Disfruta de la vista, recorriendo tu piel con el filo de la navaja.

-Tienes una linda ropa interior. Te preparaste para hoy ¿Cierto?. Ahora, sé una buena chica y abre tus piernas.

Te resistes, a lo que él las coloca a los lados por la fuerza, exponiéndote, y luego se aleja para admirar la lujuriosa posición en la que te había colocado.

-No... por favor - Suplicaste.

-Pronto lo disfrutarás.

Haciendo gozo de su vista, se pone de rodillas frente a tí. Desabrocha sus pantalones y te muestra su miembro. Erecto, hinchado, en tu dirección.
Él comienza a sacudirlo con su mano derecha. No se molesta en ocultar sus gemidos, está tan loco y complacido viéndote de esa forma, que no puede parar. Su agitación se hizo más fuerte hasta que se corrió, expulsando su leche por encima de tu debilitado cuerpo.

Una gran sonrisa de satisfacción se muestra en su rostro, contrastante con tu miedo mezclado con asco. Tu cara, tus muslos, tu abdomen, están todos cubiertos por el tibio semen de Kazutora.

-Aún no logro terminar- Te dice, mostrándote que su miembro tiene mucho para darte. -Pero no pareces muy deseosa. Te daré una mano.

De uno de los muebles, él retira una botella pequeña en color verde oscuro. Al volver a mirarte, se quita la camisa, revelando su cuerpo atlético y delgado.

-Vas a pedirme más cuando lo pruebes-Dice, mientras acerca la botella a su boca y consume un poco de su líquido, sin tragarlo.
Se acerca de nuevo a tu cara y jala tu cabello por atrás para obligarte a besarlo. Está compartiendo contigo ese elixir dulce a través de su forzado beso.

-Trágalo todo -Murmura, una vez separado de tí.

Casi ahogándose, pasaste el líquido por tu garganta. Oyes su risa burlona y luego se acerca para besarte intensamente. Algo está pasando contigo.

Comienzas a calentar esa parte de tu cuerpo. Tus muslos tiemblan, se mueven deseosos, sudas, te sonrojas. Cada contacto que tiene él contigo se vuelve placentero. Pero no es común. Es como si ese excitante cosquilleo se multiplicara por tres.

Ahora estás retorciéndote, consciente de la sensación, apretando tus piernas.

-Justo así, amor.

Incluso su voz te seduce. Está jugando a tocar suavemente tu piel, y tú estás tan exaltada que cada toque suyo se siente como si alguien recorriera tu cuerpo con sedosas plumas, electrificándote.

-Pídeme lo que quieras - Te dice al oído.

-To... tócame.

-No te escuché, dilo más fuerte.

-¡Tócame!

Mientras recorre tu cuerpo con sus manos, él baja hasta donde se encuentra esa zona que tanto te avergüenza.

Basta con abrir tus piernas de nuevo y hacer tu ropa interior a un lado.
Comienza a explorarte con la humedecida punta de su lengua. Ha encontrado ése lugar, entre los pliegues.

-¿Te gusta? -Pregunta.

No puedes responder. De la nada, sientes cómo él rompe tus panties y se abalanza a comerte. Su lengua caliente juega con tu clítoris, lame tus pliegues, chupa tu cavidad, como una bestia hambrienta. Te retuerces, arqueas tu espalda, gimes como loca como respuesta a la sensación tan maravillosa.

-Qué rica estás. -Dice, aún entre tus piernas, y con su boca humedecida por tus fluidos. -Pero llegó tu turno, amor.

Ha utilizado la navaja para soltar tus manos.

ᴅɪᴇᴢ ᴅɪᴀꜱ [ 𝚈𝚊𝚗𝚍𝚎𝚛𝚎 𝙺𝚊𝚣𝚞𝚝𝚘𝚛𝚊 | 𝙻𝚎𝚌𝚝𝚘𝚛𝚊 ]Where stories live. Discover now