T R E S | G A T O

Start from the beginning
                                    

El hombre que me abrió la puerta, se colocó frente a mí, volviendo a obligarme a mirarlo estirando la cabeza. Vestido completamente de negro y con el cabello calvo, elevó la ceja, frenándome en seco antes de seguir observando aquel sitio que parecía el local del orgasmo.

Una mujer exuberante se tropezó conmigo y me observó con hambre en su mirada, mirándome de arriba abajo y sonriéndome coquetamente antes de seguir al hombre con el que supuse que habría ligado minutos antes en el baño de mujeres.

Volví a mirar al tipo que me abrió la puerta, el cual parecía el guardián de ese sitio, o quizás tendría algún rango mucho más alto del que podría imaginar.

—Gato se está preparando para su combate. Tendrás diez minutos para convencerlo de que eres la indicada —dijo mientras nos adentrábamos al lugar—. Aunque empiezo a imaginar que lo eres... —susurró, volviendo a mirarme los pechos que me había levantado a posta gracias al sujetador que llevaba puesto.

Lo seguí, viendo que nos alejábamos de la muchedumbre y subíamos las escaleras que nos llevaban directo a aquellas habitaciones, el cual pensé que vivirían algunas personas con aquellas vistas al bar. Debería ser imposible conciliar el sueño por las noches, si es que dormían.

Al subir las 2 primeras plantas, un pasillo oscuro con luces de neón iluminando cada paso que dábamos, hizo que mis ojos se achinaran, pero poco a poco fui acostumbrándome.

Apretaba mucho mi mandíbula porque estaba más que nerviosa y no sabía dar un paso sin parecer que estuviese borracha, pero me alegré que podía caminar de la manera que Amy me había dicho que lo hiciera. Contoneando las caderas y dejando que los tacones se escucharan, varios silbidos se oyeron de fondo como si estuviéramos en un partido. Al girarme, vi varios hombres mirándome el trasero sin importarles nada y seguí mi camino, ignorándolos.

El hombre que estaba frente a mí, guiándome donde estaba aquel luchador, tenía los hombros muy anchos y era el doble que yo. Por su forma de hablar me hacía pensar que era de la Inglaterra más profunda, con un perfecto inglés hablado que ni yo misma podía explicar.

¿Para que mentir? Ahora mismo me daba más miedo lo que me podría encontrar que todo mi futuro siendo agente de policía. Pero claro, eso nadie de aquí tendría que saberlo y debía ocultarlo y tener sumo cuidado con las cosas que explicase o la imagen que tuviese que dar ante estas personas peligrosas.

Todo el murmullo que se escuchaba de fondo, empezó a sonar demasiado alto para mis tímpanos. Había demasiada gente, tanta como para ser incluso agobiante estar aquí dentro con tantas personas. A medida que los dos íbamos caminando, yo siguiendo al hombre que me había abierto la puerta, podía ver que la mayoría de esas personas eran hombres, por no decir que casi todos. Si, alguna que otra mujer, pero podían contarse con los dedos.

Por eso, cuando iba pasando intentando hacerme paso entre la multitud, escuchaba frases y palabras obscenas dirigidas a mí y que me entraban ganas de partirle la cara a diestro y siniestro. Pero aguanté y seguí caminando.

Me extrañó que no me encontrase el cuadrilátero. Solo un bar bajo muchas viviendas.

—Por aquí —habló el hombre demasiado alto y entramos dentro de otro pasillo, que parecía inmenso, pero algo más iluminado.

Esta vez habían luces cálidas, donde se iluminaba a la perfección aquella sala y al fondo un ascensor esperaba por nosotros.

Cuando entremos allí y un inmenso silencio se escuchó mientras íbamos subiendo de pisos. Mi nerviosismo no ayudaba y mis manos sudaban en significado de los nervios.

El edificio parecía mas grande de lo que creía, con pasillos secretos y un ascensor que se escondía frente a los demás.

—Sígame por aquí... —Me observó unos segundos, después de salir de aquel angustioso ascensor y yo respiré hondo.

GATO: Deséalo y perderás [+18] ✔️ (COMPLETA)Where stories live. Discover now