My Hero Academia Fanfic: La vida de una hibrida.

Relación

ADVERTENCIA: Habrá mención de trastornos mentales, enfermedades hereditarias y temas algo delicados como la violencia intrafamiliar, sexismo, violencia, narcisismo parental, entre otros similares.

EUGINE Y MARGARETH: Nuevo inicio.

Ambos se encontrarían, por segunda vez, tras años sin verse, en una cafetería...

Ella trabajaba allí, y él iba a recoger un pedido para Thunder.

Ese día la cafetería se hallaba llena, y la atención iba algo lenta...

Muchos aún no eran atendidos... y entre esa gente se encontraba Eugine.

Lo intenso de los cambios de humor del Marlette y su temperamento explosivo iba a hacerlo largarse de ahí... hasta que una joven se acercó, disculpándose, explicando la demora y pidiendo su orden.

Al cruzar miradas, el mundo se detuvo para Eugine.

Toda aquella ira, todo aquel resentimiento... se derritió como hielo expuesto al sol.

Esos sentimientos... Esas sensaciones... Con lo único que podía compararlos era con aquello que experimentó con ella en la primaria.

¿Acaso...?

"¿Margareth?" Preguntaría él, incrédulo.

Los ojos de la chica brillarán.

"¿Eugine?" Esta murmuraría.

El mencionado se pondría de pie de golpe, su corazón acelerado y su respiración agitada, haciendo sonreír a la mujer.

Su repentino accionar asustaría a la clientela... pero a Margareth no podría importarle menos.

"Cuánto tiempo sin verte, viejo amigo" ella diría, y él brilló en sus ojos denotando su emoción.
Desde ese día, ambos retomarían su amistad.

INTERACCIÓN.

Sus conversaciones eran casi interminables.

Tenían tanto de lo que ponerse al día... Pero el tiempo les jugaba en contra.

Si fuese por él, Eugine se quedaría todo el día allí... Oyéndola hablar y viéndola trabajar.

Era como si todo volviese a aquel entonces... en la época en que aún eran niños aprendiendo del mundo.

Y tal como en ese entonces, ella lo hacía olvidar sus problemas.

Lo dulce, amable, risueña y sensible que era la muchacha, lo volvía a enamorar una vez más.

Poco a poco, sin darse cuenta, abandonaba el alcohol y las peleas callejeras, para ir al café a visitarla.

Su temperamento corto seguía allí, era parte de él, pero con ella era menos grosero... había algo en la chica que lo volvía "suave".

Nunca lo admitió y jamás lo haría, pero compartir con ella era una sobredosis de dopamina.

Luego de tanto tiempo, volvía a experimentar el verdadero alivio y calidez...

No permitiría que nadie le arrebate su oportunidad de estar junto a la mujer que su corazón escogió.

ACERCAMIENTO.

Siguiendo el consejo de su mentor, el protagonista decide ser directo con sus intenciones románticas hacia Margareth, a pesar de que muchos también la pretendían.

Margareth, a pesar de su apariencia dulce, era una mujer fuerte que sabía imponer sus límites y contaba con el apoyo de Eugine, quien la defendía de los obsesivos y violentos rechazos.