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Naoto no puede expresar el odio que está sintiendo ahora, su padre estaba siendo demasiado posesivo, comprende al alfa joder, lo comprende pero, amenazarlo con una denuncia de alejamiento a Kazutora era innecesario.

—Buenas mi amor—Levantó su vista del piso, para mirar al dueño de esa voz, a su alfa el cual estaba en su moto, sentado en el portón. Este le hizo un ademán para que se acercará.—ven mi pericote

—¡Tora!

Su brazos se extendieron para saltar a los de su pareja, disfrutando de su agradable almizcle, mientras el destila del suyo, para reconfortar a su alfa.

—Dejame robarte, prometo devolverte a la hora de salida, así tu padre no sospechara— Kazutora siempre espera tener el consentimiento de Naoto, no quiere hacer nada que su chico, no quería, por más mínimo que sea, el quiere su opinión.—Te llevaré a un resort de mi familia junto al mar, después de todo es verano y hoy toca clases generales— acotó, observando los bonitos ojos azules eléctricos.—Mikey, Micchy, Emma, Draken, Chifuyu, Baji Mitsuya y hakkai, lo hermanos kawata.... ¿Los haitanis?— bueno esos estaba en duda, Smile y angry se empezaron a llevar demasiado bien con esos alfas de un momento a otro.—ira todos la manada en pocas palabras

—que yo sepa los trovadores jamás niegan una canción

El ojidorado tomo ese comentario como visto nuevo para, tomar la cintura de su pareja, acomodandolo en su moto, mientras la arranca para sacarle la lengua a Atsushi Sendo, que venia en su dirección.

—¡Vámonos!

(...)


Sí alguien le hubiera advertido, que pasaría ese momento idilico loco adolescente de novela, fanfic a lo wattpad, se hubiera reído y dicho que separe la realidad de la ficción, que cosas así no pasan en verdad.

Le está sucediendo, se siente tan poco realista, que lastima su corazón de una manera agradable por qué puede que se quede estancado deseando volver a este momento una y otra vez.

—Te amo Naoto

El ocaso le dió ese toque necesario, auque existe el miedo de que al día siguiente todo se destruya a trocitos tan finos como vidrio molido, a simple vista no parece lastimarte hasta que se ingiere.

—Yo también te amo Kazutora

Se acerco a besarlo, suavemente, sintiendo que el contrario toca la desnuda piel de su cintura con cuidado, frágil, poco a poco la intensidad de su beso se vuelve pasional, hundiendo a la pareja en un vertiginoso viaje de deseo carnal primario, fundirse en el contrario hasta que no quede ninguna gota de individualidad física o espíritual.

Su espalda termino sobre la arena, la sudadera de Kazutora que cubría su piel fue utilizada como manta para recargar su cuerpo sobre está, sintiendo que las manos hacen un desnivel de exploración tortuosa y lenta, los dedos se hunden entre los huesos de su pecho, mientras la boca de su alfa deja la suya para bajar por su sensible cuello, propinando mordidas suaves, que de golpe le sacan jadeos profundos.

Una playa privada, mientras sus amigos estaban adentro haciendo lo suyo, el estaba aquí disfrutando de como la caliente boca juegan con sus pezones, mordiendo, chupando, por momentos los hace moverse con su lengua.

Las manos del alfa se adentraron por el bañador, jugando con ambos jugosos par de globos, amasando, dando leves nalgadas sintiendo que rebotan sobre su mano.

—Quiero anudarte.... De una manera tan cruel— susurro hambriento, mientras lo miro a los ojos, examinando su arte, que dentro de poco se volverá su obra maestra.—quiero imprenarte— sus dedos pasaron sobre el vientre del chico el cual gimió ansioso.

—¿Que te detiene? Alfa

Sus palabras se quedaron sin aliento cuando los dedos jugaron con su entrada, su primera vez sería en la playa, en el ocaso, justo con su alfa, que lo desea con tanta intensidad que parecía querer desgarrar su piel para beber de él.

Sus labios se volvió un mar de sonidos incoherentes mientras sus ojos por momentos podían ver el arreból, en otros solo la nada por el placer causado en esos pocos inocentes movimiento de dedos maestros que en definitiva demuestran su maestría sobre cualquier instrumento.

Ver estrellas estaba sobrevalorado, el podía sentir la forma en la que su cuerpo hierve por el contacto de piel con piel, como es tan brusco el roce, que parece quemar la superficie.

—voy a entrar

Naoto llevo una de sus manos sobre el brazo que se encuentra al lado de su rostro, poniendo su manos sobre el dorso, mientras su alfa cambia la posición, uniendo sus manos, apretando la más pequeña para transmitirle su confianza e entrega, sobre el omega al cual le dedicara su vida una vez lo muerda.

—Ah!~

Sus piernas temblaron, cuando el pene entro por completo, haciendo que la sensibilidad hiciera lo suyo, gimiendo alto pero, las olas del mar lo callaron.  Se movió, sintiendo el suave movimiento, rosando sus adentros, haciéndolo sentir oleadas y descargas que terminan haciendo que busque de que sujetarse al no saber cómo reaccionar al placer.

—Tora~—Sus garras se entierran en la parte más alta, sus gemidos se ahogan en la boca del contrario, sus ojos solo buscan el dorado caníbal que lo mira como si fuera su última noche en vida.—Kazutora!~ la saliva creo un camino bajando por su quijada aa su cuello el alfa lamió con posesividad ese rastro disfrutando del elixir.

Las paredes de Naoto eran calientes, tenían aprisionado a su miembro con fuerza y cada momento la fricción solo lo ahogaba mas, haciendo que su descontrol fuera más, sentía como se hace paso, como se cierra, como la base de su mienbro es ahorcada, impidiendo que saliera del todo pero, eso solo lo motiva a darle estocadas profundas, que lo hagan gritar mientras llora de placer.

Sus caninos crecieron, testificando que estaba muy cerca de venirse a la par de que crezca el nudo, quería cambiar de posición pero, lastimaria a su pareja si hace que se arrodille sobre la arena, optó por sentarse poniendo a su omega a mirar el paisaje mientras vuelve a hundirse en el, lamiendo la nuca para poner su marca, sabe que tiene el consentimiento de su lindo novio por eso no hizo de esperarse, sus dientes perforan, hasta chocar con la galndulas de olor, creando el lazo, uniéndose en mating. Ahora solo son uno de por vida.

—Te amo Naoto

—Yo....también....— su voz salió cansada, ronca, pudo observar es brillo que se produce una vez el sol desaparece, sintiéndose de millones de maneras, como el hormigueo que recorre su piel o el placer que siente al sentir a su útero lleno de semen, ronroneó suavemente, sintiéndose malditamente impregnado.

Mimo a su omega sintiendo como sus emociones se coordinando para trasmitir esa mezcla entre placer, saciedad, satisfacción y amor.

Kazutora atrapó entre sus garras un lindo ratón de artes.

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Este fic acaba en el cap 21 +Epílogo, ya me conocen. :D

•LYRICA• [Maitake]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora