Capítulo 3

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Al terminar el baile Hoseok fue llevado a un aposento, no tenía idea del porque fue así, pero suponía que era por su seguridad, las concubinas serían capaz de hacerle la vida imposible en el harem.

Y es obvio, nunca nadie habia recibido un pañuelo negro, quienes lo recibían normalmente eran omegas de la realeza o del mismo harem pero deberían ser las favoritas.

El emperador debería elegir meticulosamente a su omega y no elegir a uno por su simple manera de bailar o de llamar la atención de su alfa. Aunque el emperador no hubiera dado ese pañuelo si no fuera porque está seguro de lo que está haciendo.

Hoseok sintió la mala mirada de muchas allí, pero decidió no darle importancia. Una vez dentro de su aposento dejó que le ayudarán a quitar su hambok y las pocas joyas que tenía, peinaron su hermoso cabello rojo y lo vistieron con las telas las suaves del país.

Hoseok se sentía alguien de suma importancia aunque aún no lo sea, con todas las atenciones recibidas se sentía alguien de la realeza sin siquiera pertenercer a ella.

Se acostó en la cama una vez que lo dejaron solo y cerró sus ojos conciliando el sueño rápidamente luego de un largo día.

Al día siguiente fue despertado por las mismas betas que lo ayudaron la noche anterior, lo bañaron y lo vistieron apropiadamente para ir a desayunar con el emperador y el príncipe

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Al día siguiente fue despertado por las mismas betas que lo ayudaron la noche anterior, lo bañaron y lo vistieron apropiadamente para ir a desayunar con el emperador y el príncipe.

Las betas le dijeron que durante su estadía aquí ellas serían las encargadas de bañarlo y vestirlo.

Una vez que estuvo maquillado, vestido y peinado salió de los aposentos y caminó por los pasillos hasta la sala del trono en dónde estaba el emperador y el príncipe.

Al llegar fue anunciado le permitieron el paso.

—Buenos días, majestad, príncipe.— Hizo reverencia la cual fue correspondida con un asentimiento.

—Espero hayas tenido una noche placentera Hoseok.— Habló Yoon-Gi señalando el espacio vacío al lado de Jimin. —Sientate al lado de Jimin, Hoseok.

El omega pelirrojo asintió y acató la orden de inmediato, al sentarse unas betas le trajeron el desayuno. Frutas, pan, queso y jugo de naranja.

El desayuno se basó en charlas sobre el omega y alguna que otra anécdota del principe y el emperador cuando niños.

—Dime Hoseok, ¿Te han querido cortejar anteriormente?.— Preguntó Jimin descaradamente.

—No, príncipe. Los alfas del pueblo decían que era feo y que no me querían como madre de sus cachorros.— Hablo algo apenado.

—Tonterias, eres el omega más hermoso que haya visto.— Dijo Yoon-Gi haciendo que Jimin gire su cabeza como exorcista hacia su hermano. —¿Qué? Solo digo la verdad.

Hoseok se sentía un tomate de tan rojo que se encontraba en esos momentos. —Muchas gracias, majestad.

Y en eso entró un guardia anunciando a una tal Yesung.

—Hazla pasar.— Yoon-Gi bebió su jugo de uvas con molestia.

—Emperador.— Hizo reverencia. —Yo venía aquí porque no se me hace justo lo que el príncipe hizo. No puede darle una habitación al omega que recibió el pañuelo ayer. Es totalmente injusto cuando ninguna en el harem tiene uno así.

—Yesung, ¿Con cuál derecho vienes a quejarte?, Tu eres una favorita y el joven Jung es mi omega. O más bien, es el omega que estoy cortejando. Merece todos los tratos posibles y no merece estar en el harem en dónde seguro lo van a insultar.— Explicó. —Mi omega merece ser tratado como todo un rey.

La omega nuevamente iba a hablar pero fue interrumpida por el príncipe. —Me parece una falta de respeto hacia mí, un príncipe, que no le hayas saludado al entrar y que vengas a quejarte de una palabra mía cuando bien sabes que es ley hasta que haya una emperatriz.

Yesung quedó helada ante eso. —Mi príncipe, discúlpeme no- no lo ví. Perdóneme— Dijo arrodillándose para luego hacer una reverencia.

—Tampoco saludaste al omega que está cortejando el emperador.— El príncipe habló nuevamente viendo como la omega cerraba en un puño su mano. —Pero bueno, dejemos eso de lado y retirate.

La omega se levantó y dejó la sala de trono lo más rápido posible. El emperador se levantó y Jimin junto a Hoseok lo imitaron.

—Hoseok acompáñame.— El emperador empezó a caminar y Hoseok le hizo una reverencia a Jimin quien sonrió tiernamente.

Caminaron hasta llegar al jardín y Yoon-Gi hizo que Hoseok se agarre de su brazo. —Hoseok yo no quiero presionarte a nada, yo solo quiero enamorarte y que juntos tengamos cachorros... ¿Cuántos cachorros quieres tu?, Es que yo no quiero poner un número porque quién los va a parir serás tú.— Dijo lo último tímidamente.

—Pues, a mí me gustaría mucho tener al menos no sé... ¿Cinco? Es que amo a los cachorros.— Soltó una pequeña risita al ver la cara del alfa.

—Yo también quería tener al menos cinco cachorros con mi emperatriz.

Hoseok mordió su labio inferior sin saber si preguntar o no pero lo terminó haciendo de todas maneras. —¿Por qué no se casó? Tengo entendido que aquella omega que se presentó hace un rato es una princesa, debió casarse con ella.

—Pues sí, pero mi alfa la rechazó desde el inicio y entonces cancelé el matrimonio quedándome solo con concubinas, todo estaba bien pero hace unos meses se me fue exigido tener cachorros o de lo contrario me quitarían el trono.— Explicó. —Es por eso que aproveché el anual baile de primavera para ver si algún omega le atraía a mi alfa para engendrar cachorros...— Hizo una pausa para luego seguir hablando. —Pero me cautivaste de una manera que cuando Jimin me tendió aquél pañuelo negro no me negué en dártelo, además de que no quería asustarte dándote el pañuelo violeta, eso significaría que desde el primer momento te hubiera anudado. —Suspiró.

—¿Su alfa se negaba a darme el violeta?.— Hoseok pareció adivinar.

Yoon-Gi asintió ante eso. —Exactamente, mi alfa también se negaba a anudarte tan rápido, o sea, ambos queremos pero no así de rápido, es distinto el trato que queremos contigo.— Paró de caminar para mirar al omega.

Ninguno de los dos se dieron cuenta de que estaban a milímetros de sus rostros, se dejaron llevar por su instinto y rozaron sus narices para luego pegar sus frentes mientras tenían sus ojos cerrados. No existía nadie más en ese momento, solo ellos.

 No existía nadie más en ese momento, solo ellos

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—LittleAgustD

Baile De Primavera | Yoonseok OmegaverseWhere stories live. Discover now