierta de sorpresa, por lo que todas las miradas cayeron sobre la pequeña que recientemente llegaba a la sala, pero no se detuvo, solo corrió hacia su hermano mayor, abrazando sus piernas con fuerza.

--- ¡Yuko!--- la voz de Mitsuki la hizo saltar, rápidamente ocultándose detrás de Katsuki.
--- ¡Ven aquí, sabes que tu hermano es un mentiroso! ¡Ahora ven aquí!--- dio fuertes pasos para acercarse a los menores.

Todo sucedió demasiado rápido.

Los de seguridad ya estaban a centímetros de Mitsuki cuando ella tomó el jarrón donde les servían agua a los participantes en el juicio y lo lanzó hacía sus hijos.

El fuerte crujido del vidrio junto con el grito desgarrador de Yuko fue toda la evidencia que el juez necesitaba.

--- ¡¡SEGURIDAD!!--- exclamó, furioso.
--- ¡Sienten a la señora para poder dar su veredicto!--- observó al jurado, quienes también habían visto suficiente.

--- Niño, maldición- ¿¡Por qué no llegaron antes!?--- grito Aizawa, tomando a su alumno quien había recibido el impacto justo a su costado, protegiendo a su hermana del impacto.

Pero fue para bien.

Mitsuki Bakugou había sellado su destino.

Mi Hermanito.Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt