Día 6: Si hoy fuera el último día

299 58 21
                                    

─ Muy bien que es lo que ocultas Jimmy.

─ ¿De qué hablas Susan?

─ No finjas ayer cuando Tommy dijo que la única manera de que Lawrence cambiara seria a menos de que estuviera a punto de morir, tú te alteraste.

─ Cla... Claro que no.

─ No me mientas Jimmy, tú sabes algo. Dímelo de una vez.

Recordaba cuando la gente decía que alguien como él no temía a nada, si supieran que existían personas capaces de infundirle miedo, una de ellas se encontraba frente a él, mirándole de forma amenazante, como si de un asesino se tratara acercándose a su víctima.

─ Te juro que no es nada.

─ Mmmm... espero que no me mientas, porque si no me las pagaras.

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

Estaba frente al orfanato, durante los últimos 2 días estuvo meditando una decisión que sería muy importante, entro y vio a Dutch pintando.

─ Trabajas duro.

─ Bueno algunos debemos trabajar duro para ganarnos el dinero. ─ le contestó de manera brusca sin dirigirle la mirada.

─ Que bien, pero no todo en la vida es el trabajo, aunque dudo que a estas alturas hayas tomado el valor de confesarle lo que sientes.

Dejo de pintar, para mirar a su interlocutor. ─ No tienes derecho a decirme algo, cuando tú dejaste a la persona que decías amar.

─ Ciertamente, no tengo el derecho. ─ cerró sus ojos, y sonrió de manera leve. ─ Pero es patético verte seguir enamorado de Susan y que desperdicies el tiempo. Pero da igual has lo que te plazca. - paso a su lado para dirigirse a la oficina de la señora Shannon. ─ Si mañana fuera el último día de tu vida, sé que harías lo que fuera para estar con ella, pero porque esperar a eso, cuando puedes disfrutar toda una vida junto a quien amas, y cuando mueras podrás decir que no te arrepentiste de nada.

Dutch medito las palabras del rubio, en verdad él no tenía derecho, pero sus palabras sonaban con tanta melancolía.

─ ¿Si fuera el último día de mi vida? ─ saco su celular, y marcó un número, se oía los pitidos de llamada, después del tercer toque se escuchó como respondían.

─ ¿Qué sucede Dutch?

─ ¿Susan estás ocupada mañana?

─ No ¿sucede algo?

─ Quisiera hablar contigo, podemos vernos mañana al mediodía en la cafetería donde solíamos ir.

─ Muy bien, te veré mañana.

El rubio colgó sentía que se liberaba de un peso, era irónico que, aun detestando a ese ojiazul, tomo su consejo, decidió no darle vueltas al asunto y mejor continuar con su trabajo.

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

Bobby caminaba rumbo a la clínica, estaba distraído leyendo un libro que sin querer choco con una persona.

─ Lo lamento, fue mi culpa. ─ Se levantó, y ofreció una mano a la otra persona.

─ Descuida, igual estaba distraída. ─ Cuando alzo el rostro el medico se sorprendió al ver de quien se trataba.

─ ¿A-Ali?

─ ¿Bobby? ─ Acepto la mano de este, y se levantó.

─ Es... es una sorpresa verte. ─ se quiso golpear, como podía tartamudear de esa manera, no negaba que aún seguía enamorado de ella, pero no podía actuar como si de un adolescente se tratara.

─ Lo mismo pienso, estoy tan feliz de verte. No sabes cómo los extraño a todos.

─ Eh... si... -mencionó de forma distraída, estaba desilusionado por las palabras de la mujer.

─ Pero te extrañaba más a ti. ─ Hablo con un leve sonrojo que le hacía ver linda.

─ Igual te extrañaba. ─ sonrió ante su respuesta. ─ ¿Te gustaría ir a comer algo?

─ ¿No estás ocupado?

─ La verdad iba a la clínica, pero mi turno empieza en dos horas.

─ Está bien, será entretenido ponernos al corriente.

─ Lo mismo digo.

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

Termina aquella charla con Shannon Keene, la mujer había estado contenta con su petición además de que había prometido tratar de acelerar los trámites caminaba de manera distraída, sin darse cuenta que alguien lo observaba muy de cerca, entonces alguien se acercó por detrás tratándole de arrebatarle la pulsera, trato de evitarlo, pero el sujeto fue más rápido y consiguió quitársela, para salir corriendo.

En ese momento Johnny, empezó a marearse sentía que le faltaba aire, poco a poco todo se volvía borroso, su cuerpo estaba dejando de responderle, por lo que logro llegar al callejón, donde después de dar dos paso cayo sentado, recostándose en la pared. "No puedo morir aquí" "Aun tengo muchas cosas por hacer" fue lo que pensó el rubio, y de pronto a su mente vino la imagen de cierto pelinegro "No puedo morir, no hasta que se lo diga". Sus párpados empezaban a pesarle, poco a poco iba cerrando los ojos.

─ ¡Johnny!

Como pudo abrió los ojos y lo vio parado preocupado.

─ ¿Daniel? ─ Noto la mirada llena de preocupación que le daba. ─ Pulsera. Hombre. Tiempo límite.

─ No te entiendo, pero vi al hombre que te robo, lamento no haber podido atraparlo, pero pude recuperar esto. ─ mostrándole la pulsera, y poniéndosela al rubio.

Johnny al fin pudo respirar con normalidad, pero aún se sentía demasiado cansado, no creía poder moverse por un buen rato.

─ ¿Te encuentras bien? Te ves muy pálido.

─ Digamos que este era el último momento de mi vida.

─ Eso no es gracioso Lawrence.

─ No trataba de decir ningún chiste. Pero te agradezco por haber recuperado la pulsera, esto es mucho más importante que mi vida.

─ No crees que exageras.

─ Un poco. ─ trato de sonreír, pero solo hizo una mueca debido al cansancio.

─ ¿Y? ¿No piensas levantarte?

─ Lo haría si pudiera, pero no me he sentido bien en los últimos días. ─ Era mejor decirle eso, notaba que su apariencia no sería de las mejores. ─ Cuando me sienta un poco mejor, me levantaré y me iré.

Antes de poder decir algo sintió como alguien lo cargaba, y noto que se trataba del moreno.

─ ¿Qué carajos crees que haces LaRusso?

─ Cierra la boca Lawrence te vez muy pálido, y no voy a dejarte tirado en el callejón. Te llevaré a mi casa y cuando te sientas mejor podrás irte a la tuya.

─ ¿Estás loco? ¡Bájame! ¡No pienso ir a ningún lado contigo!

─ ¡Pues yo no te dejare que te pase algo! Así que cállate, y déjame ayudarte.

─ Pero no quiero ser visto así, es vergonzoso. ─ contestó al verse cargado al estilo princesa por el moreno.

─ Pues te aguantas.

El millonario no dijo nada, solo cerro los ojos para evitar las miradas curiosas de los demás, y sin darse cuenta se quedó dormido mientras recargaba su cabeza en el pecho de Daniel. Por su parte LaRusso sonrió ante la adorable imagen del rubio, y disfruto de la agradable sensación de tenerlo entre sus brazos.

12 Días (LawRusso) [Adaptación]Where stories live. Discover now