—Veamos que tienes para ofrecer —respondo

Sin decir nada más tira de mi short junto con mi ropa interior dejando desnuda mi parte inferior.

—Necesito que te muevas hasta al borde de la cama, lo haría yo mismo pero no deseo lastimarte —Asiento y hago lo que me pide, se arrodilla frente a la cámara y coloca mis piernas sobre sus hombros —. Tengo la mejor de las vistas

Su lengua me recorre lentamente, uno de sus dedos se cuela en mi interior, con una mano provoca estragos en mi clítoris y con la otra me penetra mientras lame, succiona, muerde. Siento como mi interior explota ante todas las sensaciones y termino corriéndome en su boca y entre gemidos digo palabrotas colombianas.

Cuando acaba, sonríe victorioso y coloca mis piernas en el suelo, se levanta y sin dejar de mirarme comienza a desvestirse, yo me acomodo y me apoyo en los codos para ver cómo me deja ver cada pectoral, cada músculo, cada parte de él que tanto me gusta, es como si al mirarlo hubiera fuegos artificiales en mí interior. Deja caer el pulóver y luego el pantalón le sigue el calzoncillo y su miembro se levanta eréctil a saludarme, lleva una de sus manos a él y se masajea mientras me mira, yo me muerdo el labio inferior ante mi porno personal, siento como mi humedad aumenta y mis ganas de él son tan grandes que podría explotar en cualquier momento. Justo ahora soy una adicta y Kenneth es mi heroína, lo necesito aquí y ahora porque de no ser así las consecuencias serían bien graves.

—Mira como estoy tan solo de pensar, estar dentro de ti —Esta parte habladora me encanta

—Entonces ven y dame lo que es mío —abro mis piernas de manera provocativa para él

—Enseguida lo haré pero necesito un condón nena

—Están allá en la primera gaveta —digo señalando mi cómoda, también tengo en la mesita al lado de la cama pero la imagen de su perfecto culo sin duda es algo que necesito ver, regresa con un condón y lo coloca sobre su pene.

Se coloca entre mis piernas y mueve la punta de su miembro una y otra vez de arriba abajo, provocando que lo desee aún más.

—¿Te gusta sentirme?

—Sí, mucho

—¿Me extrañaste?

—Demasiado

—Qué bueno saberlo, porque yo también —se agacha y me besa los labios

—Fóllame, que esperas —digo desesperada entre beso y beso

—Quería que me lo pidieras —retrocede y muy despacio se introduce dentro de mí, y no voy a mentir es la mejor sensación del mundo, siento que solo repitiendo ese paso una vez más podría venirme.

Primero mueve sus caderas lentamente, levanta una de mis piernas y luego la otra apoyándolas sobre su pecho, me olvido por completo de mi herida, y mando todo al demonio porque yo me encuentro acelerando el ritmo y moviéndome a la par de Kenneth.

Deja mis piernas caer y se coloca entre ellas, me pesa las tetas mientras se mueve y yo gimo de placer porque estoy camino a mi segundo orgasmo.

—Quiero escucharte mi amor, vente para mí, ¿lo harás?

—Sí —digo y lo beso desesperadamente —Eso fue delicioso

—Me alegra saberlo, ahora me toca a mí

—Yo quiero ser quien te lo de —digo y lo empujo para sentarme sobre él, me quito la blusa del pijama, luego lo beso obligándolo a sentarse, me penetra con su pene, cruzo mis piernas detrás de él y comienzo a mover mis caderas mientras el besa mis pechos. En un inicio me muevo lento, disfruto de cada gesto que hace, de sus labios, muerdo su oreja y le susurro lo mucho que me gusta sentirlo dentro de mí, después aumento el ritmo hasta que finalmente coloca sus manos sobre mis caderas y me presiona contra él, nos encontramos piel con piel, sudorosos pero tan deseosos del otro como la primera vez. Kenneth se viene me besa de manera tierna cuando acabamos, se deja caer sobre su espalda y yo me quedo en dónde estoy.

—Eso fue perfecto —me dice con los ojos cerrados, no me ve pero sonrió porque a pesar de todos los problemas necesitaba esto, a nosotros, olvidar el mundo exterior y mis preocupaciones para que solo fuéramos Kenneth y Abigail

Voy a levantarme cuando me detiene por una mano

—Ahora usted disfrutará de un delicioso baño y vamos a revisar esa herida

—Vale

—Te amo, no lo olvides nunca

—Yo también te amo y tampoco lo olvides

—No lo haré —dice y me besa la frente antes de cargarme y llevarme hasta la ducha.

Lluvia de BesosWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu