Día 2: Encuentros y pedidos

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Se encontraba sentado en una cafetería, miraba cada cierto tiempo su reloj empezaba a desesperarse porque no aparecía, entonces el sonido de la puerta llamo su atención y vislumbro la entrada de una mujer pelinegra, quien de inmediato reconoció. Ella se acercó a donde él estaba, y se sentó enfrente.

─ Ciertamente creí que se trataba de una broma, pero no pensé verte de nuevo Lawrence.

─ Lo sé, ha pasado tiempo Susan.

─ ¿Y? Creo que llamaste por trabajo.

─ Sí, necesito que investigues a alguien. ─ Entregándole un papel con el nombre de la persona.

─ ¿Qué planeas? ─ Frunció el ceño ante la actitud del millonario.

─ Podrás hacerlo ¿Sí o no?

─ No me subestimes, tendrás la información para esta tarde ¿Es todo?

─ De hecho necesito otra cosa. ─ puso en la mesa el cuaderno que la pequeña Sam le había dado. ─ Necesito que transcriban lo que viene aquí, además de que tenga ilustraciones.

─ Quieres que se lo entregue ¿verdad?

─ Es el único que conozco que podría hacer esto en poco tiempo, lo necesito para antes de navidad. Pero no le digas que soy yo.

─ Ciertamente no lo hare, no eres alguien que merezca ser mencionado. ─ lo miro de manera fría.

─ Lo entiendo, pues espero tu llamada. ─ se levantó de la mesa. ─ Por cierto quizás no te importe, pero gracias por ayudarme.

Salió del lugar, dejando sorprendida a la pelinegra, cuando fue la última vez que vio esa sonrisa, no esas sonrisas arrogantes o falsas sino una genuina sonrisa, aquello ciertamente la intrigo, saco su celular y marco un número en específico.

─ ¿Hola? ─ Se escuchó al otro lado de la línea.

─ Tommy, soy Susan.

─ ¿Qué sucede?

─ No vas a creer la cosa más extraña que me ha ocurrido.

─ Nada puede ser tan extraño como la vez que Dutch se emborracho y consiguió un león.

─ De hecho esto lo supera por demás. ¿Crees en los milagros?

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Después de alejarse de la cafetería Johnny se subió a su auto para dirigirse a ver a otra persona, esperaba que al menos le diera la oportunidad de hablar, pero admitía que fue un alivio contar con la ayuda de Susan. Llego frente un enorme edificio donde se veía a varios hombres irse en camionetas, se sorprendía como aquella pequeña empresa que alguna vez conoció había crecido en los últimos 3 años.

Entro con un poco de duda u ansiedad, ciertamente esperaba no empezar una discusión, pero debía estar preparado. Después de pedir indicaciones llego a una oficina (obviamente no tan grande como la suya) toco la puerta y al escuchar la voz diciendo "adelante" tomo valor para entrar.

─ Buenos días.

─ Creo que es el fin del mundo, no pensé ver al gran John Lawrence en este insignificante lugar.

─ Yo tampoco pensé estar aquí Dutch, pero realmente necesito tus servicios.

─ No habrá mejores hombres y más calificados para esa tarea. ─ Contesto con sarcasmo rememorando cierta ocasión.

─ No sé si los haya, pero el lugar al que quiero que vayas es ideal para alguien como tú. ─ Sabia que el comentario anterior estaba lleno de rencor y ciertamente no podía culparlo sino lo perdonara pero al menos trataría de que él, como los demás fueran felices. ─ Te pagare el doble, si haces el trabajo.

─ ¿Enserio? ¿De qué lugar se trata para que alguien como tú me necesite y ofrezca tanto dinero?

─ ¿Conoces el orfanato Mark?

─ Claro ¿Que tiene que ver en esto?

─ Pues ese es el lugar en el que requiero tus habilidades.

La mirada que Dutch le estaba dando le provocaba ganas de reírse, era entre sorpresa e incredulidad y como antes sabía que siendo el carácter que tenía ahora, era de extrañarse su actitud.

─ ¿Entonces lo harás?

Dutch suspiro ciertamente cuando lo vio entrar, estaba con la idea de rechazar fuera lo que fuera, pero escuchar pedirle algo que no era para él, sino para otras personas, y que esas personas eran niños que no tenían familia ciertamente lo desarmo, ya que él también fue un huérfano y sabía que por mucho que los trabajadores fueran amables la vida en ese lugar era dura.

-Ten muy claro que no lo hago por ti.

-Entiendo, mañana a las 10 debes estar ahí.

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Estaba confundido, Susan había llegado media hora atrás solicitándole un favor, no que fuera raro, pero si fue extraño que le pidiera la ayuda con un cuento. Pero si no mal recordaba era petición de un cliente, imaginaba que su amiga lo había recomendado porque no encontraba explicación para que le pidieran ayuda en algo como esto. Daniel suspiro ciertamente no era algo que hiciera, pero si todo era para una niña que amaba los cuentos haría una excepción. Aunque estaba curioso de quien era la persona que pedía algo así, lástima que la pelinegra no dijo nada y simplemente se había marchado, quizás después preguntaría.

Daniel salió de sus pensamientos, mientras sostenía ese cuaderno, por lo que decidió leerlo para darse una idea de lo que dibujaría, era un alivio Susan le hubiera traído todo lo necesario para realizar con su trabajo.

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Susan se dirigía a la empresa de Johnny a entregarle los resultados de su investigación, pero igual necesitaba averiguar que le había sucedido al rubio y a que se debía el cambio de actitud tan repentino, por lo menos tuvo la idea de pedirle ayuda a Tommy quizás el pudiera saber algo, pero debido a que no se encontraba en el país, debía esperar al menos 3 días para su regreso.

Llego a la empresa, entro de manera rápida y ya estando casi enfrente de la oficina fue frenada por una chica que nunca había visto, sino mal recordaba Ali era quien trabajaba como secretaria para Johnny, pero no dudaba que se hubiera cansado.

─ ¿Tiene cita para ver al señor Lawrence?

─ No, pero es importante que lo veo, dígale que Susan Allen vino a verlo. ─ Entonces observo detenidamente a la muchacha y noto que se trataba de la persona que debía investigar, eso provoco más curiosidad.

Carmen marco después del tercer pitido escucho como su jefe le contestaba, después de informarle y que este le permitiera el paso a la recién llegada. Se puso a un lado de la mujer pelinegra y abrió la oficina dejando que entrara.

─ Gracias. ─ pronuncio antes de que ella volviera a cerrar la puerta.

─ Creí que tardarías más tiempo.

─ No, ciertamente todo fue demasiado fácil, aunque quisiera preguntar por qué investigas a tu secretaria es seguro que no me lo dirías. ─ Dejando el folder que traía en el escritorio del rubio.

─ Ya deposité el pago en tu cuenta.

─ Muy bien, te avisare cuando el otro encargo esté listo.

Viendo que ya no había nada que hacer, se dio la vuelta para irse, cuando estaba a punto de abrir la puerta no pudo detener su curiosidad.

─ Al menos puedo saber porque pides mi ayuda, cuando tú fuiste el que decidió dejarnos atrás.

Todo estaba en silencio, por lo que abrió la puerta y se fue de allí, Johnny mantenía una actitud seria, pero en realidad estaba triste.

─ Porque al menos quiero remediar lo que hice antes de que se me acabé el tiempo.

Susan quien se encontraba aun detrás de la puerta y que había escuchado lo dicho por el empresario, ahora estaba más interesada en saber que era lo que pasaba, y no descansaría hasta averiguarlo.

12 Días (LawRusso) [Adaptación]Where stories live. Discover now