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B E L L A.

El cielo estaba nublado a su alrededor, las gotas de lluvia caían sobre el gorro de lana que traía Isabella sobre la cabeza.

Entraron a las Tres escobas para esconderse de la lluvia. Al sentarse Theo pidió cerveza de mantequilla para los tres. La cerveza de Bella y Astoria eran sin alcohol.

Astoria hablaba y hablaba de la boda, planeando cada peña cosa, pero Theo no le ponía atención y Bella no sabía qué decir.

— Theo, ¿los pavos reales nos entregarán los anillos?

Llevándose la cerveza a los labios, Theo asintió.

— ¿En serio, Tori? — Bella fingió admiración.

— ¡Sí! — contestó con voz chillona —. Habrán pavos reales, los cuales nos entregarán los anillos. Muy original, ¿cierto?

Bella asintió energéticamente con la cabeza.

Se sentía incómoda con ellos dos. Se había pasado todo el día con ellos, buscando vestidos para las damas de honor y smokin para Theodore. No había hablado más de 20 palabras en todo el día.

Además, se sentía muy cansada. Mucho. Le dolía la cabeza de una forma inexplicable y le molestaba la luz del día.

— Eres la peor amiga del mundo, Bella.— escuchó la voz burlona en su mente de su esposo.

— ¿Sí? — le respondió, preocupada —. ¿Crees qué sí? Es que me siento incómoda. Quiero volver a casa.

— Te siento, Bella. Tu incomodidad es la mía — rió —. Tranquila, unas horas más y estarás en casa.

— ¿Comiste?

— Lo hice.

— ¿Y estás bien?

— Muy cómodo, Bella. Tengo la cama para mi solito.

— Ojalá y te caigas de la cama.

La voz de Draco en su mente dejó de sonar. Se acomodó sobre el asiento y trato de sonreír.

Iba a matar a Draco por esto. Lo mataría. Desde que dijo que Bella necesitaba separarse más de él, obligaba a Bella salir con Astoria, visitar a sus padres y quedarse con ellos todo el día. Salir con su suegra a cualquier lado.

— Iré al baño — la chica se levantó —. Vuelvo ahora.

Bella asintió y Theo levantó el pulgar.

— Está muy emocionada, ¿cierto?

— Creí que por pasar tanto tiempo con Draco dejarías de ser tan ingenua.

— ¿Huh?

— Lo hace para molestarte.

— ¿A mi?

— Sí, Bella. A ti.

— ¿Y a mi por qué?

— Te casaste con el amor de su vida y ahora ella tiene que conformarse con la persona que te quiso toda su vida.

Se sintió aún más incómoda.

— No creo que quiera molestarme.

— No, claro — le dedicó una sonrisa de boca cerrada —. Me alegro que sigas siendo tan tú.

— ¿De qué hablan? — Astoria tomó asiento.

— Sobre algunas cosas del pasado.

— ¿Ah, sí? — arqueó la ceja —. Sigan, por favor. Yo también quiero escuchar.

Arranged marriage. (D.M)Where stories live. Discover now