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Mikey jamás le encontró sentido a muchas cosas, entre ellas las interacciones innecesarios sobre la muestra de amor, o los regalos.

Su yo del pasado era un idiota infantil, ahora entiende cuál es la necesidad de dar alguna muestra de amor material, se quedó un par de minutos viendo el escaparate debatiendo sobre si comprarlo o no.

Tras darle tanta batalla al tema, se empieza a cansar. Se armó de valor para adentrarse a la tienda, buscando la tan preciada cosa que le recordó a takemichi.

—tiene estos—

—si— paso casi más de media hora en el maldito local con ninguna que se pareciera al que vio en el escaparate. “esos bastardos me mintieron„—el del escaparate, quiero ése—pudo ver la sonrisa burlona de superioridad. “con esas estamos bien, tu juega, veremos cómo le va a tu tienda una vez la lleve a la ruina

—No creo que puedas comprar salgo como eso jovencito, está reservado y cuesta 12 sueldos mensuales—

—oh, no se preocupe gracias de todas maneras— “vieja zorra„ salió de la tienda dando pisotones, se subió a su moto, dispuesto a ir a su casa.

Destruir tiendas es su hobby.

••••

Takemichi estaba camino a su casa, paso a una tienda, era simple para gente como él. Se adentro pero, la tenderá al ver su uniforme escolar cambio su actitud.

—ese está 500—

—mentira, esta 250— afiló su mirada, a él nadie lo va a estafar.—pero supongo que subirle el precio por ver mi uniforme a una cantidad exorbitante que es ridícula a pagar hasta por el material— la trabajadora se rindió, dándose cuenta que esa técnica solo la conoce gente que sufre día a día.

—las cosas baratas están del otro lado— se sintió ofendido, no era tan pobre, bueno si pero, no. Mikey por lo menos merecía un par de monedas más si era un regalo para él.

Miro toda la tienda, notando que en definitiva si había algo que valía su precio, lo tomo entre sus manos.

Tenía que llegar a su academia cuánto antes.

(...)

Quizás no lo pensó mucho, cuando lo compro, no sabía si Mikey gustaba de tal, o si usaba de tal, ni siquiera se fijó si tenía de esos.

Mitsuya lo seguía mirando, realmente no sabía si podía recrear algo tan "fantasioso" se sentía bloqueado, el omega frente a él, era El omega de Mikey, como demostrarle a todo el mundo que el canario azul le pertenece al mismísimo Emperador tirano que parece un delicuentes, cosa si fue hasta hace poco.

—Micchy— llamo, recibiendo una cálida mirada, dios que ese omega era un puto sol, lo dejara ciego si le sonríe.—¿Quieres vestirte como alienígena?— después de todo en opera, sus vestuarios eran extravagantes, llamativos y sobre todo, se lucía solo.

—Si y no, después de todo, sigo siendo de ópera—sonrio acercandose al pelilila, viendo su libro de skecht.—Siento que algo tradicional pero, llamativo, utilizando los colores de la diva plava laguna—armo un escenario en su cabeza, un escenario falso del cual guiarse.

—Un vestido de cóctel—

—soy una diva— argumento posando, haciendo que Mitsuya se sintiera inspirado, después de todo, los cantantes de operas era divas, en toda su palabra.

—Ire a ver a fuyu, puede que Cloude rechace mi visita nuevamente pero, me colare por el balcón— el omega maternal se rió, si creía capaz que el omega de ojos azules haga eso, después de todo, era impredecible y terco.

Miro sus manos por un momento, todavía tenía la pequeña cajita, debía de entregársela a Mikey pero, tenía miedo.
Puede que el alfa solo sea amabilidad, y el esté buscando señales dónde no hay.
La guardo en su bolsillo, después de todo, no estaba al nivel de Mikey.

—te deseo suerte—

—gracias, toma mis medidas, para poder ir a ver a mi princesa—

••••

Conocía su escencia, siempre quiso forjar un Cenit con él, pero, el atemorizante perro negro que siempre lo rodeaba evitaba que cualquier casta se acercará.

Hizo fuerza en sus brazos para llegar hasta el balcón, nuevamente el mayordomo había impedido su visita, dejándolo en al puerta de entrada, aprovecho ese desaire para escalar hasta el segundo piso, dónde se encontraba la habitación de su rubio amigo. Logro su menta encontrandose con la vista plena e impecable de la gran habitación, golpeó el vídeo para llamar la atención del omega, nuevamente pudo obtener los que deseaba.

—¡Takemichi! ¿Estás loco?— indago dejando pasar al omega, notando que estaba algo sudado, su rostro estaba rojo.

—estaba preocupado, no respondía mis mensajes y tampoco me dejaban pasar— explico, tomando asiento dónde el contrario le indicaba.—a sí que tome cartas en el asunto—sonrió emocionado, satisfecho de su gran azaña.—¿Estás bien?— podía notar el rostro pálido, su cara demacrada, la ojeras profundas y sus ojos rojos, sus labios estaban resecos.

No pudo evitar volver a soltar sollozos, sentía todavía el nudo subir, mientras la sed hace que su boca se reseque y su voz salga rasposa.

Para el ojiazul no fue necesarias las palabras, lo abrazo, mientras acaricia así cabello, y dejaba que se desahogara todo lo que necesitaba. Podía escucharlo como intenta retener su llanto pero, no lo lograba del todo, movió su cuello brusco, haciendo que el parche de olor se soltará dejando que sus feromonas sean calidez para su amigo.

—Hueles muy bien Micchy— murmuró, mientras se separa y con sus mangas limpia sus lágrimas.

—tu hueles a Jazmín chino, es tan amigable y dulce, como una caricia de brisa cálida— elogió.—pero, perdió ese distintivo agradable ¿Quien te hizo tanto daño? Cómo para perderte en la desesperación...—no pudo evitar ser empático, sus lágrimas también empezaron a caer, su lado sensible quiere sincerarse con su contrarió.

Chifuyu era una diva, cual reina de hielo atemorizante, pero, con un corazón dulce, aunque una pisca traviesa como un gato.

—he roto mi cenit con Baji y estoy comprometido a él, intento no recordarlo, sus cosas no están aquí, sus regalos lo tire algún lado de mi habitación pero, cuando tengo que dar un paso afuera, el mundo se desmorona, se distorsiona y no puedo moverme—narro mientras su voz se quiebra.—mis piernas no me hacen caso, se que esto tiene que ver con nuestro enlace no me siento seguro sin él pero, me aterra estar con él— sollozo nuevamente, jadeando en busca de aire mientras su cuerpo tiembla.—tengo tanta sed pero, el agua se siente como lodo bajando por mi garganta, los zumos son como ácido, el alcohol es lo único que puedo digerir pero, llegó a un punto que no es suficiente— con una de sus manos golpeó sus muslos con rabia ya que no podían llevarlo a dónde el quería.—¡Estoy tan aterrado, solo y perdido! No me quiero sentir así....—

—me tienes a mi— tomo los puños para darle un apretón, argumentando sin palabras que no estaba solo. Se quedaron en silencio durante un par de minutos, hasta que el sonido de un maullido los saco de esa atmósfera.

—peke—

—Chifuyu se mi compañero—

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Dato:

Micchy le dice "princesa" a yuyu/fuyu por qué una vez se vistió de tal para entrar en personaje, para una pequeña actividad de opera.

•LYRICA• [Maitake]Where stories live. Discover now