0.01 Sydney

3K 204 33
                                    

Owen al verme me abrazo, lloré en su hombro, hoy perdí lo único que quedaba de mi pasado.

Tras la despedida, el contacto con mi familia era nulo, habíamos llegado a un acuerdo, donde a menos de ser totalmente importante, me llamarían o vendrían a buscarme, aun así, algunas veces solían venir a visitarme.

Habían trascurrido cinco años, donde había dedicado mi vida a aparentar y no verme sospechosa en ningún aspecto.

- ¡Doctora Sydney!- Exclamó mi compañero.

- ¡Tiene que ir a el piso 3, habitación 306! - 

El hospital era todo un caos, al parecer un tirotea había causado varios heridos por balas perdidas, al igual que varios de los que se encontraban aquí eran causantes del tiroteo.

Entre a la habitación, leyendo los datos del paciente y vaya sorpresa, al leer el nombre con rapidez mire a aquel hombre.

Era uno de los trabajadores de mi Padre, uno de los más importantes, era como su mano derecha y el único que era completamente de fiar.

- ¿Señor?, ¿Usted?, ¿Que paso? -

Aquel hombre solo soltó una pequeña risa, su mirada estaba puesta en mi con una clara intención de revelar algo.

- Niña Aradia solo vine a informarte - Tosió.

- Su padre ha sido...sido tra-traicionado- 

Sentí las lágrimas botar por mis mejillas en grandes cantidades mientras pasaba las manos por mi cabello.

- El... fue el Lobo... - Asentí.

Y tras aquellas palabras, su cuerpo se desvaneció, la maquina a la que estaba conectado comenzó a pillar.

- 9:28 p.m. hora de muerte - Dije cuando entraron las enfermeras.

Ellas asintieron, comenzaron a hacer papeleo y sin más me di la vuelta.

Salí de la habitación y llamé a mi madre.

Llamada.

Pequeña

Regresare a casa, más tardar saldré en la mañana

Te estaremos esperando.

¿Lo mato?

Como una rata... por lo que me informaron... fue por la espalda.

Nos vemos mamá.

Fin de la llamada.

Hice algunas llamadas para autorizar un vuelo urgente a casa, después de todo la vida de Sydney es un poco aburrida, pero es perfecta para mí.

Por más que lo odié mañana volvería a la vida que mi padre me había implicado y de para la que estoy más que preparada.

El vuelo salía a las 4 de la mañana, y mi turno de trabajo terminaba a las 3:30, solo tenía tiempo de ir al aeropuerto, así lo haría regresaría y ya, me encargaría de la rata y seguiré con el negocio familiar.

Seré una vez más Aradia Grensted, aunque aún más mejorada ya no una niña que teme por no ser amada, si no una que exterminara como ratas a quien se cruce por su camino, porque está soy yo está es mi nueva versión.

Tenía a "el lobo" en la habitación 108, del piso 2, entre a el cuarto y el al verme se tensó.

Mas que un lobo, él era una oveja

- Señorita Grensted - Reí.

- Aquí soy la doctora Palmer - 

Le dedique una sonrisa falsa.

- Y su peor pesadilla desde hoy señor - 

Sin más que decir, salí de aquella habitación.

3:30 Salía del hospital, miré mi auto y avance a toda velocidad, llegué exactamente a las 3:57 y ahí estaba el jet de mi padre.

Los hombres al verme me saludaron, les sonreí y saludé cordialmente, en el camino dormí un poco, al llegar una azafata me levanto.

Al bajar me esperaba un chofer, sin muchos rodeos después de entrar al auto el conductor se dirigió a la casa. 

La llegada no fue la gran cosa, a diferencia que en la sala principal pude distinguir perfectamente a aquel chico.

- Felicidades señorita Aradia - 

- Enzo, muchas gracias - 

No tardó mucho en abrazarme, extrañaba demasiado sus abrazos y este era tan reconfortante.

Enzo, mi hermano, unos meses mayores que yo, si acaso dos.

- ¿Dígame cuál será su primera misión? -

- Acabar con el traidor - 

- Lo podías hacer hace unas horas, ¿Porque no lo hiciste? - 

- El jodió mi familia yo joderte la suya - 

- Tal y como papá nos enseñó-

- Tal y como lo hizo - 

- Sangre por sangre - 

Ambos hablamos al mismo tiempo, mientras una tonta sonrisa se asomaba en nuestros rostros.

Quizás realmente no estaba prepara para lo que se venía.

Nuestro pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora