32 - Y lo inesperado de la vida

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(Por alguna razón que desconozco, el texto se pega en letra cursiva, ignoren eso. Cuando pueda y Wattpad me lo permita, lo arreglo)

***

Al día siguiente, el principal tema de conversación fue Bruno y el enojo que todas tenían con él. Y luego, el encuentro de Cami con el mozo que se había convertido en su salvador.

—Iremos a cenar ahí esta noche —dijo con seguridad Gise.

—No.

—¿Por qué no, Cami? Al menos agradécele su amabilidad.

—Y que te abriera los ojos —agregó Oli.

—Pero no quiero regresar al lugar donde perdí mi dignidad.

—Dudo que sea eso lo que pensó el mozo.

—¿Has hablado con Bruno? —le preguntó cambiando de tema.

—No y ni quiero hacerlo.

—¿Te ha llamado al menos?

Volvió a negar.

Oli se preguntó una vez más como su amiga había podido aguantar tal desinterés durante tanto tiempo.

Sabía que tenía por delante un gran trabajo interno por hacer y ella estaba dispuesta a acompañarla y escucharla las veces que fueran necesarias. Tal y como habían hecho todas sus amigas en cada una de sus rupturas, que tanto habían dolido y que tanto la habían separado de si misma. Sabía por esas experiencias que luego de una separación había que hacer un camino interno para reencontrarse con una misma y sanar sus propias heridas; reconstruir su amor propio.

Después de almorzar, salieron a pasear. Lograron poner un poco de risas en el ambiente, aunque cada tanto volvía a mencionarse el tema de Bruno y el enojo que sentían ante aquel sujeto.

Regresaron a casa cuando el sol comenzaba su descenso y antes de que la primera entrara a bañarse, Cami aceptó la salida.

—Está bien, iremos al bar esta noche. Creo que estaría bien que le agradezca por acompañarme anoche.

Sin opinar nada al respecto, Gise corrió a bañarse.

—Oli, quiero pedirte disculpas por lo de ayer —le dijo mientras esperaban a que su amiga desocupara el baño.

—No te preocupes, Cami. Tienes un poco de razón... Además yo también he opinado demasiado de tu relación.

—Si, pero lo hacías con razón. Lo tuyo es diferente, se nota que Tadeo te ama y apuesta por el vínculo.

Oli sonrió ante aquello. Era cierto. Desde un principio ambos habían apostado por el vínculo y habían hecho todo lo posible por seguir en contacto.

—Igualmente, a veces eso no es suficiente.

—¿Por qué lo dices?

—La distancia no es fácil. Cada vez me siento más lejos de él. El cambio de horario también complica todo —suspiró.

—Pero lograrán solucionarlo. Confío en eso.

Oli hizo una mueca. El dolor que sentía en el pecho parecía no opinar lo mismo.

Esa noche intentaron que ningún mal momento arruinara la diversión que tenían por delante. Necesitaban regalarse una noche de chicas, como en los viejos tiempos. Reír, bailar y disfrutar como lo hacían en la adolescencia, sin ninguna preocupación.

Una parada en Colonia BasiliaTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon