Capítulo 26 ~ Eres libre🔞.

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- Con una enfermera así de hermosa, me dejaría pinchar todos los brazos. - bromeó.

- Sólo tienes uno James. - dije, entre risas.

- Bueno... este brazo es todo tuyo. - soltó, mientras acercaba sus labios a mi oreja. - y puedes utilizarlo para otras cosas, ya sabes cuales. - susurró en mi oído, lo que hizo que se me pusiera la piel de gallina.

Reí nerviosa y tomé su brazo para colocar el catéter, con una aguja más gruesa de lo normal, puesto que las regulares se rompían antes de entrar.

- Está listo señor Barnes. - dije, actuando como alguien profesional.

- Señora Barnes. - me siguió el juego. - insisto en que me llame por mi nombre.

- ¿Y cuál es su nombre señor Barnes?, no tengo el placer de recordarlo.

- Fitzwilliam, señora Barnes.

Solté una fuerte carcajada, mientras sentía como su brazo de metal rodeaba mi cintura.

- Es un gran nombre, de hecho, el protagonista de mi libro favorito lleva ese nombre.

- Y es que, la mujer que puso mi nombre tiene muy buen gusto.

- Así veo. - dije, dejando un pequeño beso en sus labios.

De la nada, sentí una gran angustia en mi pecho, pensando en que quizás este podría ser el último momento que tuviésemos juntos, que quizás esto no funcionaba y todo era para peor, por un momento pensé en derrocar todo y seguir así, como estábamos.

Pero eso no era posible, los dos sabíamos que vivir con ese miedo de que en cualquier momento alguien pudiese despertarlo no era grato, era un riesgo grande, pero un riesgo que James debía pasar, para vivir como él quería, como una persona normal.

Eso no significaba que mis emociones fuesen de vibranio, así que no pude controlarme, cuando justo después del beso, lágrimas involuntarias comenzaron a caer por mis mejillas, haciendo que James comenzara a darme apoyo emocional, cuando debía ser al revés.

- Perdóname.... - dije, entre sollozos.

- Hey, Devushka.... - susurró, mientras tomaba mi rostro con sus dos manos y limpiaba mis lagrimas con sus pulgares. - todo saldrá bien, porque las dos mujeres más inteligentes del mundo están a cargo de esto.

- No soy la mujer más inteligente del mundo...

- Claro que lo eres... dejaste en vergüenza a una institución que se supone debería ser la mejor del mundo...

Bajé mi mirada y posé mi cara en su hombro, escondiéndome, pero el la volvió a tomar, haciendo que lo mirara a los ojos.

- Todos saben lo que puedes lograr, pero necesito que tú te lo creas. - murmuró, mientras dejaba un beso profundo en mi frente. - ustedes hicieron esto y eso hace que yo no sienta ninguna duda....

- ¿Y si no resulta?, quizás es mejor dejarlo así, quedarnos aquí y...

- Seguir teniendo miedo de que en algún momento alguien encuentre las palabras y maneje al soldado a su antojo. - me interrumpió.

Perdí el control de mis lágrimas, mientras apretaba sus manos. Sabía que tenía razón y confiaba en todo lo que habíamos formulado con Shuri, pero nos enfrentábamos a una mente en la que no sabíamos que tipo de cosas estaban implementadas, era como navegar a ciegas.

- Perdóname muñeca, pero voy a someterme a esto, estes o no de acuerdo. - me informó, mientras juntaba nuestras frentes. - prefiero lastimarte por tomar esta decisión, que lastimarte cuando alguien despierte al soldado y este me obligue a terminar su misión....

Heridas de guerra | Bucky Barnes Where stories live. Discover now