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El funeral se llevó acabo tres días después, solo hasta ese día Melinoe dejó sus aposentos y fue a la iglesia junto a sus damas para despedir a su pequeño hijo, solo hasta ese día Melinoe pudo ver al rey.
—Mis condolencias - dijo Isabel llegando hasta ella, su enorme vientre y su vestido lujoso resltaron en aquella ocasión, Melinoe la miro con odio y alzo un poco su velo— Siento tanto que el pequeño príncipe falleciera de esta manera, ahora mi hijo se quedó sin su hermano mayor -Melinoe apretó los puños con enojo.
—Tú pequeño hijo es un bastardo y tu una simple concubina, así que abstente de hablar estupideces en este día tan triste, vete de mi vista - Isabel hizo una reverencia y salió de ahí, Melinoe tocó su cabeza y se sentó para tomar un poco de aire.
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Al caer la noche Isabel organizó un enorme banquete en su mansión, celebró que su hijo sería el unico heredero al trono pronto, solo debía matar a Eduardo y así obtendría mucho más poder.
Melinoe miro su mano y entro al lugar, siguió a Isabel hasta su habitación y cerró con seguro, Isabel se giro y brinco al verla, su rostro demostraba puro odio.
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