Capitulo 16

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Melinoe se poso en su trono con la cabeza en alto, Isabel la miro con furia y el rey la ignoro por completo, las fiestas de fin de año eran ese dia y se celebraba por lo alto, príncipes y princesas de otros países llegan para celebrar junto a la f...

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Melinoe se poso en su trono con la cabeza en alto, Isabel la miro con furia y el rey la ignoro por completo, las fiestas de fin de año eran ese dia y se celebraba por lo alto, príncipes y princesas de otros países llegan para celebrar junto a la familia imperial.

Melinoe se llevó un dulce a la boca y miró a los invitados entrar de uno a uno, su sonrisa decayó cuando anunciaron al heredero y la princesa de su país natal, su mirada se endureció con cada paso que ambos daban hasta que dieron con ambos reyes.

—Mira esposa mía, tus hermanos están aquí  -los tres se vieron por un largo rato y luego Melinoe sonrió con falsedad.

—Bienvenidos príncipes- dijo Melinoe llevando otro dulce a su boca— es honor tener a mis medios hermanos aquí, Inglaterra les da la bienvenida.

—Toda Francia esta feliz con las noticias de su embarazo majestad, como hermano estoy doblemente feliz - Melinoe asintió y miro a Sophia, la mirada de ella estaba posada en Eduardo, este simplemente se presentó ante ambos y se dirigió hacia la salida.


















—Toda Francia esta feliz con las noticias de su embarazo majestad, como hermano estoy doblemente feliz - Melinoe asintió y miro a Sophia, la mirada de ella estaba posada en Eduardo, este simplemente se presentó ante ambos y se dirigió hacia la salida

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Melinoe salió de la fiesta con rapidez, sentía muchas nauseas y ver a Guillermo a su lado era peor, camino hacia sus aposentos en donde su hermano Sebastián la esperaba con una corta sonrisa, Melinoe quiso rodar los ojos y lo invito a tomar el té

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Melinoe salió de la fiesta con rapidez, sentía muchas nauseas y ver a Guillermo a su lado era peor, camino hacia sus aposentos en donde su hermano Sebastián la esperaba con una corta sonrisa, Melinoe quiso rodar los ojos y lo invito a tomar el té.

—Siento venir sin avisar -dijo llevando la taza a sus labios, Melinoe asintió.

—Cuéntame sobre Francia y sobre el rey  -dijo ella comiendo, Sebastián la miro.

—Bueno... Francia está muy bien como todo país  -Melinoe quiso reír, es obvio que no estaba bien pero el no diría nada— y el rey también, cada día más enfermo, pero mejorará con cuidados.

—Diria que deseo su recuperación, pero es algo que no saldría de mi corazón  -lo miro y el asintió.— Ya lo sabes, mi madre la reina fue olvidada por culpa de tu madre una concubina y yo fui enviada a casarme con un anciano que apenas y respira - el asintió nervioso.

—Si -murmuro tomando nuevamente de su taza.













—Si -murmuro tomando nuevamente de su taza

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Días después los príncipes franceses seguían en Inglaterra como parte de una visita diplomática, Melinoe se la pasaba las noches hablando con victoria y Eduardo las pasaba en sus aposentos evitando algún mal entendido mientras tuvieran invitados

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Días después los príncipes franceses seguían en Inglaterra como parte de una visita diplomática, Melinoe se la pasaba las noches hablando con victoria y Eduardo las pasaba en sus aposentos evitando algún mal entendido mientras tuvieran invitados.

Melinoe camino hacia el jardín en donde la esperaban Victoria y sus damas para tomar el té junto a otras mujeres de la clase social de su país, aquello era puro protocolo pero debía hacerlo si quería asegurar su cabeza a su cuerpo.

—Todo por ti maldito Guillermo -susurro pasando por el jardín privado en donde se escucharon gemidos, Melinoe sonrió traviesa y se acercó para ver de quienes se trataba, al acercarse su corazón ardió con tristeza, Eduardo y Sophia se estaban besando en aquel jardín en donde Eduardo le había jurado amor.

Salió rápidamente y se limpio las lágrimas que no sabía que habían salido, se encaminó hacia donde estaban las damas y se sentó con una sonrisa falsa en el rostro.















Salió rápidamente y se limpio las lágrimas que no sabía que habían salido, se encaminó hacia donde estaban las damas y se sentó con una sonrisa falsa en el rostro

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Isabel se poso en su asiento y miro la ventana con alegría, pronto su bebé tendría la total atención de todo el reino, pronto dejaría de ser una simple concubina y sería la reina, estaba segura de que haría un gran papel y tendira a todos a sus pies

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Isabel se poso en su asiento y miro la ventana con alegría, pronto su bebé tendría la total atención de todo el reino, pronto dejaría de ser una simple concubina y sería la reina, estaba segura de que haría un gran papel y tendira a todos a sus pies.

De una tragedia nacía una victoria  y de una victoria una tragedia.










El Secreto De La Reina©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora