CAPITULO 15

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Gun despertó entre los fuertes brazos del Alfa, todo estaba bien hasta que recordó la marca en su cuello y se dio cuenta que seguía desnudo... ¡Y que también Off estaba como llegó al mundo! El rostro del Omega en esos momentos era más rojo que el color de su piel normalmente. Y que entre sueños Off lo acercara más a su cuerpo no ayudó. Por el momento pensaba que su Alfa seguía dormido hasta que recibe un beso en la nuca que despierta todos sus sentidos y eriza su piel.

—Buenas ¿Noches? —la voz ronca del azabache no ayudaba.

Todo estaba oscuro, solo entraba por la ventana luz de las calles. Más besos llenaron la blanca piel de Gun, su lobo se sentía como un cachorro yendo para todos lados agitando la cola.

—¿Tienes hambre? —cuestionó Off rozando sus labios conta la piel ajena.

A Gun le avergonzaba admitir que a pesar de tener hambre no quería que el Alfa dejara de abrazarlo, le encanta el calor que emana el otro y lo cobija con dulzura.

—No —mintió. —¿Tú tienes hambre?

Giró para quedar de frente al azabache, quien estiró su brazo y encendió la lámpara sobre la buró. Las grandes manos del castaño acunaron las mejillas del contrario y unió sus frentes acariciando ambas narices con cuidado.

—Si tengo hambre y ya sé que es lo que quiero comer —el tono de voz sugerente que uso pareció no notarlo el menor.

—¿Qué? Yo te lo preparo —dijo inocente.

El contrario solo rió y negó con la cabeza, besó castamente los suaves labios de su Omega acariciando la expuesta cintura. Sin pensarlo demasiado continuaron el beso uniendo sus pechos sintiendo lo pegajosos que habían quedado. Pero estaban lo suficientemente excitados como para detenerse, Off siempre había tenido una pequeña fantasía y obviamente la quería cumplir.

Con toda su fuerza de voluntad salió de la cama y fue hasta el baño para abrir la llave caliente y fría de la regadera, regresó con el castaño y lo levantó de manera de que pudieran seguir besandose. Entró con cuidado de no resbalarse con el menor en brazos, lo dejó en el mojado piso y lo hizo apoyarse de frente en la pared. Comenzó a masturbarlo mientras restregaba su miembro entre los bronceados muslos de su Omega.

—Ngh Off —gimió al sentir dos dedos de una sola vez abriendolos como tijeras en su interior. —Se siente extraño.

El agua templada caía sobre ambos dándole un toque más caliente en el punto de vista del azabache. Sacó sus dedos y lo cambio por su dolorida erección. La manera en que las paredes lo apretaban le hizo jadear extasiado, no esperó mucho para comenzar a moverse. Sus pieles chocaban cada vez que embestía de nuevo, las piernas del Omega dejaban de responder y perdían fuerza a cada espasmo que atacaba su cuerpo. Gun sentía el usual cosquilleo en su pelvis avisando que se encontraba realmente cerca del orgasmo. Off llevó su diestra al miembro del menor para ayudarlo a terminar.

—¡Off! —aquel gemido fue más un grito que seguramente todos escucharon.

Gun se corrió, el azabache embistió un par de veces aprovechando la manera en que lo estaba apretando el menor y salió antes de venirse. Toda su esencia manchó la espalda del otro.

[•••]

En la mañana despertaron en ropa interior, sonreían, se sentían llenos, felices con la compañía del otro y la sola idea de que al día siguiente la madre del Omega regresará los atormenta. Off llevaba tiempo pensando de que marcó al menor sin pedirle que sea su pareja y no estaba seguro de que manera pedírselo pues quiere algo muy especial. No quiere el cliché de invitarlo a cenar o con un ramo de flores. Después de tanto pensar recordó un enorme y hermoso jardín donde todas las noches es cielo estrellado brillaba al igual que la luna. Solo queda esperar a que oscurezca para poder ejecutar su perfecto plan.

—Gun, te amo —besó la punta de su nariz.

—Yo también —el Omega rodó sobre la cama hasta quedar sobre el otro.

Se acariciaban sin ninguna segunda intención, unieron sus bocas en un húmedo beso donde sus lenguas jugaban entre ellas haciendo morbosos sonidos.

El día pasó sin interrupciones, jugaban en la consola a matarse entre ellos, el que perdiera deberá preparar la comida todo estaba demasiado reñido pues demoraban en que uno muriera. La pantalla se puso azúl indicando que el Alfa ganó, Gun apenas hizo un movimiento fue detenido por Off.

—Yo te ayudo.

Ambos se movían en la cocina sin estorbar con el otro, como sí hubieran prácticado sus movimientos. El resultado final fue una buena comida, entre risas y guiños.

El azabache miró el reloj que marcaba las 5 de la tarde. Pasaron el rato enseñando al castaño a defenderse por cualquier motivo que lo amerite.

—Por naturaleza son más delgados y débiles entonces es fácil escapar sí sabes como —le explicaba a Gun que lo miraba atento. —Cuando un Alfa acorrala suele separar las piernas, sí está cerca puedes patearlo o deslizarte hasta el suelo...

Para que el menor comprendiera le enseño a hacerlo, excepto la opción de patearlo. Lo acorraló contra la pared, Gun se deslizó al piso como le dijo, después salió entre las piernas.

—Sí sales corriendo te va a atrapar, pero tampoco esperes —intentó darse a entender. —Apenas te levantes empujalo contra la pared de la forma que puedas hacerlo con fuerza.

Volvieron a intentarlo, la parte en que lo aventó cuando lo hizo con los brazos no tuvo suficiente fuerza, siguió el consejo de Off y se arrojó por su costado logrando que por poco se golpeara contra la pared.

—De esa forma podrás desestabilizar al otro y correr, de preferencia con mujeres Alfa o adultos mayores ellos siempre ayudan.

Después lo enseño a golpear y más cosas para que Gun se sintiera seguro sin la necesidad de tenerlo a su lado.

El sol ya se estaba ocultando y era hora de salir. El azabache tomó una cobija y se puso una sudadera que lo cubriera del frío. Al menor le puso un suéter propio sobre el que ya llevaba puesto.

—¿No me vas a decir a dónde vamos?

Le hizo ojos de cachorro regañado para convencerlo, el otro estuvo a punto de ceder pero logró no decirle.

—Solo te diré que vamos a ir con Singto a pedirle su auto —dijo riendo.

No podía llevarlo en su motocicleta o se congelara además sería peligroso en la oscuridad. Ambos subieron a la moto, Gun se abrazó por completo al Alfa con miedo a caer. Un tiempo después disfrutó el recorrido y la excusa para estar totalmente pegado a su Alfa. Bajaron en una casa, Off sacó una llave y abrió el cancel de la cochera y metió su moto. La puerta de la casa se abrió dejando ver al Alfa moreno somnoliento, le arrojó las llaves de su carro y se volvió a encerrar.

—Impresionante la forma en que confían en ti — exclamó el castaño.

[•••]

Condujo y por más que se alejaba del centro de la ciudad el cielo se despejaba de toda la contaminación. Llegaron a una pequeña colina y ahí bajaron con la cobija, la tendieron en el pasto y se recostaron boca arriba viendo el hermoso cielo.

—Es hermoso —murmuró anonadado el castaño.

—No tanto como tú —se giró para mirarlo y acariciar su suave piel. Comenzaron un tranquilo beso que transmite todos sus sentimientos, los lobos aullaban tranquilos.

—¿Para qué me trajiste? —cuestionó escondiéndose en el cuello del mayor.

—Porque quiero hacer las cosas bien, bebé —se sentó y metió su mano en el bolsillo para sacar algo. —Estoy consciente de que hicimos las cosas al revés pero, ¿Quieres ser mi novio?

Gun se arrojó a los brazos del otro tirándolo al suelo, lleno de besos todo el rostro de Off.

—Claro que sí.

El azabache tomó la mano del Omega y acomodó un brazalete en su muñeca. La luna los destino a estar juntos, entonces ella debe ser testigo de que cumplieron el destino y se unieron. Solo queda informar a sus padres de que han decidido unirse e independientemente de lo que diga estarán juntos.

Celo con il mio nemico // OFFGUN💚Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt