𝓒. 005

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La biblioteca de su universidad era el lugar favorito de Alaska. Había algo en la infraestructura del edificio que la hacía sentir reconfortada

Era como si la simple palabra biblioteca le diera tranquilidad.

Cuando ella necesita un lugar para pensar (algún lugar que no sea su piso o alguna cafetería), va a la biblioteca con su café extragrande, su computadora y sus auriculares bluetooth. Y ella se pierde allí, durante horas, hasta que uno de sus dispositivos le advierte que se está quedando sin batería o su estómago gruñe de hambre.

A veces camina entre las pilas de libros y pasa los dedos por el lomo de los libros que nadie ha tocado en años mientras su música suena suavemente en sus oídos. De vez en cuando encuentra algo que le parece interesante y lo saca del estante, deslizándose hasta el suelo para hojear las páginas.

A ella le encanta porque no piensa en nada mientras está allí. Ni en sus estudios, ni en certámenes, nada.

Y ahora está ahí sentada en su mesa habitual, perdida en las letras de sus oídos, donde suena su teléfono y luego esa molesta voz de robot suena en sus oídos para hacerle saber que le llegó un mensaje de texto de Draco.

Estoy saliendo de mi trabajo, en 20 minutos estaré allí.

Te encontraré afuera de la biblioteca.
Te veo pronto pronto!!!

Draco le había preguntado si estaría dispuesta a tener una cita doble con sus amigos, amigos a cuya boda había ido. Al principio no estaba segura, porque estos amigos tenían una gran diferencia de edad con ella, pero Pansy y Theo no habían sido más que amables y dulces con ella.

Poco después de que Draco admitiera que quería cuidar de ella, le dijo que Pansy había entrado a empujones en su apartamento una mañana, amenazándolo con actuar y discutir sus deseos con ella. En lo que a ella respecta, Pansy parece preocuparse por Draco como una hermana lo haría con un hermano, y eso la hace sentirse un poco mejor.

Alaska volvió a meter sus auriculares bluetooth en el estuche y después estiró los brazos detrás de la espalda. Es el único inconveniente de la biblioteca, las sillas son terriblemente incómodas, pero ella lo maneja por el silencio y la comodidad que le brinda.

No le toma mucho tiempo empacar, deslizando silenciosamente su computadora en sus manos y luego en su bolso. Ella saca su teléfono de la mesa y empuja su silla, a diferencia de los estudiantes de ingeniería que tratan algunas áreas de la biblioteca como su propio dormitorio personal, dejando papeles, basura, sillas y huellas de barro por todo el lugar, antes de dirigirse a la salida.

Hace calor afuera, lo suficientemente cálido como para desear haber usado pantalones cortos o un vestido en lugar de sus vaqueros, y se inclina contra el exterior del edificio mientras espera a que Draco se detenga. Hay una parte de ella, una gran parte (lo admite) que desea desesperadamente que todos la vean subirse al atractivo coche del médico mayor y, mientras el sol le calienta la cara, se permite pensar en ello.

Hace que su pecho se sienta apretado, de una manera que la convence de que necesita un cigarrillo para abrir los pulmones. Hay un paquete en su bolso que usa de vez en cuando y saca uno, lo enciende rápidamente y da una calada.

Se siente bien, le da una aclarada de mente y la confunde al mismo tiempo, dándole algo en lo que concentrarse además de Draco.

Da su última calada, un trago profundo, el humo llena sus pulmones hasta que su mente se vuelve confusa, cuando ve que el auto de Draco se detiene. Exhalando, Alaska deja caer el cigarrillo al suelo y lo aplasta con la punta de su bota antes de tomar su mochila y caminar hacia la acera.

Pretty Sin || Draco MalfoyWhere stories live. Discover now