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HOODIE; 02.

"O; Oh, quizás te extraño"

"No pude guardar tu amor, no pude guardar tus besos.

Pero todavía sigo usando tu suéter y me hace pensar en tí."

                  La fiesta no era lo que ella había esperado, o quizás era el que su ánimo había cambiado tan repentinamente que sin querer las ansias habían desaparecido, y maldijo en su interior a aquel tonto hoodie.

Hoodie que de todos modos estaba sobre sus hombros, y aunque no combinaba para nada con su vestido favorito (ahora limpio, por supuesto) a ella le gustaba, le reconfortaba poder sentirlo allí. De vez en cuando jugaba con las mangas de este mismo en un bobo intento de desaburrirse, pero su ánimo solo se veía en picada al recordar como esas mismas mangas hace no más de 4 meses cubrían los brazos de su ex.

¿Por qué, justamente hoy, volvía a pensar en ella? Creyó haber superado la etapa de niñata arrepentida por sus decisiones hace ya dos meses, pero al parecer no, pues sus ojos comienzan a picar de una manera dolorosa mientras sus pensamientos siguen vagando en ella.

Pensaba en sus ojos, que en un pasado que lucía tan lejano la miraban como si ella, Karla Camila Cabello, la persona que no mucho tiempo después logró herirla pero también le enseñó como amar verdaderamente, fuera lo más maravilloso del mundo. Ojos que de vez en cuando, dependiendo su humor, lograban cambiar de colores y que cuando la miraban a ella brillaban en un intenso verde.

Pensaba en sus cejas pobladas pero tan perfectas que le tenía envidia de la buena, recordaba como ella misma en ocasiones las despeinaba logrando que la ojiverde riera como una niña pequeña, pidiéndole que no lo haga ya que lucía como típica villana de Disney. Como aquellas cejas se alzaban cuando se sorprendía, se suavizaban cuando la veía, se fruncían cuando algo le molestaba o estaba celosa.

Pensaba en su pequeña y linda nariz, pensaba en cómo se fruncía tiernamente luego de una sesión de besos, como la arrugaba momentáneamente cuando apartaba la mirada en una clara señal de molestia, como la rozaba con la suya en un beso esquimal. Como Camila dejó tiernos besitos en la punta de ella.

Pensaba en su mandíbula, en lo perfectamente marcada que estaba, como esta formaba una L suave cuando ella miraba en frente y como esta se veía aun más sexy cuando Lauren la apretaba cuando algo le disgustaba, o más bien, cuando ella no conseguía lo que quería. Recordó con detalle las veces que sus labios delinearon aquel lugar.

Pensaba en sus labios, en sus rosados y suaves labios, pensaba en que extrañaba exageradamente como estos ser curvaban en una perfecta sonrisa mientras mostraba sus perlas blancas. Anhelaba el poder sentirlos tan solo una vez más sobre los suyos, o tan solo sobre su piel.

Pero solo pensaba y extrañaba.

Solo pensaba y se arrepentía.

Llevo la punta de sus dedos hasta sus labios y los rozo allí, pero al instante de darse cuenta de lo que estaba haciendo se sintió ridícula. Negando, se colocó de pie y su mirada iba de un lado al otro como partida de ping pong, intentando encontrar la cabellera rubia de su mejor amiga, y cuando lo hizo sonrió dispuesta a ir.

Pero su sonrisa se volvió una expresión de sorpresa y desconcierto, y su pie volvió en donde antes estaba.

Y su estomago dio un vuelco, junto con un extraño dolor en su pecho.

HOODIE ! CamrenWhere stories live. Discover now