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Con pasos lentos, ella se aproximó a la puerta de la cafetería. Allí estaba él, sentado en una de las mesas del final y sostenía entre sus manos un papel.

Con los nervios a flor de piel, Ruth se acercó.

—Hola —dijo nervioso antes de pararse y correrle la silla para que se sentara. Ella le agradeció —. No creí que vendrías.

—Ni yo... —susurró— no creía que me mandarías una nota —Sonrió tímidamente en respuesta—. ¿No te parece raro el hecho de que nos dejemos notas en vez de enviarnos un mensaje de texto? —Rieron juntos 

—Me parece algo adorable —Se encoje de hombros.

Así continuaron hablando durante minutos, que se convirtieron en horas. Ambos, disfrutando de la compañia del otro. 

Y no podía faltar el hecho de que el mesero al traer los cafés, derramó sin querer un poco en la camiseta del chico, lo que provocó una carcajada de parte de Ruth.

—Espero que estés disfrutando esta cita  —Ella se atragantó con un pedazo de dona.

—¿Ci-ta? —Solo bastó que él asintiera con la cabeza para que la castaña se sonrojara—. No creí que esto fuera... bueno... ya sabes...—En ese momento se sentía como una tonta al no poder pronunciar alguna palabra, por lo que tapó su rostro con sus manos.

Escuchó una risa poco audible al momento de sentir unas suaves manos posarse sobre las suyas, dejando al descubierto su rostro todo sonrojado.

—Tranquila, también estoy nervioso —Su sonrisa logró calmar un poco a Ruth—. Y pensé que yo metería la mata primero —Rió para si mismo y tomó una de las manos de la chica, para poder dejarle un papel. Ella levantó una ceja—. Solo léelo —dijo al momento de acercar su silla para quedar junto a ella, quien sonrió antes de desdoblar la hoja.

"Antes de ese trabajo de lengua,

nunca te había visto

(lo sé, es triste, lo siento)

Pero a medida que fui conociéndote

empecé a sentir ciertas cosas hacia ti.

Traté de evadirlas,

pues tenía novia.

Cuando recibí tu última nota,

me di cuenta de lo que de verdad siento por ti.

Te quiero Ruth,

quisiera una oportunidad contigo.

-Jerónino."

La alegría era notable en ella y al levantar la cabeza para verlo, notó una cierta duda en sus ojos, por lo que no puedo contenerse, acercó tanto su rostro hasta quedar a centímetros de él, y terminó uniendo sus labios con los del chico, quien correspondió de inmediato llevando su mano al rostro de la chica para intensificar el beso; un suave y delicado beso que demostraba lo que sentía uno por el otro. 

¡Desconocido, te quiero!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora