"El comienzo"

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Estaba descansando tranquilamente en mi habitación cuando dos toques en la puerta y gritos de mi Tía Marta me despertaron.

-¡Joy! Baja a desayunar, se te hará tarde!. - gritó detrás de la puerta para después bajar  hacia la cocina.

Suspire, era mi primer día en  secundaria, no quería ser humillada o conocer a los hijos millonarios, bravucones, etc. Entre suspiros pesados me dirigí al baño para tomar un rápida ducha matutina.

10 min después.

-Vas a llegar 15 minutos tarde si no empiezas a comer ahora. - dijo con su típico semblante neutro mientras me observaba.

- Está bien, ¿tendré que ir caminando? - dije mientras me dedicaba a desayunar.

- Te daré dinero para el boleto, solo no llegues tarde a la casa hoy, ¿ok?- exclamó sin interés, fingiendo una sonrisa.

-Ughum...

Al terminar el desayuno tome el dinero, me despedí y comencé mi camino hacia la parada del autobús. Mis pies se sentían pesados, a la velocidad en que me desplazaba no me importaba perder el autobús en lo más mínimo.

Conecte mis auriculares y comencé  a reproducir "Boyfriend" de Justin Bieber. Disfrutaba de dicha canción hasta que llegaron los anuncios. "Cambiate a Spotify Premium,para escuchar s tus artistas favoritos"- y toda esa mierda.
Suspire con suavidad mientras  me colocaba debajo del techito al llegar a la parada, deje caer mi cabeza apoyando esta sobre la pared del pequeño cubículo. Porque si, la parada era una pequeña casita con un asiento a lo largo para esperar el bus.

Leves recuerdos
Mi tía fingía quererme, su sonrisa sarcástica y su forma tan antipática de mandarme a la mierda eran únicas.

Pero mi tío en cambio era tierno y dulce, era el padre que nunca tuve, y eso me hacia feliz. Extrañaba mi vieja vida, mi ex novio, que aunque no terminamos de la mejor forma fue parte de
muchas sonrisas.

Mis amigas, compañeros, mis padres. Los odiaba, ¿Cómo podían dejarme en el momento más importante de mi vida?. En la escuela me llamaban la "huérfana" y odiaba esa palabra, hasta oírla en libros me hace enojar.

Baje del autobús al llegar a la secundaria, mi vida se basaba en suspiros, camine con rapidez para no llegar tarde. Entre al Salón 6 sentándome en uno de los pupitres cuando una chica se me acercó con notoria felicidad en su rostro.

-Hola! ¿Eres nueva? Que súper, soy Agus. Espero podramos ser mejores amigas - dijo con notoria felicidad.

Ver aquel rostro tan brillante me hicieron recordar que tengo que comprarme unas gafas de sol.

- Hola, soy Joy, un gusto conocerte. - le dije regalándole una sonrisa.

Estuve un buen rato intercambiando palabras con Agus, me pidió mi número de celular y con gusto se lo di, más toda charla término cuando la profesora entró al Salón y este estaba en un sorprendente silencio.

- Buenos días, soy Alexandra, la profesora de Biología. Y si no quieren que les haga las calificaciones imposibles será mejor que estudien. Porqué no regalo notas- dijo con un semblante serio y con tono de Superioridad.

Uff, si que mi vida en este nuevo lugar sería un infierno.
Y más por los hermanos Harrison. ¿Qué, pensaron que esto sería una vida aburrida? Dije que sería el infierno, y ellos son los Diablos

...

-Joy, ¿conoces a los hermanos Harrison? - dijo arqueando el entrecejo mientras me miraba con diversión-

-No, ¿acaso debería conocerlos? - dije sin importancia sintiéndome superior. Si Joy supermarcy.

Observe a Agus tomar su jugó en caja mientras me miraba preparándose para contarme mil y un millón de cosas de estos hermanos Harrison.

-Ellos son los más famosos del Colegio!. Nicolás el hermano mayor es el presidente estudiantil, es muy sexy y siempre viene de traje. Laura es su novia, así que no cruces palabras con ella o es posible que te tire brillitos de chica fresa- dijo burlona mientras ambas reíamos.

Quizás tenga un saco de boxeo este año, oh a Laura como uno. Baje mi mirada comiendo de la gelatina que había comprado hace un rato.

-Luego esta Erick, el segundo hermano, es un completo mujeriego, tiene un tatuaje en su espalda de una serpiente, es el líder del equipo de baloncesto. Es muy sexy y dicen que en la cama es... Uf. - sonríe vergonzosa y con las hormonas en el aire.

-Ya te acostaste con el, ¿verdad? - dije alzando mis cejas una y otra vez poniendo un gesto pícaro.

-Si... Pero al día siguiente me dejó de hablar, éramos Buenos amigos... - suspira triste y baja su mirada a su jugo.

-Es un idiota, se perdió a una chica muy linda. No estés mal, los idiotas así les llega el karma. -

Dije con sinceridad acariciando su espalda, vi una sonrisa formarse en sus labios lo cual provocó lo mismo en mi.

-Gracias... De verdad me caes muy bien Joy! - dijo sonriente mientras terminaba su jugó.

Solo negué y sonreí, le di otro bocado a mi gelatina mientras la escuchaba atentamente.

-Y por último tenemos a Adam. Es un chico simpático, no suele hablar mucho pero no genera problemas. Tiene cabello rizado y viste siempre de negro. Es coqueto y agradable. - dijo terminando su cuarta caja de jugo.

-Mierda, chica te vendrá algo al estómago si sigues tomando jugo. Hoy tapas la cañería del Instituto- dije riendo

La risa contagio a mi ahora "amiga" y nos sonreímos chocando nuestros puños. Ella era una chica de piernas gruesas, cintura algo pequeña, pero su cuerpo estaba dividido en buenas proporciones. Tenía pestañas largas, nariz fina y cabello negro. Además de aquel delineado que remarcaba más sus ojos, más la sonrisa que poseía, sus ojos se ocultaban siendo tapados por sus cachetes, era linda, y si me gustaran las chicas diría que estaría enamorada de ella.

En cambio yo, era de piernas gruesas, delgada y con atributos pequeños pero sensuales que se ajustaban a mi físico. Mis ojos eran celestes y tenía leves pecas en mi rostro, mi cabello pelirrojo me hacia lucir como si fuera de nacionalidad canadiense.

Aunque no lo era, era latinoamericana y no me ofendía decir de donde vienen mis raíces ni mucho menos mi gente.

-Ya veo, bueno, espero no juntarme con ellos, porque de seguro se armaria una pelea de gallos. No me gustan los chicos que se creen más que otras personas- dije con serenidad bajo la atenta mirada de Agus.

Su mirada de pronto se dirigió hacia la puerta de la cafetería y con curiosidad mire hacia aquella dirección. Un chico bien vestido, con su cabello castaño hacia atrás bien peinado, a simple vista podría decir que era Nicolás, su sonrisa perfecta lograba sonrojar a las chicas.

A su lado venían dos chicos, el del medio vestía el uniforme del equipo de baloncesto, su mirada profunda y sensual hacia mojar a las chicas, y vaya que su voz era de otro mundo. El podría ordenarme que me arrodillara ante el y lo haría con todo gusto, pero no precisamente para rezar. Mis sensores de mujer, o mejor mis hormonas me decían que el era el famoso Erik, el mujeriego y el responsable de tantas tangas mojadas.

Y por último Adam, un chico de cabellera dorada, ojos verdes, carajo, me dejaron hipnotizada. Vestía de negro, como los famosos chicos de Pinterest, el venía de Pinterest de seguro, los padres estaban mirando la página mientras lo hacían o quien sabe. Era alto, pero no tanto como sus hermanos. Su mirada se cruzó con la mía y por unos segundos sentí una extraña conexión, el chico me estaba sonriendo.

Estaba de acuerdo, los hermanos Harrison eran unos dioses. Pero Adam... Era un príncipe escapado de un cuento de Hadas.

Mi infierno recién comienza, y se que valdrá la pena hundirme en sus llamas con encontrar las respuestas a mis preguntas.

Hola bebés! Espero les guste este capítulo, espero recibir apoyo!. Lxs amo!

Mentiras OcultasWhere stories live. Discover now