Los amigos de tu enemigo son tus amigos

En başından başla
                                    

—¡Mira Jaden, nuestro futuro hijo! —comenta con entusiasmo uno de sus amigos, mientras se acerca para acariciar a Zeus.

Vale, a lo mejor sí que puedo llevarme bien con uno de ellos.

—¿Cómo se llama? —pregunta éste levantando la vista hacia mí.

Me lo quedo mirando sorprendida. La verdad, no me imaginaba que se fueran a encariñar con  mi perro. Se nota que tiene los genes Murphy.

—Bigotitos —contesta una chica con el pelo plateado, que se dirige hacia nosotros.

—No puede llamarse "Bigotitos", es un perro —indica Jaden en un tono odioso.

—No discrimines a los gatos —suelta frunciendo el ceño.

—Eso ni siquiera existe, listilla —replica Jaden .

Ambos me miran, esperando una respuesta.

—Bigotitos —asiento yo, únicamente para molestarlo.

Ella lo mira levantando la cabeza, y se aleja hasta llegar a los autos.

—Está bien, tráelo —accede al fin con frustración.

Ensancho una sonrisa sin apartar la mirada de su rostro.

—Si se caga o se mea lo limpias tú, ¿entendido? —me advierte apuntándome con el dedo.

—Gracias por recordarme como cuidar a un perro.

Me aparto de él, y me acerco a la puerta trasera del auto.

—Tú delante —me gruñe Jaden desde atrás, antes de rodearme para entrar en el coche.

Resoplo con fastidio, y me subo de copiloto.

Le iba a preguntar que hacía con Mercedes una mierda como él. Pero luego recordé que su padre trabajaba en el "supersticioso" canal de televisión, el cual me da igual su nombre. Por lo que en un podio yo quedaría en la mierda número uno. Él seguro que se quedaría en el segundo puesto, o al menos eso me hace sentirme mejor...

En la parte trasera se suben los mismos chicos que se habían acercado para acariciar al señor Bigotitos. Así que tampoco me disgusta la compañía.

Ahora que lo pienso, no sé adonde se ha metido Harper, pero tampoco es que sea mi mayor dilema ahora mismo.

—Hola, soy Freya —se presenta la chica, tendiéndome la mano entre los dos asientos.

Tiene el pelo plateado por encima de los hombros. Lo que hacía que sus cejas azabaches resaltaran aún más.

—Jera —murmuro—. Me gusta tu pelo.

—Gracias, me lo hice...

—Jimmie —le corta el otro ofreciéndome la mano—. Pero todos me llaman Miller.

Así que Jimmie...

El mismo Jimmie al que...

¿Sabía él que lo reemplace en el campo?

Freya lo mira con fastidio.

—¡Vaya, gracias Miller por tu bondad!—ironiza con los brazos cruzados.

—No hay de que —contesta éste con un guiño.

Jaden no parece demasiado extrañado por la pequeña pelea entre sus amigos. Supongo que no es la primera vez que discuten por estupideces.

—Niños, parad de pelearos —interviene él sin despegar la vista de la carretera.

Detrás de nosotros, nos sigue otro coche. Por lo que deduzco que serán más amigos suyos. ¿A cuánta gente debe conocer?

Falsos prejuiciosHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin