Capítulo 7: Perdiendo la cabeza

Comenzar desde el principio
                                    

Si ella formaba parte de la organización del baile, entonces eso lo explicaba, pero aún así no creía que esa fuera la única razón por la cual uno se viera tan interesado en el otro. La manera en la que había visto a Olivia mirar e interactuar con el delegado en los pasillos, a las afueras y en la sala de maestros, no pasaba desapercibida y no parecía simple amabilidad.

Otra vez, molesto por la ruta que estaba tomando su mente, tomó bruscamente una toalla de papel del dispensador y se secó rápidamente, arrojándola al basurero antes de salir de ahí hacia su próxima clase.

La maldita clase de Historia.

En la cual hizo como si nada.

Sabía que ella estaba ahí porque reconocía su presencia y el sonido que hacía su silla habitual al ser arrastrada hacia atrás para sentarse. También porque respondió al pase de lista de Brennan. Sin embargo, Kian no volteó a verla ni una sola vez. Estaba molesto, y ni siquiera entendía por qué. 

A la mitad de la semana ya era oficial

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

A la mitad de la semana ya era oficial. Olivia había sido invitada por Kent al baile, y ella dijo que sí.

Lo supo por casualidad al escucharlo de la chica que era su vecina de casillero, mientras se lo decía a otra con tono resignado. Más tarde, Gil hizo lo propio confirmándolo, aunque Kian no se lo preguntó. También supo (gracias a Gil), que varios chicos la habían invitado a lo largo de la semana, pero ella los rechazó a todos, excepto a Kent; lo cual era la prueba fehaciente de que existía algo entre ellos, y él no tenía por qué incomodarse.

Tal vez lo hacía porque Kent no era precisamente su persona favorita en Dancey High. No después del enredo en el que estuvieron involucrados. El que su ex novia lo hubiera engañado con el delegado alumno era algo que ya no le dolía, pero lo cierto es que no lo olvidaba, y desde luego la vida de Kent no podría importarle menos. El que estuviera involucrado con la hija del entrenador también debía darle igual.

—¿No te molesta? —le preguntó Gil, sentados en la banca a un costado del edificio, durante el receso.

—¿Qué cosa? —respondió Kian en tono distante, mientras se concentraba en escribirle un mensaje a Enzo, pidiéndole trabajar doble turno para el viernes.

—Que Olivia irá al baile con Kent.

Como toda respuesta, Kian alzó la vista, mirándolo con el ceño fruncido, antes de volver al texto que estaba digitando.

Desde luego, Gil se tomó el gesto como un «no».

—Es probable que ellos formen una pareja después del baile.

Kian aplastó el ícono para enviar el mensaje. Ahora solo debía esperar la respuesta de su jefe. Mientras tanto, guardó el teléfono en el bolsillo de la chaqueta y lanzó una mirada insulsa a Gil.

—¿Por qué debería importarme?

El aludido se encogió de hombros.

—No sé, tú sabrás. No es que deba importarte, pero he notado que desde hace varios días la evitas en serio, como si tuviera lepra. No te voy a mentir, al principio pensaba que te gustaba o algo así, pero luego me dije a mí mismo que esa era una forma muy extraña de interesarse en alguien, y que a lo mejor lo tuyo con ella es que la odias, o simplemente te disgusta. Especialmente ahora que está con Kent.

TinieblasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora