Pero allí estaba, su celular vibraba con insistencia, la pantalla revelando el nombre de como lo había guardado en su lista de contactos, y él estaba allí, debatiendo consigo mismo, cosa que siempre hacía en momentos así.
Respiró hondo, tomó el celular y aceptó la llamada.
No dijo nada, esperó a que el contrario dijera algo, mientras este se dedicaba a mirar como corrían los segundos en lo que transcurría de llamada.
La línea se mantuvo en silencio unos segundos que para el mayor parecieron eternos hasta que el contrario decidió hablar —¿Estas ahí? —se sobresaltó —Solo puedo escuchar lo que parece ser lluvia. ¿Estas en la lluvia a estas horas? Podrías volver a enfermar.
Y una sonrisa escapó inconscientemente.
—Estoy aquí, y no, no estoy bajo la lluvia.
Decidió cerrar la puerta y volver a la sala de estar, en la que se dejó caer en el sofá, con el celular pegado al oído y una ridícula sonrisa en el rostro.
—... A demás de que pasan de las doce Jungkook, ¿Por qué me llamas a esta hora y como estabas tan seguro de que te contestaría?
—La verdad, no estaba al cien porciento seguro, hace unos días mencionaste que no logras quedarte dormido sino después de las dos de la mañana, y son las una con dieciséis. Te llamé porque en primer lugar he querido hacerlo desde hace días, y esperé a que tu lo hicieras. Nunca lo hiciste así que me sentí desesperado.
—¿Desesperado por querer tener una llamada conmigo?— lo extraño que había sonado esa pregunta salir de sus labios lo descolocó, pero le restó importancia.
—Me gusta como suena tu voz. —Confesó al otro lado de la línea.
Y a esa sonrisa tonta le sumó un sonrojo, aunque no podía verlo se sintió apenado —solo en parte— también se sintió alagado de cierta forma, nadie jamás le había dicho algo como eso.
Debatió unos segundos, sin saber que responder exactamente después de un alago hacia su persona. —¿Debería agradecértelo?
—¿Te dicen muy seguido que a alguien le gusta como suena tu voz?
Imaginó al menor con una ceja alzada y sonrisa socarrona, claro debía de conocer sus facciones muy bien.
—No, de hecho nadie me lo había dicho nunca.
—Eso me convierte en la primera persona en hacerlo.— Alardeó mientras Kim sonreía en silencio,sus labios siendo apresados por sus dientes en un acto de nervios con sonrojo.
—Si, lo eres — relamió sus labios sin quitar la sonrisa.
—Ahora di algo que me guste de mí.
~Me gusta todo de ti, ¿Por donde quieres que empiece? —Pensó.
Hizo un sonido de estar pesándolo, y si, estaba pensando en algo coherente, algo que no suene como el realmente podría decir.
—Me gusta tu cabello, y no te esfuerces en peinarlo, se ve mejor así, créeme.— Escuchó una risa del otro lado de la línea.
—La verdad solo usos mis dedos, pero gracias.
Dos horas.
Dos horas de llamada tuvieron dos adolescentes, uno se mantuvo echado en el sillón hasta que la llamada terminó. Miró la hora y maldijo por lo bajo.
Mañana seguro se arrepentiría de haberse quedado dormido tan tarde, mucho más de lo normal.
Pero, ¿A quién quería engañar? Había amado esa llamada, y aunque por la mañana se quejara por no haber dormido lo suficiente, recordaba que había tenido una llamada de dos horas con Jungkook y se le pasaba.
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Tormento || Kooktae || EDITANDO
FanfictionH I A T U S || E D I T A N D O Mientras no te preocupes, tengas control de tus emociones, no te tomes lo que dicen de ti enserio y tengas una salud mental aceptable tal vez no sea nada preocupante; Porque es como él lo diría: "Una persona normal sin...
