Capítulo 3: A History Lesson

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-Es toda una mamá gallina-, mencionó Lyle a Bartok mientras observaban a Anna realizar unos cuantos escaneos más después de quitarse los guantes.

-Cuando llegue el momento, será una gran madre, aunque no me extrañaría que en cuanto el niño se recupere nos pida que lo adopten-. contestó Bartok, aunque en su tono no había más que cariño y un mínimo atisbo de esperanza.

El Fénix estaba encaramado en el cabecero de la cama, observando a todos, todavía sin confiar en ninguno de ellos con el joven sumiso que todos cuidaban. Bartok lo comprendió, a estas alturas estaba casi cien por cien seguro de que el sumiso que yacía inmóvil frente a él era la pareja de este Fénix. Si Bartok estuviera en su lugar, haría lo mismo.

Habían pasado muchas cosas desde que llevaron al joven a su casa. Bartok se había presentado ante el Consejo de Terradore para solicitar la custodia de urgencia, con todas las pruebas que aportó habían concedido inmediatamente al clan Claremore la custodia completa hasta que el niño estuviera lo suficientemente bien como para poder opinar. Los muggles responsables del abuso estaban siendo reunidos y llevados a la oficina de los Aurores de Terradore para que pudieran juzgarlos.

El Consejo había decidido que con la visión actual del Ministerio Británico sobre las criaturas sería mejor que se ocuparan de ello. Después de las purgas, la mayoría de los gobiernos mágicos de todo el mundo habían aceptado la petición del primer Consejo de Terradore de que todas las criaturas, sin importar dónde hubieran nacido, obtuvieran la ciudadanía plena en Terradore. Y como el joven sub había pasado por su herencia, el Consejo tenía derecho a juzgar a los muggles. Todavía no sabían el nombre del joven sumiso, pero estaban seguros de que en cuanto alguien encontrara a los muggles lo sabrían. Probablemente Bartok podría haber revisado las pertenencias del chico, pero su vida había sido tan mala que Bartok sabía que si lo hacía la confianza del joven sumiso quedaría para siempre fuera de su alcance. Y con todo lo que su clan estaba tratando de hacer, eso no funcionaría.

El abuso de menores era uno de los delitos más importantes en su mundo, todos los niños debían ser apreciados. El joven no tendría que volver a estar frente a sus abusadores. Sin embargo, Bartok pensaba asistir a todas las partes del juicio, prometiéndose a sí mismo que harían justicia.

Issy había insistido en que amueblaran la habitación del joven. Ya contaba con todo lo básico, pero Issy insistió en que hubiera más artículos personalizados. Antes de que pudieran trasladarlo de la habitación de curación a ésta, habían cambiado el papel pintado a un verde esmeralda que hacía juego con los ojos del sumiso. Y cuando Issy llegaba a casa del trabajo cada día con más y más accesorios para la habitación, almohadas, lámparas e incluso un nuevo marco de cama de roble blanco, sólo el lógico discurso de David sobre cómo significaría más para el chico elegir la mayoría de las cosas que ella quería comprar para él hizo que se detuviera. Con la forma en que había crecido, el hecho de que se le permitiera elegir todo lo que quisiera probablemente le abrumaría al principio, pero el hecho de que se le diera tanta libertad significaría mucho para él.

Tenían la esperanza de adoptar al joven, ya que todos se habían enamorado de él. Su espíritu indomable les había encantado a todos. Pero primero tendrían que hablar con él, aunque se preocupaban por él, el joven no los conocía en absoluto, y no era justo para él que no tuvieran en cuenta su opinión. Sin embargo, ahora mismo, el joven necesitaba concentrarse en descansar y curarse.

Anna pronto hizo que David se sentara detrás del chico, inclinando su cabeza hacia atrás para que pudieran darle pociones nutritivas y algunas otras. Necesitaba comida para curarse bien, pero su estómago estaba demasiado encogido para recibir lo necesario. Y como no podía ingerir alimentos, tardaba más en curarse. La falta de energía le hacía dormir constantemente, lo que les daba pocas oportunidades de alimentarle. Era un ciclo interminable contra el que luchaban con un flujo casi constante de pociones nutritivas. La Ninfa del Bosque estaba decidida a que el chico se levantara y pudiera ganar peso lo antes posible.

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