Perro de Dioses.

🎐0.7🎐

Noches viendo las estrellas, la luna, y disfrutar de la tranquilidad, no en todos los mundos tenían ese lujo, ambos rubios trotamundos sabían eso, así que disfrutarla de vez en cuando no haría mal, hacían calmar el dolor de estar separados, aunque pronto se unirían cuando la rubia completará su viaje, por ahora, ambos estaban por lados distintos, aunque el mayor siempre le echaba un ojo seguidamente, para ver como iba, quienes se acercaban, aunque no los conociera.

Pero ahora, era muy escasos momentos en los que no la vigilaba, no vigilaba que la gente controlara su lengua cuando se trataba de su hermana, ya que ahora, se estaba distrayendo demasiado con el azabache, sus miradas, su voz, hasta como lo apegaba a él, en vez de salir a matar cualquier demonio que viera, o llenarlos de karma, parecía calmarse con abrazar, besar, y tener intimidad con el viajero, aunque le hacia ternura ver como se pesar de todo el cariño, el rubio sentía celos cuando Xiao se acerca se mucho a algunos personajes Chongyun, Ganyu, etc.

Divertido ver como decía no estar celoso pero se enfurecía hasta estar rojo por ello, cuando el azabache mencionaba algo sobre alguno de ellos, para terminar con el príncipe del abismo acorralándolo, callándolo con un beso, para terminar teniendo sexo desenfrenado.

Aunque, al final del día, podían decir todo lo que quisieran, pelear, batallar, pero terminaban dándose cariño y abrazados viendo como el sol se ocultaba entre las grandes montañas, dando paso a la hermosa Luna y la pacífica oscuridad, acompañada de estrellas que decoraban el solitario cielo, era relajante ver como aparecían, o como desaparecían, de una u otra forma, los dos podían olvidarse de todo lo que cargaban, sus pecados, o los contratos de polos opuestos que los ataban a permanecer como "enemigos", pero...Querían seguir juntos.

Tan juntos que el rubio dejaba de ser malhumorado, risas y sonrisas inevitables por culpa del azabache, quien al parecer cambiaba de personalidad o solo Morax sabe que, sonreía y hacia estupideces para cambiar la expresión de su enamorado, aunque rendía frutos, cuando el estaba deprimido y con un ambiente de seriedad, enojo y karma, alguien asomaba la cabeza y iba corriendo a el en busca de abrazarlo y ser abrazado, besando su rostro y dándole caricias, ¿como paso de querer matarse a que el príncipe del abismo se preocupará tanto por él?

Tal vez, quisieran estar más en ese estado de su relación, todo parecía estar en paz, quedaba duda todavía si eran simplemente amigos sexuales, o pareja, lo más coherente sería solo una amistad sexual, pero, ¿Cuando en el amor se trataba de ser coherente?

ambos sabían que tarde o temprano, se tendrían que separar, pero por ahora, era disfrutar cada momento antes de que ambos aparecieran sus armas para apuntar hacia la vida del otro, querían que nunca llegará, pero con dolor ambos tendrían que pelear, tenían un gran orgullo y una gran deuda que todavía estaba en proceso, la de Xiao nunca se iría hasta que el muriera, y la de Aether cuando el abismo se encargará de tener el trono de Teyvat.

Tal vez, solo tal vez, ya no quisieran eso...Tal vez el rubio sería consumido por el abismo, si es que no hacia lo que les prometió, lo haría a la fuerza, tal vez el azabache sería dominado por el karma o el mismo, hasta ambos condenarse.

Pero ahora, era unir sus labios en un amoroso beso que a veces presenciaba una o dos lágrimas caer de sus mejillas por saber su cruel destino.

"No somos como Romeo y Julieta, aunque es obvio que no podemos estar juntos y que detiene las metas que nos planteamos, detiene todo lo que juramos que íbamos a hacer en este mundo, en esta vida, pero no moriremos por los otros...¿O si?...Quizás...Q-Quizás..."

"¿Quizas?"

"Olvídalo, por ahora, ambos somos felices, ¿No? Tu pequeño perro de dos dueños..."

//Yo no lloro, llorar es de débiles

*-Se va a la esquina-*