VI

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Barry y Mia luego de organizar el restaurante, se dirigieron al apartamento de la chica. Allí ella le dio un mini tour y él le agradeció por permitirle su estadía allí. Él solo estaría durante el fin de semana, se encontraba audicionando para una película.

- Oye, pero solo tienes una cama- Barry se rascó la nuca, incomodo.

- Sí ¿Qué pasa?

- ¿Dónde dormiré?

- Conmigo- le sonrío segura- A menos que te incomode y no quieras.

- ¿Estás segura? Me refiero a qué sí no hay problema.

- No, para nada. Creo que es completamente normal, además ya nos tenemos confianza.

- Está bien, te lo agradezco.

- No es nada.

- Quiero invitarte a cenar- él la observo tiernamente.

- ¿Enserio? A qué se debe el honor.

- No estaré por mucho tiempo aquí, así que quiero compartir lo más que pueda contigo.

- Tienes razón.

- Así que ¿A dónde podemos ir? Tú conoces este lugar más que yo.

- ¿Te gusta las hamburguesas?

- Qué pregunta es esa, Mia, por favor- la observó indignado.

- Sí sabes que no a todos le gusta.

- Soy consciente de ello, pero puedo asegurarte de que a mí me gustan y mucho.

- Ok, entonces vamos.

Tomaron un taxi y se dirigieron hasta la zona gastronómica más conocida de la ciudad, Mia aseguraba que allí se encontraba el mejor sitio de hamburguesas, eran hechas por los mismísimos dioses. Entraron al lugar y una chica les dio el menú.

- ¿Qué me recomiendas?

- Todas son riquísimas, aunque siempre como esta- señaló un enunciado- Trea tocineta, jamón y maíz tierno, además de lo de siempre.

- Ok, entonces seguiré tu consejo.

- Deberías decir eso más seguido.

Se sonrieron y él regresó su vista al menú para detallar el resto de las opciones. La chica se limitó a observarlo atentamente, no podía creer que aquel irlandés la hubiera enamorado a tal magnitud. Ellos eran muy diferentes, empezando por su profesión. A veces dudaba sí era correcto continuar con él, muchos factores la inundaban de inseguridades.

- Hey, ¿Todo bien? - agitó la mano frente a ella.

- Sí, todo bien.

- Comienzo a pensar que te atrae mucho mi físico, siempre te me quedas mirando- se burló.

- Pues por fin lo descubriste ¡Sorpresa!

- ¿Hablas enserio? - asintió- Bueno, me alegra saber que te gusta este chico.

- ¿Te gusta esta chica?

- Eres hermosísima, te lo he dicho más de mil veces en todo este tiempo. - tomó su mano y la apretó levemente- Mia, lo he estado pensando mucho y creo que es tiempo de decírtelo.

- ¿Qué cosa? ¿Tienes novia, esposa, hijos?

- ¡¿Qué?!- la observó atónito- ¡No, cómo crees!

- ¿Entonces?

- Mia Wilson ¿Te gustaría ser mi novia?

La chica se atraganto con su propia saliva y sus manos comenzaron a sudar excesivamente. Por supuesto que lo quería, pero temía lo que pudiera pasar, no quería salir lastimada. Levantó su mirada y lo observó directamente a sus ojos, él le transmitía tanta paz y alegría.

- Nada me encantaría más.

- ¡Sí! - gritó y todos en el lugar lo observaron extrañados.

- Oye, baja la voz- la chica se sonrojo.

- Ven aquí.

Se juntaron en un beso muy lindo y tierno. Su amor era muy puro y dulce, siempre se lo demostró.

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Llegaron al apartamento y se recostaron de inmediato en la cama, había sido un día muy pesado y estaban muy cansados. Se miraron frente a frente y se sonreían, parecían dos adolescentes. Mia tocó la nariz del chico con a punta de su lengua y él se río. Ella llegaba a sorprenderlo con cada acción que hacía, podía ser algo seca, chistosa o indiferente.

- ¿Por qué me preguntaste sí me gustabas?

- Yo, no lo sé.

- Dime la verdad, por favor.

- Son estupideces, a veces me inundan inseguridades, es todo.

- ¿De qué hablas?

- Barry, eres muy guapo y además eres actor, cualquier chica hermosa se te puede atravesar. - musitó desviando su mirada- Sé que no éramos nada, pero no podía evitar pensar en eso.

- Pues supongo que tienes razón, por eso te conocí, en mi vista se topó esta chica hermosa y me cautivó al instante.

- ¿Hablas enserio?

- Por supuesto y quiero que por favor no dudes de ello, yo te elegí a ti y jamás te lastimaría, yo nunca hago eso.

- Así que es más probable que te lastime yo – bromeó la chica.

- Por supuesto que sí, eres todo un Polo Norte, tú corazón está hecho de hielo.

- Así es y el tuyo es de fuego.

- Un fuego llameante que se enciende cada vez que te ve.

- Oye, basta- la chica se sonrojo.

- Te quiero.

- Y yo a ti.

- Como sabes volveré a Irlanda.

- Así es.

- Oye, tal vez sea muy pronto, pero me gustaría que conocieras a mi familia y mi mejor amiga.

- ¿Qué? - lo observó atentamente- No lo sé, Barry.

- Puedes pedir permiso la próxima semana y te vas conmigo.

- ¿Crees que es buena idea?

- Sí.

- No lo sé.

- Por favor, te encantarán, ya lo verás.

- Déjame pensarlo ¿Sí? Tal vez le puedo preguntar a Stephen.

- De acuerdo, esperaré a tu respuesta. 

Mistakes- Barry Keoghanحيث تعيش القصص. اكتشف الآن