14. Abuelos y nietos

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Los cinco nietos de Pedro y Heidi iban creciendo cada vez más. Disfrutaban y se divertían cada día de formas distintas. Les encantaba estar con sus respectivos padres, quienes les intentaban educar de la mejor manera posible. Pero cuando disfrutaban más era cuando estaban junto a sus abuelos, Pedro y Heidi. En especial con esta última, ya que a ella siempre se le ocurrían los mejores juegos.

Vera, la mayor de todos, ya tenía 9 años y a su corta edad era muy responsable. Todo lo contrario a su primo Marcos, quien iba camino de los 8 años y era un poco holgazán. Lucas contaba con poco más de 6 años y medio y era el más travieso de todos. Y por último, las pequeñas Emma y Erika de 4 años, eran la dulzura y la ternura personificadas.

Excepto las gemelas, los demás ya iban a la escuela y tenían como maestra a su querida abuela Heidi. Al ser todavía pequeños, ella les daba clase a sus nietos y a los otros niños de sus mismas edades. Heidi les enseñaba a leer y a escribir correctamente. Vera aprendía muy rápido, pero a Marcos le costaba mucho, ni siquiera se sabía el abecedario por completo. Pero Heidi, con su paciencia, cariño y experiencia, le ayudaba a aprender de una manera sencilla y divertida. Gracias a eso, Marcos hacía grandes progresos. Lucas tenía un rendimiento normal, pero a veces hacía alguna travesura. Aún así, Heidi le motivaba a estudiar más y a dejar de ser tan travieso.

Llegó el día en el que Tobías y Greta y Ana y Carlos celebraban su décimo aniversario de casados y, gracias a que Pedro habló con el director del balneario de Ragaz y algo de dinero que Hans y Clara le mandaron a su hija, las dos parejas podrían estar una semana allá. Durante los días en los que ellos no estarían en Dörfli, Pedro y Heidi se quedarían con sus cinco nietos, las cabras y los perros que poseían ambas parejas. Pero para que Pedro y Heidi no se hicieran cargo de los dos perros, Carlos y Ana decidieron dejarle el suyo a Tomás y Marta, mientras que el de Tobías y Greta se quedaría con los padres de él, haciendo compañía a Nubarrón.

También había que solucionar un problema: Tobías era el cabrero del pueblo y si él se iba a ausentar durante esa semana necesitaba que alguien le sustituyese unos días. Pero en seguida el problema tuvo solución. Al ver que desde los días anteriores no estaban teniendo mucho trabajo en la carpintería, Pedro y Tomás acordaron que este último trabajaría ahí, así Pedro podría encargarse de las cabras esa semana. Tobías se sintió muy feliz por el favor que le haría su padre. De esa manera, Pedro volvería a recordar los viejos tiempos en los que él había sido el cabrero de Dörfli.

Las dos parejas se marcharon felices al balneario para pasar unos relajantes y agradables días y así celebrar su décimo aniversario de bodas de una manera muy especial.

La semana prometía ser divertida. Heidi se quedaba en casa con Vera, Emma y Erika y les enseñaba a preparar sus deliciosas tartas de queso. Las cuatro se divertían mucho juntas. No sólo eran momentos de diversión, sino también de aprendizaje ya que las niñas estaban aprendiendo algo que les sería muy útil cuando crecieran. Por su parte, Marcos solía hacer compañía a su abuelo Tomás en la carpintería, así a este último el día se le hacía más ameno. El niño quería convertirse en carpintero, al igual que su padre y sus dos abuelos. Lucas acompañaba cada día a su abuelo Pedro y a las cabras a los pastos, el pequeño quería ser cabrero como lo era su padre y como su abuelo lo fue un día. Esa semana le servía para aprender las cosas que Pedro ya sabía con todos sus años de experiencia cuidando del rebaño. Algún día que otro, Marta también se pasaba por casa de Heidi y compartía el rato con ella y con las niñas, en especial con sus dos nietas.

Una de aquellas tardes, Heidi estaba en la cocina preparando la cena. Cortó unos cuantos trozos de queso y carne ahumada los colocó en una bandeja. En ese momento, Lucas entró en la cocina.

-Abuela, ¿falta mucho para la cena?

-Ya casi está, cariño. En seguida saco todo. Mientras, vete a jugar con tu hermana y con tus primos.

Heidi por siempre (Libro 3)Where stories live. Discover now