x. ᴜɴ ᴄᴀᴍɪɴᴏ ᴊᴜɴᴛᴏs

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-Se que no estas bien Eda ...pero... ¿Cómo te sientes?

-Algo tonta, ¿Cómo es que no vi como era ella cuando nos hicimos amigas?, ¿Cómo no me di cuenta antes que Kan era un imbecil?. - preguntó en voz alta, como esperando una palabra mas de aliento, antes de suspirar. - Algo asustada también. - confeso bajito.

-No eres tonta, eres la persona más tierna que conoci en mi vida y un poco confiada e inocente. - le dijo sentándose frente a ella en la cama y  entrelazando su mano con la de ella. - Quizás ella no era así antes, no creo que  hayas sido amiga de una persona tan mala sin darte cuenta.

-Si ... quizás es eso, no se, todo cambió tanto en el último tiempo. - murmuró mirando sus manos entrelazadas. - Tu me gustas, Serkan. - confesó nerviosa.

-Tu también me gustas. - respondió sonriendo tímidamente pero con una confianza en su voz que la castaña no le había escuchado nunca. - Más de lo que te imaginas.

Eda lo miró a los ojos sonriendo  y luego se inclinó hacia adelanté y lo besó con suavidad, Serkan jadeó sorprendido, pero cerró los ojos y se dejó llevar, los labios de Eda acariciaron los suyos pausadamente, conociéndose por primera vez, sintió que algo estallaba en su pecho ante el contacto, un extraño hormigueo recorrío todo su cuerpo a medida que el beso se iba intensificando, era como si sus bocas estuvieran hechas para unirse, cuando la falta de aire fue demasiada se separaron lo suficiente para poder respirar mientras juntaban sus frentes y  se sonreian bobamente.

-¿Quieres que me quede un rato contigo?. - preguntó Serkan mirándola con ternura.

-Shi, si quiero. - respondió con un puchero en su rostro haciendo sonreir a Serkan.

Serkan se acomodó en la cama y Eda no tardo nada en acurrucarse en su costado abrazandose a su torso y escondiendo la cara en su cuello  mientras el arquitecto le acariciaba la espalda y el pelo suavemente.

-¿Me vas a decir que te tiene tan pensativa estos días?.

-Es solo… es que ahora siento que soy una carga. - le dijo con una sonrisa triste. - Debí irme con mi madre, tú, Engin, Ipek, no tenían porque preocuparse.

-No lo eres...al menos yo no lo siento de esa manera. - dijo besándole la frente con cariño. - Aún no me explico en qué estaba pensando la loca esa para golpearte con ese grupito - murmuro haciendo una mueca de incomprensión mientras acariciaba con las yemas de los dedos los moretones que casi habían desaparecido del rostro de Eda.

Eda ronroneo ante las caricias de Serkan, era como un gatito regalón feliz de ser acariciado. - Kyoto va a estar celoso. - murmuró divertida.

-Tengo amor para ambos. - bromeo Serkan. -Aunque me encanta tenerte así aun más que a Kyoto. - dijo luego de unos minutos en un cómodo silencio para luego soltar un suspiro.

-A mi también me gusta, tus brazos me hacen sentir muy protegida - confesó risueña.

Serkan sonrió. - Aun sigo...estando inseguro de que no sea un sueño...es estúpido...pero después de todo lo que ha... - tembló un poco ante el recuerdo.

-¿De que?, ¿Qué Serkan? - preguntó Eda con voz suave.

-No...no puedo... -negó rápidamente con la cabeza. - No estoy listo para hablar de eso, no ahora.

-Esta bien, solo quiero que estés tranquilo.

Serkan la mantuvo abrazada hasta un buen rato después ambos envueltos en un cómodo silencio, para Serkan aún era irreal tener a Eda entre sus brazos, nunca pensó qe calaria tan profundo en su corazón, Eda se sentía feliz siendo abrazada por el pelirrojo y estaba tratando de evitar pensar en que probablemente lo que Serkan no quería contarle, era lo que había leído en su cuerderno verde.

ɪɴǫᴜɪʟɪɴᴀ ɪɴᴇsᴘᴇʀᴀᴅᴀ [ᴇᴅsᴇʀ] Where stories live. Discover now