Volumen uno: Nueve noches de nieve en el Reino Mortal - Capítulo 5

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"Una vez adentro, Xie Bai notó que algo andaba mal".

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Cuando Xie Bai recibió una llamada del Centro Médico Forense, el pequeño gato negro estaba a mitad de baño con una capa gruesa de burbujas blancas de jabón en la parte superior de su cabeza. Con su pelaje empapado y pegado a su piel, lucía divertido y lamentable.

—¿Qué pasa? —preguntó el joven, sosteniendo su celular.

—Xiao Xie, no dormiremos esta noche. Empaca y date prisa. Alguien vio partes mutiladas de cadáveres en el baño del piso del Departamento de Obstetricia y Ginecología del Hospital Kanghe, es muy extraño. No hay suficiente personal, ¡ven rápido! —Su colega, al otro lado de la línea, habló apresuradamente y el ambiente donde él se encontraba era terriblemente ruidoso. Una situación tan aterradora debió impresionar a mucha gente.

Xie Bai comentó—: Estaré ahí. —Luego colgó.

Este chico irresponsable ni siquiera miró al felino que aún tenía burbujas de jabón. Se puso el abrigo y la bufanda, caminando hacia la puerta. Cuando cerró, incluso el sonido de su débil tos fue audible desde la escalera.

El gato claramente no creyó que Xie Bai fuera insensato hasta ese punto. Se impulsó hacia el borde del lavabo con sus dos regordetas patas en un estado de aturdimiento, y con un fuerte ruido, se golpeó contra la pared.


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Con tal velocidad parecía que Xie Bai corría hacia el Hospital Kanghe en un parpadear; después enseñó su identificación, pasó la cinta policial e ingresó al baño, detectando que los ojos de su colega Jiang Haoran estaban a punto de salirse.

—¿Cómo llegaste tan rápido, didi[1]? —preguntó Jiang Haoran.

—Daba la casualidad que estaba comiendo al otro lado de la calle —La otra parte contestó mientras se ponía su bata y doble par de guantes al mismo tiempo que escaneaba el letrero vertical en el piso—. ¿Fuera de servicio por reparación? ¿Desde cuándo no se usa este baño?

—Tres días, las partes mutiladas están adentro. Está bien, el olor no es demasiado fuerte, pero visualmente la escena es incómoda. ¿Estás listo? Entra cuando lo estés. —anunció Jiang Haoran queriendo llevarlo al interior.

Xie Bai esquivó la mano de su compañero al momento de ajustar su tapabocas, posteriormente lo siguió.

—Es algo desagradable ¿no? —Jiang Haoran vio que los pasos de Xie Bai se detuvieron, y pensó que se encontraba asustado por aquel acontecimiento—. Para ser sincero, hace rato que vine también me sentí así. La seguridad pública de Ciudad Lin nunca ha sido mala; incluso es mi primera vez que veo una situación como esa en seis años. Percibo mis piernas suaves, ¿puedes continuar?

El joven negó y pronunció—: Estoy bien. —Avanzó dos pasos, evitando la sangre seca en el suelo, y adentrándose para toparse con los divisores de sanitarios.

Las puertas de cada retrete ya se habían abierto una por una. La terrible escena en el interior se mostró claramente frente a sus ojos: una gran cantidad de partes de cadáveres mutilados esparcidas en cuatro cubículos. Brazos, piernas, pecho y estómago... A simple vista, se diferenciaban al menos tres víctimas. Estaban amontonadas desordenadamente. Las incisiones se hallaban masacradas y destrozadas, todas tenían algunos agujeros ensangrentados, grandes o pequeños, los cuales eran llamativos.

El Invitado YinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora