Paso a Paso.

205 32 1
                                    

Kyoka caminaba sola por el área comercial. No tenía un rumbo algunos, solo caminaba para despejar sus ideas y de ella misma. Después de la carta "8/31", la pelimorada ha estado pensando en muchas cosas, principalmente, en la historia de Amy y Elma por sus incógnitas. Quería saber cuál era la motivación de Izuku al escribir eso y también del por qué dicha carta parecía una despedida no solo de UA, sino de la vida.

Se sentó en un parque. Había algunos niños pero a la pelimorada le llamó la atención una niña de entre todos. Una pequeña niña de unos siete años de edad aproximadamente con una guitarra, no las estándares de 22 trastes, sino una más pequeña para que la niña pudiera sostenerla. Al pisar mal, la niña cayó de dónde estaba y, sin dudarlo, Kyoka corrió para atraparla casando un poco de dolor en su brazo derecho.

La pequeña niña agradeció a la pelimorada y, antes de irse, Jiro dió una sonrisa. Escuchó entonces que alguien la llamaba. Al voltear, vio a un rubio muy delgado, Toshinori. Él se acercó a la chica y ambos tomaron asiento en las bancas de alrededor.

- ¿No te sientes solo sin él? - Preguntó Kyoka.

- Mentiría si digo que no. - Respondió Toshinori emotivamente. - David Shield es un viejo amigo mío así que entiendo por qué pidió por Midoriya. Claro que lo extraño. ¿Qué tal tú?

- Mi mente y corazón son un desastre. Ya no sé si lo que hice en Hokkaido fue lo correcto. Ni siquiera me siento realizada con ZUTOMAYO. Ni siquiera hablo con mis amigos. Parecía que estoy como los primeros días en UA.

Toshinori veía un poco triste a la chica, pues le recordaba un poco a Izuku en los días después de que perdió a su madre: sin ánimos, destrozado, distraído, sentimientos que ningún chico o chica joven debería tener. El rubio le dió un cálido abrazo, algo que sorprendió a la chica pero que correspondía. Se sentía a salvó. Se sentía tranquila.

Al regresar a UA, se recostó un momento en su cama. Se podía escuchar música a todo volumen en el primer piso al estar todos en una fiesta sin ningún evento en particular, solo lo hacían por diversión.

Las risas y buen ambiente no llamaban la atención de Kyoka que solo observaba el techo de su habitación con poca luz del sol entrando por su ventana. Miles de cosas pasaban por cabeza sin siquiera poder acomodarlas para darle prioridad a algo. Veía de reojo su bajo a lado de la guitarra de Izuku. Tomó dicho instrumento.

El olor de la guitarra junto al de Izuku, le evocaba miles de recuerdos mientras estaban en Yorushika a diferencia de con Kaminari quien no la deja participar artísticamente. La pelimorada se sorprendió cuando comenzó a tocar la guitarra. Sentía que su brazo derecho le respondía de nuevo. Estaba sorprendida pero quería ver hasta donde podía llegar. Comenzó entonces a darle vida a la canción que Kaminari rechazo.

"Creo que estoy en el fondo de un río
Un solo respiro me aprieta la garganta
Al ver el aire escapar  de mi boca
Durante unos segundos
Mis pies finalmente tocaron el suelo
Sentí las suaves burbujas".

Solo después de ese verso, su brazo comenzó a dolerle de nuevo. Estaba emocionada por ser la primera vez en unos años que había podido tocar. Vió el reloj y marcaba las hizo. Sabiendo esto, fue al hospital donde fue atendida por el mismo doctor que la operó. Al hacerle una radiografía, este notó que sus articulaciones no eran que estaba dañado, sino los tendones.

- Kyoka, fue un mal diagnóstico mío. - Dijo el doctor  apenado. - A partir de ahora, tendrás que asistir a terapias de fisioterapia para que los tendones vuelvan a estar como antes.

- Eso significa... ¿Podré volver a tocar instrumentos? - Preguntó Kyoka esperanzada. - Si todo sale bien, es una posibilidad.

Al volver a UA, Yaomomo estaba feliz por ella y fue la misma Yaomomo quién le recomendó uno que su padre conocía a gente dentro del hospital, cosa que Kyoka agradeció. Al salir de la habitación de la azabache, se dirigió con Kaminari.

Comenzó a contarle la situación pero, el rubio no se notaba para nada entusiasmado. Mantenía la mirada baja su mirada, podríamos comentar que había cierto miedo.

- ¿No es maravilloso? Ahora podré ayudar en las composiciones. - Comentó Kyoka emocionada. - ¿Kaminari?

El rubio se puso de pie y tomó de las muñecas a la pelimorada. Kyoka sentía dolor ya que Kaminari apretaba con mucha fuerza. La mirada del chico era la de un maníaco. Debido al forcejeo, Kyoka cayó en la cama del rubio.

Estaba asustada y con mucha razón, puesto que el rubio seguía apretando las muñecas de la pelimorada y dándole una mirada de alguien peligroso. La chica quería gritar pero no podía ya que el miedo se apoderó completamente de ella. Quería llorar de la desesperación y ansiedad que sentía y, en su mente, decía "Izuku".

- Pero, ¿No me abandonaras, verdad?

Preguntó Kaminari con la mirada pérdida. Kyoka le dió un golpe con la cabeza rompiendo así su nariz. Con el rubio desangrándose y gimiendo de dolor, la pelimorada se fue a su habitación donde cerro con seguro su puerta. Su corazón latía muy rápido por la situación. Quería gritar pero no podía. Sus piernas temblaban tanto que perdió el equilibrio y cayó de rodillas al suelo.

Ya más calma, reflexionaba sobre muchas cosas. Ya no se sentía tan agusto, ni pensaba en que Kaminari fuera buena persona. Tomó su celular y marcó a un número. Uno que pensó nunca marcaría.

- Jiro ¿Qué sucede? - Preguntó la voz del otro lado de la bocina.

- Uraraka. - Dijo la pelimorada. - Quiero saber todo.

La Chica Semitransparente Parte III: Tú Eres Mi Música.Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu