xɪɪɪ. ᴍɪ ʟᴜɢᴀʀ sᴇɢᴜʀᴏ

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-Ya veremos. - dijo tamandolo de la cintura y dándole pequeños besitos en el cuello, amoldando ambos cuerpos.

-Amor, por favor. - dijo soltando un pequeño gemido. - Vas a arruinarme el traje. - por mas que intentaba escapar de sus brazos, parecía no haber manera de hacerlo y no es que quisiera hacerlo tampoco. - Sabes que ahora no puedo. - le dijo usando lo último que le quedaba de su fuerza de voluntad.

La castaña se separó con sus labios fruncidos en un puchero gracioso y adorable ante los ojos del arquitecto, estaba indignada como un niña, pero también comprendia la situación. - Bueno. - dijo separándose por completo y yendo a su habitación a vestirse.

-Llegaré tarde. - le grito el pelirrojo   acercándose a la puerta para salir del departamento, pero se detuvo antes de siquiera abrir la puerta, girando su mirada hacia el pasillo. - Me voy, si quieres podemos encontrarnos en algún lugar… - sugirió con una sonrisa pequeña, sintiéndose un poco mal por dejarla sola.

-No, tranquilo, nos vemos en la noche, anda a tu reunión, ojalá salga todo bien, Serkan. - respondió  sin asomar la cabeza por la habitación.

-¿Segura? - preguntó mordiéndose el labio.

- Si, Serkan.

-¿No me das mi beso?, ¿O se lo tengo que pedir a mi sexy vecino?.

El rostro de Eda se asomó por la puerta, enarcando una ceja, mirándolo de esa manera que decía claramente, ¿A que no te atreves?.

-Que te vaya bien, novio, ten un buen día. - le dijo caminando hacia el todo el tramo que los separaba, hasta llegar a Serkan que fruncia los labios, esperando un beso sobre ellos, pero en cambio recibiendo uno en la mejilla.

-Te odio - le dijo haciendo un puchero.

-Me amas. – respondió tomándolo de la cintura, volteándolo para poder dejarle un beso suave sobre sus  labios. - Te quiero, nos vemos en la noche.

-Ya no quiero ir a ningún lado. - gimió como un niño pequeño abrazándola.

                          ✰ ✰ ✰

Horas más tarde, Serkan salió como un huracán del edificio, a pesar de que su expresión no cambio nada, ni se molesto en despedirse de nadie,  ciertamente no le presto atención a ninguna de las personas quienes comentaba cosas a sus espaldas.

Su corazón palpitaba enérgico, no podía negar que le dolía, pero solo podía fijar sus pensamientos en una cosa, Eda, en lo mucho que le gustaría estar entre sus brazos en ese momento, dándole esa calma que nadie nunca había logrado darle con sólo abrazarlo.

Cerro los ojos y trató de calmarse, "No vas a gritar, no vas a gritar" se repitió cruzando la calle, se metió en su auto, recostando su cabeza contra el asiento y sintió  una lagrima rodar por su mejilla, tomó el celular y vio que tenía una llamada perdida de su novia y le devolvió la llamada rápidamente. Quería escuchar su voz.

-Hola, amor. - contestó Eda alegremente al otro lado, ni un segundo después que había marcado, realmente parecía animada por hablar con él.

-¿Eda?, tengo una llamada perdida tuya. ¿Estas bien?. - preguntó intentando evitar el temblor en su voz.

-Si, solo estaba preocupada por ti, se que estabas nervioso antes de tu reunión y quería saber como te había ido. - contesto rápidamente.

-¿Como te diste ....? .... cancelaron el proyecto.

- ¿QUE?. - exclamó, la sonrisa borrándose de su rostro, sobresaltando a mas de uno de los estudiantes que pasaban a su lado.

-¿Por qué ?, ¿Qué pasó?. - preguntó casi inaudible a quien apoyó su cabeza en el volante con frustración.

ɪɴǫᴜɪʟɪɴᴀ ɪɴᴇsᴘᴇʀᴀᴅᴀ [ᴇᴅsᴇʀ] Where stories live. Discover now