11

4.1K 581 135
                                    

Bakugô se encontraba con Kirishima en el centro comercial.

Últimamente habían pasado mucho tiempo juntos, lo que solo hacía a Katsuki dudar más de lo que sentía por su amigo.

Las notas de su admirador seguían apareciendo, cada vez con más cumplidos y cursilerias, lo cual hacía que se confundiera más y más.

Pero eso no quita que le guste pasar tiempo con Kirishima.

-¡Bakugô! hace mucho calor...vámos a parar a tomarnos un refresco...

-Te cansas nuy rápido para ser un jodido aspirante a héroe, ¿no?

-No es lo mismo, hombre...

- Vale, pero lo vas a pagar tú.

-Hecho.

Se sentaron entonces en una cafetería donde pidieron sus respectivas bebidas. En ese momento, un raro silencio se instaló entre ellos. No se podía decir que era incómodo, pero tampoco era agradable. kirishima entonces decidió preguntar:

-Oye Bakugô...¿por qué habías llorado? no tienes que ocultar nada, es muy masculino mostrar tus sentimientos...

-Por nada -respondió secamente.

-¿No confías en mí?

-No es eso.

-¿Qué pasa entonces?

-No quiero que pienses que me victimizo o algo.

-¡Jamás pensaría eso! No es de hombre restar importancia a los problemas ajenos...

-Lloraba por mi madre. Punto.

-¿Le pasa algo? ¿está enferma o algo?

El rubio negó levemente con la cabeza. Parecía asustado y tembló levemente para decir:

-Ella...no es muy buena madre.

Kirishima lo comprendió todo enseguida. Pensándolo bien, tenía mucho sentido que el carácter de Bakugô fuera una simple réplica de lo que pasaba en su casa. El pelirrojo se levantó y abrazó cariñosamente al rubio, el cual se sonrojó hasta las orejas.

-¿Qué haces?

-Lo siento por que tengas que pasar por eso. Si quieres quedarte en mi casa a dormir no hay problema.

Kirishima se esperaba un grito o una explosión, pero el rubio asintió con la cabeza y estrechó más al otro.

Kirishima se esperaba un grito o una explosión, pero el rubio asintió con la cabeza y estrechó más al otro

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

-Eijirô, cariño -Akira llamaba a su hijo- el futón para invitados está en el armario. Preparadlo todo mientras preparamos la cena.

El pelirrojo asintió y fue junto a Bakugô hasta su habitación.

-Ni te muevas, yo lo sacaré todo, tú eres el invitado.

-No soy inútil, pelos de mierda, puedo ayudar.

Sin más que decir ambos extendieron el futón en el suelo y arreglaron las mantas, últimamente estaba haciendo un frío terrible.

-Tú dormirás en mi cama.

-Es tuya.

-No está bien dejar a los invitados en el lugar más incómodo, tú eres demasiado especial como para dormir en el suelo.

-Tch...lo que sea -¿Cómo se le ocurría a Kirishima decir esas cosas de la nada? se estaba sonrojando como idiota.

-¡La cena está lista! -se escuchó la voz de Shôko.

-Vamos.

Bakugô se había sentido muy cómodo durante la cena

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Bakugô se había sentido muy cómodo durante la cena. Era totalmente diferente, nada comparada a su casa donde solo habían gritos. Aquí eran conversaciones alegres en las que se respetaban unos a otros. Sintió cierta envidia por su amigo, le gustaría que su famila fuera la mitad de agradable que esta.

Después de comer, ambos adolescentes se fueron a dormir bajo la mirada de dos mujeres que lo miraban enternecidas.

Kirishima se extendió sobre el futón y Bakugô se acomodó tímidamente en la cama.

-¡Dios, qué frío hace! -se quejaba Kirishima.

-Es lo que suele pasar en esta época idiota.

-...

-...

-¿Puedo dormir contigo?

El corazón del rubio se paró por un segundo. La cama era suficientemente grande para dos personas, pero tendrían que estar muy pegados ¿sobreviviría a aquello?

-No preguntes esas cosas. Es tu cama.

El pelirrojo interpretó eso como luz verde y se acomodó al lado del rubio quedando de frente en su cara, a una distancia prudencial.

-Por favor, cuéntame siempre lo que te pase -susurró Kirishima recibiendo un asentimiento por parte del otro.

Se acercó un poco más para poder abrazarlo y acariciar sus cabellos rubios. Al principio Katsuki se tensó, pero luego empezó a dejarse querer. Lo último que Bakugô recuerda antes de caer profundamente dormido fue escuchar:

-Buenas noches, Blasty.

¿Blasty?

Hey! /kiribakuWhere stories live. Discover now