Capítulo 14

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Capítulo 14Endeavor, cásate conmigo

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Capítulo 14
Endeavor, cásate conmigo.








Ya llegamos a 80k😭💖 A veces me pregunto si escribir el fanfic vale la pena, pero luego leo los comentarios cuando subo capítulo y lo supero. 😂💖💖💖 mil graciaaaas por todo su apoyo. No olviden dejar su galletita🥛🍪









La noche anterior...

— D-duele, por favor para...— chilló el pecoso contra la almohada, intentando que sus súplicas fueran escuchadas. Sin embargo, mientras Izuku se retorcía sobre la superficie de la cama, los dedos del pelinegro entraban y salían de su interior con agresividad. Arremetiendo una y otra vez, encargándose de sacar todo el lubricante que el encuentro con el rubio había dejado ahí.

— He de admitir que hizo un buen trabajo. El bastardo lo hizo hasta el fondo. — habló el hombre con seriedad. — Pero veo que no fue capaz de meter su maldita polla, esto aún sigue demasiado apretado. Así que dime,  ¿por qué no lo hicieron hasta el final?

Una fuerte embestida con uno de sus dedos provocó que la espalda de Izuku se arqueara debido al dolor, sus pequeñas manos buscaron instantáneamente las del pelinegro, intentando parar sus brutales movimientos. Pero un nuevo cuestionamiento llegó hasta sus oídos antes de poder ofrecer resistencia.

— ¿Es que acaso su polla no era lo suficientemente grande para complacerte? O tal vez, le dió asco ver lo que en realidad eres, una mascota obscena y lasciva que abre las piernas a cualquiera. — las manos del pelinegro se deslizaron desde el trasero hasta el cuello del pecoso, asegurándose de sujetarlo con firmeza. Lo que no sabía, era que aquella pregunta había desquiciado a Izuku. Quien perdido en sus pensamientos, se atrevió a responder.

— Su polla, era enorme...

La respuesta del pecoso llegó hasta oídos del hombre. Quien guardó silencio unos cuantos segundos, intentando procesar las palabras que acaba de escuchar. Sin embargo, ni una sola disculpa fue pronunciada por el peliverde. Lo que había dicho, lo había dicho enserio. Y parecía, no querer retractarse.

— Y-yo, podré ser una perra. Pero no soy la tuya. Eso responde a tu pregunta. No, no le abro las piernas a cualquiera. Al menos, no a ti. — admitió Izuku con el cuerpo aún temblando, completamente indispuesto y sin ánimos de seguir luchando.

Un silencio abrupto inundó la habitación, seguido de un chasquido que resonó de pared a pared. Anunciando el desenlace de aquella primera y sorpresiva confrontación. Una que el pelinegro jamás espero escuchar.

Izuku parecía estarse revelando.

Y, solo había una forma de arreglarlo.

— Katsuki Bakugou. — pronunció el pelinegro en un tono severo.

El niñero pecoso - KatsudekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora