|| Historia basada en la saga cinematográfica de Crepúsculo ||
• Alena Swan decide acompañar a su hermana en su regreso a Forks, sin saber que todo lo que creía surreal existe, es tangible y visible, que su vida cambiaría por completo. Y mucho menos...
Advertencia: Contenido sexual explícito. Si son sensibles a este tema, les recomiendo no leer. Aclaración: Los protagonistas cuentan con la mayoría de edad (18 años) y la relación es completamente consensual.
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—Jake—lo llamo suavemente a través de la puerta.
—¿Que sucede nena?—pregunta enseguida.
—¿Puedes cubrirte los ojos por favor? No preguntes porque, sólo confía en mi y hazlo—pido, el se queda callado unos segundos por lo que de seguro está confundido.
—Por supuesto—responde, segundos después habla de nuevo—Listo.
—¿Lo prometes?—pregunto dubitativa con mi mano en el pomo de la puerta.
—Lo prometo.
Inspiro hondo tomando tanto valor cómo puedo, giro la manija y empujo la puerta para abrirme paso en la habitación, mi vista recae en él enseguida. Está sentado en la cama recargando contra la cabecera y dejando su torso desnudo al aire, tiene las manos cubriendo sus ojos y las piernas cruzadas y extendidas en la cama.
—No hagas trampa—le amenazo cerrando la puerta detrás de mi con seguro. El ríe levemente.
—No lo hago, tranquila—responde divertido. Respiro tranquilamente y me acerco a la cama quedándome de pie en la orilla. Coloco las manos en mi cadera intentando una pose sexy, subo mi pierna derecha a la cama recargándome en la rodilla, acomodo rápidamente mi cabello y vuelvo a dejar las manos en jarras—¿Ya puedo abrir los ojos?—pregunta impaciente.
—Eh, si, si, ya puedes mirar—le respondo nerviosa y con el corazón prácticamente en la garganta.
El descubre sus ojos y enseguida se encuentra conmigo, su mirada me escanea de arriba a abajo varias veces, sus pupilas se dilatan al tope dejándome ver como su gesto dulce cambia a uno hambriento.
—Mierda—sisea impresionado sin quitarme la vista de encima.
—Yo... lo compré porque quiero que esta noche me marques—le explico suavemente. Subo a la cama para comenzar a gatear lentamente hacia el—Quiero que hoy me hagas tuya, toda la noche Jacob—su boca y ojos se abren como platos al oírme. Lo veo tragar grueso cuando digo su nombre de esta manera tan lenta y sensual, acomodo una pierna a cada lado de su cuerpo y me siento justo sobre su miembro haciéndolo suspirar—Así que... ¿que dices? ¿Te gusta?—pregunto coqueta mientras acaricio el conjunto con cuidado. Asiente enérgicamente, mientras me escanea sin pudor alguno por todas partes—¿Y entonces que harás?—pregunto con un tono inocente, mientras con mis manos recorro su pecho de manera suave.
El se tensa bajo mi tacto—Pareces una diosa—me dice con tanta sinceridad y amor que me desarma por completo. Tomo sus manos y las pongo sobre mis hombros para que acaricie mi cuerpo, el lo hace de manera lenta sin dejar de mirarme—Eres lo más hermoso que he visto jamás—sus palabras me hacen sonrojar y sonreír enternecida. Se endereza de golpe y me abraza pegándome a su pecho—Pero te haz metido en la boca del lobo cariño. Así que hoy te haré mía de una manera tan intensa que vas a suplicarme piedad—murmura rozando sus labios contra los míos, su voz sale tan ronca que puedo jurar que estoy empapada.
