—Ven hermano, que una deliciosa crema catalana me espera —Todos reímos por el desespero de Zennet para llegar a lo que realmente disfruta, comer dulces.

La cena, es muy entretenida con las gemelas siempre hay tema de conversación debido a que no nos vemos a diario y hablamos par de veces al día, pero aun así hay muchos detalles que me cuentan y disfruto verlas emocionadas por esta nueva etapa que están a punto de empezar.

—Saben he estado pensando en que, si ustedes estarán aquí por un tiempo, debería traer a mamá a vivir a España.

—Ella jamás dejaría su tienda —dice Zoe.

—Sus días deben ser muy aburridos sin tus travesuras hermanita —dice Zennet y recibe un codazo por su comentario, pero la realidad es que tiene razón.

—Creo que si vendría, le mandaré un pasaje de avión para que pase fin de año con nosotros y luego entre los tres la convenceremos.

—¿Dónde va a vivir? Aquí solo hay dos cuartos y no pienso compartir nada con esta regada —habla Zennet, molestando a Zoe quien la ignora.

—En mi edificio están rentando un apartamento pequeño, puede quedarse allí si lo que desea es tener su espacio, sino siempre puede vivir conmigo.

—¿No molestará a tu novia tener que ver a su fabulosa suegra cada día? —dice Zoe y me sorprendo porque lo dice enserio y no hay pizca de ironía como solía hacer cada vez que se refería a Abigail.

—Es mi casa y ella tiene la de ella, además no creo que se moleste por verme feliz con mi familia en España.

—Qué bueno, esta muchacha si sirve así que no la cagues hermanito —me responde.

—¿En qué momento cambiaste de opinión respecto a ella? No es que me moleste, solo tengo mucha curiosidad —Pregunto arqueando una ceja, ambas se miran y sus rostros cambian a serios supongo que llego el momento de que me digan eso que por teléfono no podían hablar, que me hizo tomar un avión de regreso a Madrid y que aunque no he mencionado el tema, he esperado pacientemente que ellas solas decidan hablar.

—Tenemos algo que contarte —dice Zennet mientras se limpia los labios con una servilleta —Recuerdas el día en que Abigail te dijo que estaba conmigo porque la invite a salir a tomar algo —asiento un poco nervioso porque me asusta que sea lo que mis pensamientos turbios ponen en mi cabeza —bueno en realidad ella estaba aquí con nosotras —siento un ligero alivio en mi pecho.

—¿Cuál es el problema en eso? —ambas se miran, esta vez habla Zoe.

—Zennet la invito a salir, pero ella estaba trabajando por lo que al salir de la facultad regresó a casa y se encontró una situación —se detiene como si pensara que decir —Se sorprendió al llegar a casa, luego tu novia la llamó y mi hermana le pidió que viniera ayudarnos, específicamente a mí.

—No entiendo, que sucedió, necesito que se expliquen mejor —Zennet toma de la mano a su hermana, veo a Zoe y noto sus ojos rojos como si contuviera las ganas de llorar.

—Yo, no estaba bien hermano, me equivoqué en mis decisiones.

—No sé de qué hablas, pero necesito que te calmes y me expliques, yo jamás te juzgaré por nada, pero si necesitas mi ayuda o quieres decirme algo entonces vas a respirar por que sea lo que sea voy a estar aquí y puede que me moleste, pero seguirás siendo mi hermanita revoltosa.

—Empecé a salir con un chico que conocí en una fiesta a la que fui, todo era genial pero un día aquí en casa me presionó para que hiciéramos algo que yo no quería pero por miedo a que se marchará terminé acepando pensé que como estaba en casa todo terminaría bien.

Lluvia de BesosWhere stories live. Discover now