Lentos Brinquitos 🐇 Jaywon 🐇

X

Jungwon se encontraba entre los brazos de Jay, comenzando a agitarse al tener que contarle sobre su secreto y trauma.

—Y-yo—. Jay acariciaba su espalda.

—Esta bien, está bien, de poco a poco—. Jungwon hizo un puchero y comenzó a sollozar bajito ocultando su rostro en el cuello del más alto.

Tan solo con recordarlo sentía como si estuviera viviendo de nuevo ese momento tan castrastofico, sintiéndose indefenso comenzó a desahogarse en los brazos de Jay.

—N-no Jungwon, no b-bebé

Las primeras lágrimas comenzaron a escurrir por las mejillas de Jay, su corazón se encogia y se quebraba al momento de escuchar el llanto de Jungwon, alguien había dañado a su pequeño.

Y el no había podido hacer algo para impedirlo.

—No te sientas presionado ni nada de eso, si no quieres contarlo ahora o incluso nunca, yo estoy bien con eso—. Jay lo abrazo, posando uno de sus brazos alrededor de su cintura mientras que el otro acaricaba su cabeza, la cual estaba sumergida en su cuello, mientras las manitas de este se aferraban a su espalda, sintiéndolo temblar.

—Te lo prometo Jungwon, que te protegere con mi vida entera.

—J-Jay— Los labios de Jungwon temblaban mientras levantaba su rostro encarando a Jay, quien no dejaba de abrazarlo.

—T-te a-amo.

—Yo también te amo—. El mayor besó su cabeza.

—¿Tú nunca me harás daño verdad?— Jay negó.

—Nunca te haré daño cariño, nunca—. Jungwon asintio mientras reposaba su mejilla en el hombro de este, tratando de calmar su llanto.

—Mi padrastro abuso de mi durante mucho tiempo cuando yo tenía 10 años—. Dijo Jungwon sintiendo que el peso en su espalda disminuía.

Jay apretó su mandíbula, sintiendo el enojo e impotencia recorrer su sangre.

—B-bebé— Jay llevo sus manos a las mejillas del menor, limpiando las lágrimas calientes que caían de sus ojos.

—T-tenia miedo Jay.

Jungwon hizo un puchero mientras su llanto volvía a intensificarse.

—N-no merecías eso Won, no mereces nada malo de este jodido mundo—. Jay beso sus mejillas.

—¿Aún me quieres?

—Ahora te amo aún más, por ser tan valiente y soportar todo eso durante años—. Jungwon sonrió un poco limpiando con su suéter sus mejillas—. Pero te prometo algo Jungwon.

El menor levantó su rostro, atento a las palabras del mayor.

―Nadie, nunca más volverá a dañarte, y si eso pasa, te lo juro que me encargaré de hacerle su vida una mierda.