Día 8: Planes

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Miraba como la blanca nieve caía lentamente, el paisaje que se veía en las calles era simplemente maravilloso, era irónico que hasta este momento pudiera emocionarse, cuando la gente ignoraba algo tan precioso como esto. Era cierto lo que decían, cuando estás a punto de morir aquello que antes ignorabas, ahora lo aprecias y guardas en tu memoria.

Camino entre la multitud, agradecía que por el frio llevara un abrigo que oculta la pulsera, no quería repetir el incidente de hace 2 días, llego al orfanato donde noto a un sonriente Dutch, no tardó mucho en saber la respuesta, por la expresión que este daba solo podía pensar que Susan y él, ya eran pareja, así que decidió no interrumpirlo y siguió su camino hasta el patio donde los niños estaban jugando en la nieve. Al verlo todos corrieron a saludarlo.


─ ¡JOHNNY! ─ corrían abrazarlo, mientras sonreían alegremente al verlo.


Y no era para menos, durante la semana el rubio, les había llevado juguetes, ropa entre otras cosas, había jugado con todos ellos. Todas las tardes los niños esperaban con alegría la visita del ojiazul.


─ ¿Johnny porque no viniste ayer? ─ preguntaba una pequeña niña de cabello rubio de 10 años.

─Perdona Tory, tuve que trabajar.

─ ¿Jugaras con nosotros hoy? ─ preguntaba otro niño.

─ ¿Cuándo traerás el cuento de Sam? ─ preguntaba una niña.

─ Pronto lo traeré, y en cuanto a jugar, claro que quiero jugar.


Los niños estaban contentos, pero antes de hacer cualquier cosa un par de mellizos corrieron a los brazos del millonario. Haciendo que sus amigos empezaran batallando para obtener la atención del mayor.


-Vamos Anthony, Sam. Mejor juguemos entre todos.

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Notaba al de ojos miel muy distraído, desde en la mañana que regresó de ver a una persona no quitó esa expresión pensativa, y realmente lo estaba preocupando.


─ ¿Sucedió algo malo Tommy?

─ Depende. Si lo consideras malo.

─ ¿A qué te refieres?

─ Temprano fui a ver a Julie Pierce, y traté de convencerla de que me dijera lo que planeaba Lawrence, pero se negó. Pero tuve suerte de que la llamaran por una emergencia y aproveché a revisar sus documentos.

─ Sabes que lo que hiciste es ilegal.

─ Vamos como si nunca lo hubiera hecho.

─ ¿Pero? Ah... olvídalo, mejor continúa.

─ Pues que encontré documentos donde en caso de que le sucediera algo dejaba como albacea de toda su fortuna a una mujer de nombre Carmen.

─ ¿Albacea?

─ Así es, porque los herederos son dos chicos de nombre Anthony y Samantha, por lo escrito del testamento deduzco que son menores de edad.

─ ¿Es malo lo que hace?

─ No, pero, es muy extraño todos tenemos apenas 21 años, pero Lawrence ya hace planes muy adelantados a su futuro, es como si supiera algo.

─ Tommy, dime la verdad que te preocupa.

─ Sabes que, durante esa época de no haber sido por él, tú y yo jamás hubiéramos empezado a salir. Y a pesar de todo lo sucedido, no quisiera que nada malo le pasara.


Soltó una leve risilla que molesto al rubio, haciendo que lo mirara de mala manera.


─ Perdóname cariño, pero es que a pesar de que todos digan que odian a Johnny, no lo hacen. Sé muy bien que lo extrañan.

─ Por eso jamás comprenderé porque cambio de actitud tan drásticamente, es que acaso no le dolió todo lo que hizo.


Jimmy abrazo a Tommy, evitando que viera la expresión de tristeza que tenía.

─ No lo sé... No lo sé. ─ Se odiaba por mentirle, pero no podía decir nada, eso era algo que no le correspondía.

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Estaba muy feliz, por fin logro terminar el cuento, pasaba página por página detallando cada una de las imágenes, se sentía muy bien por ello, solo esperaba que el dueño no se diera de cuenta que los personajes, eran conocidos suyos, porque si no realmente estaría muy avergonzado.

Trato de ignorar ese pequeño detalle, por lo que decidió llamar a su amiga.


─ ¿Diga?

─ ¿Dutch? ─ No se esperaba escuchar la voz de su amigo en vez de la pelinegra.

─ Hola Daniel ¿necesitas algo?

─ ¿Y Susan?

─ Pues, está cansada por.... ─ entonces escuchó una breve pelea. ─ ¿Qué sucede Daniel?

─ ¿Todo bien Su?

─ Sí, dime para qué me llamaste.

─ Cierto, era para informarte que ya terminé el cuento.

─ Excelente. Mañana llévalo al centro comercial, ya que ahorita estoy ocupada.

─ Entiendo, nos vemos.

─ Adiós.


LaRusso se quedó mirando su celular por unos breves momentos, no entendía que sería lo que estarían haciendo esos dos, pero algo le decía que era mejor no saberlo. Simplemente dejo el cuento a un lado, y se dirigió a darse una ducha. Necesitaba relajarse con urgencia.

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Por fin me puse al corriente con los días. :D así que podrán leer el final el 25.

Nos leemos pronto.

12 Días (LawRusso) [Adaptación]Where stories live. Discover now