Destrozame...en el mejor sentido posible

114 2 0
                                    

"Con lo que yo he sido…La de veces que me creí que era lo más activo que podía llegar a conocer."
Así de motivados nos sentimos todos en algún momento cuando empezamos. Hasta que encuentras a esa persona. A ese alguien que con rozar tu cuerpo, te destruye en el mejor sentido posible.

No soy sumisa. No quiero serlo. Quiero saltarte encima, comerte la boca y el cuerpo a besos, incluso a mordiscos si me dejas; meter mis dedos entre tus rizos, tirar de ellos…Quiero dejarte seco, devorarte mientras mis gemidos hacen que vibres en mi boca, que mis muslos envuelvan tus caderas una embestida tras otra.
Pero…me haces sentir tanto. Me siento tan abrumada a veces a tu lado que no sé ni por dónde empezar. Supongo que por eso me dejo hacer.

Desnudame, por favor. Quiero que veas lo que elegí para lucirme contigo. Es cierto que debe ser para que yo me sienta sexy por mi misma, pero la validación de tu pareja siempre te da puntos extra. ¿Que la lencería me queda bien dices? Pues apuntado queda en mi memoria. Pero la próxima que me ponga la elegirás tú.

Pasas tus labios por cada centímetro de piel que ves. Se sienten tan bien tus besos en mi cintura…Tenemos delante un espejo que ocupa toda la pared y se ve el reflejo de la mayoría de la habitación. El sillón, la mesilla, la cama y, en el centro de la imagen, nosotros dos casi desnudos. Un brazo tuyo en mi cintura y el otro acariciando mi pecho desnudo. Subes tu mano para llevarla a mi cuello y rodearlo. No aprietas y esperas mi reacción porque sabes que eso puede agobiarme, pero esta vez no me molesta. Tengo mi vista fija en nuestro reflejo porque quiero guardarme esa imagen en la cabeza, aunque me cuesta mantenerla; ya que la mano que estaba en mi cintura, ahora está dentro de mis bragas acariciando el punto más sensible que existe.

Y de vuelta al sillón, esta vez conmigo encima. Yo solo con la lencería, tu solo con tus calzoncillos. Tiro de las cintas de mis bragas para que oigas el chasquido del elástico. Una vez me dijiste que te encantaba ese sonido y admito que a mí también me gusta…pero más me gusta tu sonrisa mirando de arriba a abajo a la chica que tienes encima con ganas de comértela entera. Me dices que me levante para que pueda probarte. ¡Por fin! Lo echaba de menos, lo admito. ¿Lo que más? Ver tu carita de placer con lo que puedo darte. Estaba un poco desentrenada pero, con las ganas que te tengo, eso no importa. Lo haré lo mejor que pueda porque eso es lo que me gusta de verdad: darle placer a la persona con la que estoy. Hacerle perder la cabeza, igual que hace conmigo.

No quiero ir con todo de primeras. Me gusta que mi lengua se deslice por toda tu polla de arriba a abajo; y bien despacio para que sea más divertido y tú lo sientas aún más. Dejo que mi lengua se quede en la punta. Ahí está tu punto sensible y la rozo con mis labios como si la fuera a meter en mi boca, pero no. Hago ese movimiento un par de veces más, y a la tercera lo dejo entrar a todo lo que mi boca permite. Está durísima...me encanta darme cuenta de las ganas que me tienes por estas cosas. Empiezo a succionar despacio, para no ahogarme, cuando empiezo a notar como tus dedos juegan con mis pezones de nuevo. Se me escapa un gemido y la vibración se siente en mi boca con tu polla dentro. Y por eso ahora el gemido sale de ti.
Me lo pones difícil para no querer ir más rápido, pero antes de terminar me pides que pare y que vaya a la cama. Tu te das la vuelta buscando la caja de condones y yo mientras observo cada movimiento que haces desde la cama. La tentación de darte un pequeño azote recorre mi mente mientras miro tu culo. Dios, es que no puedo resistirme a hacerlo. Me acerco y por supuesto que te doy, aunque al instante hago como que no ha pasado nada cual pequeña niña traviesa. Te das la vuelta con el condón en la mano y creo que mi cara de intentar aguantarme la risa te hace gracia. Tenía que hacerlo y lo sabes.

Te pones el condón mientras yo me tumbo en la cama y cuando parece que estamos listos me pides que te de mis manos. Yo extrañada te las doy sin entender qué es lo que quieres hacer. Segundos después lo comprendo perfectamente: me besas en el dorso de una de mis manos y las colocas sobre mi cabeza tumbada en la cama. Empiezas a besar mi cuello de nuevo y a pasar la mano que te queda libre desde mi cuello hasta mi ingle con la idea de torturarme un poquito más. Un rato después, me sueltas las manos y yo aprovecho la oportunidad para que cambie la postura. Ahora soy yo la que está encima y te tengo todo para mi. Te pido que me toques las tetas de nuevo. Y no solo las tocas, las chupas, entierras tu cabeza en mi pecho y yo no puedo hacer otra cosa que no sea gemir pidiendo más. “Me encanta verte tan pervertida, mi niña”, me dices con esa voz que me derrite el corazón y me moja por completo.

No hay mejor momento que este para por fin sentirte dentro por completo, así que voy bajando poco a poco hasta que entras del todo. A los dos se nos escapa un gemido. Nos hacía falta sentirnos así. Empiezo a moverme y a saltarte encima mientras me miras, disfrutando del espectáculo. Sigo moviendome cuando una de tus manos pasa de mis muslos a mi clitoris. Empiezas a tocarlo despacio y yo ahora sí que estoy perdida. Es como si todas las terminaciones nerviosas de mi cuerpo se hubieran unido en el único punto que estás tocando. No sé si seguir moviéndome o parar y dejar que tus dedos sigan haciendo su trabajo. Opto por lo primero, aunque me cuesta, abrumada por las sensaciones.

No hace falta mucho más para que se me escape un grito, y con el un orgasmo que me deja prácticamente agotada. Pero tú aún no te has corrido. No puedo permitir eso. Ni pensarlo. Además, deberías saber algo y por eso te lo digo al oído: "Contigo siempre quiero más". Casi parece como si te hubiera dado la orden. Vas a buscar otro condón y entras despacio. Está muy apretado esta vez y eso a ti te encanta. No creo que dures mucho apretándote así. "Por favor, sigue moviéndote así...lo adoro." pienso para mí con cada movimiento que haces. Cuando me quiero dar cuenta aceleras el ritmo todo lo que puedes y ahora siento como sacas todo lo que llevas dentro a presión, lo que me provoca un orgasmo más.
Ahora los dos estamos rendidos y saciados. Y yo solo quiero pensar que quiero tenerte así siempre: a mi lado en la cama, con una sonrisa, después de destrozarme en el mejor sentido posible.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 17, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Love, Sex & MagicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora