Lentos Brinquitos 🐇 Jaywon 🐇

VII

Jungwon y Jay caminaban hacia la cafetería, el mayor notó que Jungwon iban un poco más cerca de lo normal y no puedo envitar sonreir, incluso sus hombros rozaban, había pasado 1 semana desde que habían dado el paso de tomarse de las manos.

—¿Qué compraras?— Jay preguntó pues ya estaban cerca de la cafetería.

—C-creo que compraré una malteada, si es que no te molesta—. Jay frunció el ceño.

—Won, ¿cómo me molestaría una malteada?— Jay sintió que su corazón se hizo pequeño, Jungwon tenía un grave problema de autoconfianza—. Además debes de alimentarte bien.

—E-esque, no lo sé—. Jungwon agachó la mirada.

Jay negó y tomó la mano del menor, entrelazando sus deditos y acariciando el y torso viendo como este solo observaba.

—Nunca me molestaré contigo, simplemente no puedo—. Jay le sonrió y las mejillas de Jungwon se sonrojaron mientras sonreía y asentía.

Park y Yang tomaron una mesa dentro de la cafetería, ya no estaban tomados de las manos pero Jungwon quería tomarla, la mano de Jay era muy cálida y suave.

—J-Jay— Jungwon dijo en tono bajo y el mayor no tardó en voltear.

—Dime, ¿quieres irte? ¿es mucha gente para ti?— Jungwon negó.

—Y-yo quiero tomar tu mano—. El menor se sonrojo y agachó su rostro.

—Oh, está bien—. Jay busco la mano de Jungwon y la entrelazo por encima de la mesa—. Puedes tomar mi mano sin mi permiso.

Jungwon asintio y con sus manos tomó la mano de Jay, acariciandola y jugando con uno de sus anillos, el mayor no pudo evitar sonreír de ternura.

—Entonces quieres una malteada ¿verdad?— Jungwon asintio—. Y te compraré un sándwich, en la mañana dijiste que no desayunaste.

Jungwon asintio de nuevo, no estaba prestando atencion, el estaba muy concentrado en jugar con la mano de Jay.

—Voy a ordenarlo, espérame aquí—. Jay dijo y con cuidado dejo la mano de Jungwon en la mesa.

Jay llegó con la comida y la coloco en la mesa, Jungwon tomó su malteada de fresa y el su café, pero el menor no tomo el sándwich.

—Tómalo y comelo Won— Jay le hablo pero Jungwon negó.

—No tengo hambre Jay.

El mayor negó y dejo su café, para comenzar a partir en trozos pequeños el sándwich y dirigirlo hacia la boca de Jungwon.

—Abre—. Jay hizo un sonidito chistoso y Jungwon rió abriendo su boca para tomar el bocado.

—Gracias—. Jungwon se sonrojo y agachó su rostro, todo esto era nuevo para él, su corazón se aceleraba y sus mejillas se coloreaba, se sentía bien.

—Lo comerás todo Won, quiero que comas bien—. Jay acaricio su mejilla y Jungwon no se alejó incluso sonrió cuando lo hizo, confiaba en Jay.

Jungwon y Jay regresaron al salón de clases después del tiembre, el menor fue hacia su lugar y Jay hacia el suyo, ambos estaban muy lejos.

Jungwon levantó su mano y susurro el nombre de Jay quien te inmediato volteo.

Jungwon se sentaba solo debido a la cercanía con las personas, pero ahora quería que Jay ocupará ese lugar así que sólo apunto a su lado y el mayor asintio, tomando sus cosas e ir hacia el.

—G-gracias— Jay negó y acomodó sus cosas.

Jungwon tomó la mano de Jay, sorprendiendo al entrelazar sus manos y ahora el acariciar su dorso.

—Ugh, Jay, ¿estás tocando al ratito? —Uno de sus compañeros dijo y Jay rechino sus dientes.

Jungwon intento alejar su mano pero Jay no lo dejo.

—Que te importa idiota, y no quiero que lo vuelvas a llamar de esa forma—. Jay ardía en enojo le molestaba tanto eso.

—Tú no me vas a decir que hacer Park—. Fue la gota que derramó el vaso de Jay.

Se levantó y tomó por el cuello al chico, estrellando su espalda a la pared.

Jungwon se levantó y tomó el brazo de Jay, no quería verlo pelear y menos por ya culpa.

—Mira estúpido, veo que lo tocas, lo miras o incluso respiras a su lado, te lo prometo pero te lo prometo en verdad que te las verás conmigo—. Jay lo aventó hacia las sillas haciéndolo caer y ver al chico asentir y correr hacia su lugar.

Jungwon tenía sus ojitos llorosos y Jay se volteó y lo vió.

—Lo siento bebé, no me gusta que hagan eso.

Jay lo atrajo por su brazo sin apretarlo con fuerza y lo abrazo sintiendo a Jungwon esconderse en su cuello.

—No puedo evitar enojarme cuando esos idiotas te dicen cosas, no puedo—. Jay acaricio su cabellera.

—Gracias—. Jungwon sonrió y abrazo un y poco más a Jay sintiendo sus brazos rodear su cintura.

—Te mereces lo mejor del mundo.