chapter six
THE SHADYSIDE CURSE
Jeremy era un buen niño. Un Shadysider que una vez fue cuidado por Lila Donovan hace unos cuatro años. Conmocionó a Luna hasta la médula cuando vio la sangre esparcida en el suelo con sus gafas en la cabina en la que ella y Ziggy estaban hace horas.
El consejero Gary comenzó a tocar la campana que estaba justo afuera del Mess Hall. ─ ¡ESTO NO ES PARTE DEL JUEGO! ¡VAMOS, CHICOS! ¡VAMOS, VAMOS! ─ Gritó mientras los niños entraban corriendo, gritando. Luna y Ziggy ya estaban dentro, ayudando a Nick a contar cómo los campistas estaban a salvo con ellos.
─ ¡Todos, mantengan la calma! ¡Es todo correcto! ─ Nick los tranquilizó después de que las luces se apagaron.
─ ¿Cuántos? ─ Preguntó Gary.
─ Veintitrés. ─ Nick respondió.
Gary se encogió. ─ Faltan al menos treinta.
Luna se sentó en una de las mesas, sosteniendo la mano de Ziggy.
─ ¿Dónde están Cindy, Lila, Kurt y Joan? ─ Nick preguntó, estresado por solo tener otro compañero que lo ayudara, pero nadie sabía dónde estaban.
─ Tenemos que ir, tenemos que advertir a la gente. ─ Ziggy dijo bajo su aliento y caminó hacia la puerta, pero Nick la detuvo.
─ ¿A dónde vas? No. ─ Él la agarró de los hombros y Luna puso los ojos en blanco por detrás de ellos.
─ Mi hermana, su hermana. ¡Todavía están ahí fuera! ─ Ziggy trató de quitarse de las manos, pero él la contuvo.
─ Iré con Gary. ─ Nick dijo y Gary volvió la cabeza hacia él, sin aprobar.
─ ¿Qué? ─ preguntó sorprendido.
─ Simplemente, por favor, quédate aquí. Tú también, Donovan. ─ señaló a Luna, que era la muerte mirándolos a ambos.6
Ziggy pronto fue alejada por Becky y Annie. ─ ¿¡Y ella dónde está, bruja!? ─ Preguntó Becky. Will se acercó a Luna, que estaba a punto de ponerse de pie para ayudar a su amiga.
─ Te quedas aquí y me dices dónde está. ─ Will dijo con calma, agarrándose el cabello con una mano y arrodillándose frente a ella.
─ ¿Quién? ─ preguntó ella, apartando su mano de su cara.
─ Sheila. ─ Will y Annie dijeron al mismo tiempo desde el otro lado de la habitación.
Luna y Ziggy se miraron con horror en sus rostros. ─ ¡Mierda! ─ Luna murmuró y corrió hacia la puerta junto a Ziggy.
─ No, te quedas aquí, yo iré. ─ Ziggy la agarró de los hombros como Nick lo había hecho antes, pero Luna no trató de bajarse como lo hizo Ziggy.
─ No te dejo ir solo. ─ Luna susurró, sus manos temblando de terror.
─ Sí, lo harás. Lo prometo, Luna. Prometo que cuando salgamos de esto tendremos una vida feliz juntos. ─ Ziggy susurró de vuelta.
─ Sabes que te perseguiré en el momento en que salgas de esa puerta, ¿verdad? ─ Luna se rió entre dientes.
─ No, no lo harás. Si lo haces, estoy corriendo más rápido. Y sé cuánto odias correr, así que te rendirías y volverías. ─ Ziggy respondió con un poco de humor para aligerar el estado de ánimo.
─ Te espero aquí. ─ ella sonrió a la pelirroja cuando abrió la puerta y corrió al baño para salvar a Sheila del asesino.
Luna se sentó en la mesa en la que estaba antes. ─ Sabes que es una chica, ¿verdad? ─ Will le preguntó con una mirada de disgusto.
