Harry se emocionó tanto que quiso probar esos fideos con su mamá y su hermano, entonces entró a la tienda, cuando se acercó al mostrador de madera pudo ver que ese platillo exquisito estaba demasiado caro, sólo tenía unas cuantas monedas más, ya había gastado todo en pan, pollo y otras cosas, cuando estaba a punto de irse, un señor muy amable se acercó.

-Niño, si no te alcanza para un plato ya hecho, puedes comprar los fideos sin preparar.- Dijo aquel anciano, Harry agradeció muy feliz, pero se quedó un rato viendo a aquel anciano, se le hacía conocido, sentía como si ya lo hubiera visto antes. -Ten, llévatelo a tu casa.

-Gracias señor.- Dijo Harry saliendo de la tienda y saltando de la felicidad con bolsas en sus manos.

Lo que no sabía Harry era que ese hombre si lo reconoció por sus hermosos ojos verdes y sus rulos castaños... era el anciano con el bigote blanco como la nieve.

Harry corrió hasta su casa sin que nadie lo viera, ya sabía como tenía que ir, siempre encubierto. Llegó hasta su casa y entró con una sonrisa mostrando hoyuelos. -Hola mamá, ya volví.- Exclamó el niño de ojos verdes, fue corriendo hasta la cocina y encontró a su mamá hirviendo agua en una tetera. -Mira mamá lo que me regalaron.- Dijo Harry mostrando una caja pequeña, pero llena de fideos en forma de gusanitos.

Sienna se sorprendió tanto que abrió su boca. -¿Cómo que te lo regalaron?- Pregunto emocionada viendo a su hijo colocando todo lo que compró en la mesa.

-Un señor me lo dio, era un viejo. Se le veía bueno.- Respondió Harry guardando algunas latas de frijoles en los cajones de la cocina.

-Que gran señor.- Dijo Sienna sonriendo y Harry asintió. A lo lejos vino Andrew y tenía una carta en las manos. -¿Qué es eso Andrew?- Preguntó y el gran Andrew chilló de la emoción.

-¡Es una carta de papá!- Sienna gritó de la emoción y con sus hijos corrieron hasta el sofá. -¡Ábrela mamá!

Sienna abrió la carta con sus dos hijos al lado de ella y comenzó a leerla. -Dice...

"Querida Familia... 

Hola, soy Ed,
¿Cómo están? 
Aquí todos estamos bien, Joshua ya está más grande y ahora él se encarga del jardín, prefiero que haga eso a que sirva a nuestros horribles patrones, Maddison está trabajando de cocinera, la verdad es que lo hace muy bien, no ha recibido ninguna queja...
Y yo, yo estoy normal, haciendo lo que me ordenan...

Recuerden que los amo, todos aquí les mandan saludos.
Los extraño mucho, te extraño Andrew, mi campeón, recuerda que eres increíble y un gran ser humano, eres el más inteligente del mundo, te amo.
Mi pequeño Harry, mi otro campeón, el más pequeño, eres un suertudo y asombroso ser humano, eres el más fuerte de todos bebé, te amo.
Y...
Mi grandiosa esposa, Sienna te amo, recuérdalo siempre, algún día nos volveremos a ver y te abrazaré con todas mis fuerzas, te amo querida, sé fuerte.

Pronto nos veremos, los amo a todos
x .E . S."

Mientras Sienna leía la carta lagrimas salían por sus ojos, quería de nuevo a su familia junta, Harry estaba abrazando a su madre y Andrew apoyado en su hombro; A Harry no le gustaba ver a su madre llorar, entonces se le ocurrió una idea, se puso de pie y fue hacía la cocina, sacó la caja de macarrones y la agua que estaba hirviendo su mamá la puso en una olla pequeña, el agua ya estaba a la temperatura perfecta.

Sienna y Andrew miraban todo lo que hacía Harry y sonreían, el niño de ojos verdes metió los fideos en la olla para que se cocinaran, después agarró un queso de cabra que tenían y lo empezó a cortar, pero el cuchillo que tenía no le servía y entonces lo hizo con sus manos, empezó a desmenuzarlo con sus largo dedos.

1864Where stories live. Discover now