MY BEST GIRL
─ Saldrás esta noche, ¿verdad? ─ preguntó Luna mientras se sentaba en la silla junto a la cama de hospital en la que estaba acostado Ziggy.─ Sí. ¿Por qué? ─ respondió ella con una suave sonrisa.
Luna había estado visitando a Ziggy todos los días durante dos semanas. Sabía que Tabitha sospechaba de Ziggy y de ella, pero no le correspondía cuestionar a su hija sobre tal cosa, y mucho menos si no le había hablado al respecto.
Sabía que Luna finalmente se sinceraría con ella y estaría más que feliz de apoyarla. ─ Tenía la esperanza de que tal vez te gustaría pasar el rato o venir esta noche. Mi mamá es enfermera, así que la tuya no tiene que preocuparse por nada. ─ sugirió Luna.
─ Me encantaría, pero no creo que a mi mamá le guste mucho esa idea. ─ Ziggy se volteó hacia la ventana, donde su madre las miraba constantemente.
Ojeras cubriendo casi todo su rostro. Podría ser fácilmente confundida por una mujer sin hogar si no tuviera un pase de visitante colgando de su cuello. El olor a alcohol inundaba todo el pasillo cada vez que hablaba.
─ Sabe que estamos jodidamente traumatizadas por lo que pasó en el campamento. Solo dile que necesitas a alguien que entienda por lo que has pasado.
Ziggy sonrió al ver cómo Luna buscaba excusas para pasar el rato con ella. ─ Claro. Preguntare. ─ se rió entre dientes.
─ Entonces yo esperaré tu llamada. ─ Luna sonrió y se levantó.
─ Ven aquí. ─ Ziggy susurró y le hizo señas para que se acercara.
Cuando lo hizo, le dio a Luna un rápido beso en los labios sin que su madre se diera cuenta. ─ ¡Christine Berman! ─ Luna soltó una risita.
─ Tuve que besar a mi chica. ─ Ziggy sonrió y se despidió.
No había suficientes palabras en el vocabulario español para describir cuánto amaba Luna a Ziggy. Cómo la hacía sentir, cómo hablaban entre ellos, todo hizo que "superar" la muerte de sus hermanas fuera más fácil para ambas.
Las dos extrañaban terriblemente a sus hermanas, pero de alguna manera el amor del otro hizo que todo fuera un poco más tolerable.
De camino a casa en auto, Luna le preguntó a su madre si podía invitar a Ziggy. ─ Si su madre se lo permite, seguro. ¿Por qué no? ─ se encogió de hombros sin apartar la vista de la carretera.
Tabitha pensó que tal vez Luna había superado la muerte de Lila bastante rápido, pero la verdad es que no lo había hecho. Vio morir a Lila, Cindy y Ziggy y vio a Nick volver a la vida como Ziggy.
Luna no era el tipo de persona que mostraba sus emociones en público, pero había estado llorando hasta quedarse dormida todas las noches desde el 19 de julio. Se culpó a sí misma de la muerte de su hermana, sabiendo que si no hubiera estado demasiado distraída, no se habría caído y roto el tobillo.
Pasaron las horas mientras Luna yacía en su cama, esperando una llamada de Ziggy. Mientras se acostaba sobre las sábanas blancas y azules de su cama, esperó a que sonara el teléfono.
Pensó que tal vez Ziggy no iría, después de todo, se sentía como una idiota, incluso sentía que los carteles de la banda que estaban pegados en la pared se estaban riendo de ella.
Luna, acaba de salir del hospital. Ella no va a venir, pensó Luna.
23:27, marcó el reloj.
Empezó a darse por vencida y apagó la lámpara que estaba en su mesita de noche. ─ ¡Oye! ─ Escuchó un susurro detrás de ella. Se giró para ver a Ziggy de pie al otro lado de la ventana.
