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HOODIE; 03.

"O; Okay, sí, estoy celosa."

"Pero ahora estas en los brazos de alguien más porque yo me he ido."

Su respiración se vio estancada en su garganta y sus manos cayeron sin cuidado en sus costados, abandonando su agarre anterior en las mangas del hoodie que se dividía en su espalda, y con un sentimiento confuso creciendo en su estomago se quedó observando en dirección de su amiga, o más bien, con quien su amiga estaba hablando; su sonrisa brillaba y llegaba hasta sus ojos, haciendo que inevitablemente estos se volvieran un poco chinos.

"Cuando sonríes tus ojos sonríen también" recordó haberle dicho una vez.

Su cabello ya no caía como cascada sobre sus hombros, noto que este apenas rozaba su chaqueta de cuero y sonrió inconscientemente al notar cuan hermosa lucia la ojiverde, cuanto, a pesar de haber pasado solo meses, había cambiado dándole ese "golpe de pubertad" que Lauren más de una vez deseó pero que Camila siempre supo que no lo necesitaba. Sus ojos verdes no se daban a lucir demasiado gracias a la poca iluminación, pero de vez en cuando, una de esas luces de colores chocaba contra su rostro y estos brillaban alegrando la noche de Camila.

Aunque esa felicidad no duró mucho.

Sus ojos cafés viajaron a tan solo centímetros de donde L estaba, enfocando su vista y frunciendo sus cejas en molestia al ver a cierta chica morena tomar la mano de su Lauren, notar como esta se acercaba peligrosamente hasta el rostro de ella y plantaba un beso en su mejilla... cerca de los labios.

¡Aquella morena besó la comisura de Lauren! ¿Quién se creía como para hacer eso?

Sus puños se apretaron y su sonrisa cayó convirtiéndose en una mueca; en un pasado, ella iría hasta donde Lauren y su acompañante estarían y marcaria su territorio, demostraría quien manda y a quien la ojiverde le pertenece dejando un gran, húmedo y caliente beso en sus labios. En un pasado, ella estaría al lado de la ojiverde tomando su mano y entrelazando sus dedos mientras miraba mal a aquella chica. En un pasado, Lauren notaria sus celos y se iría sin decir una palabra junto con ella y le repetiría mil veces que ella, Karla Camila, era la única en su vida y que no debía de dudar eso.

Pero ahora lo hacía, y se enojaba por la vil mentira que Lauren le había dado, pero más se enojaba con ella misma porque, sencillamente, si ella no le hubiera terminado, Lauren no estaría con aquella chica la cual ahora lograba reconocer.

Lucia Vives.

La misma Lucia a la que Camila tantas veces maldijo por coquetear con Lauren.

La misma Lucia que Lauren juró ser solo amigas.

La misma Lucia que le generó mil inseguridades consigo misma.

Olvídenlo, estaba más enojada con Lauren.

Con un pisotón y con su quijada apretada, Karla se dio media vuelta y sin pensarlo demasiado tomó de su bolso las dos botellitas de vodka sin importarle dejar sus pertenencias allí, sin supervisión y alrededor de al menos cien personas borrachas, y se alejó del lugar yendo a lo que ella creía ser el patio del lugar con sus pasos torpes y descuidados y, aunque cualquiera pensaría que estaba ebria, ella estaba caminando así gracias a su inestabilidad emocional; su corazón dolía de tal manera que, aun cuando no es posible, ella afirmaba sentir dolor físico también. Sus ojos se llenaban de tontas lágrimas que eran limpiadas violentamente con su muñeca, negándose a llorar por una tonta, insensible, mentirosa, farsante, preciosa, perfecta, atenta, dulce y estúpida Lauren.

Ya suficiente lloró.

O quizás no.

HOODIE ! CamrenWhere stories live. Discover now