Capítulo 10: Nuevas vidas

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Cuando uno de los asaltantes la empujó y ella chocó de bruces con el sólido suelo pensó, sin duda, que iba a morir. Imaginó un mundo a solas y sin poder concretar sus sueños y supo que realmente la vida tenía un valor muy trascendental para ella.

Imaginó también a su padre, una de las razones mas importantes para ella, y comprendió que sí aquel momento era su final no lo podía hacer sin oponer resistencia.

A pesar de que tenía el arma cerca de su rostro no dudó por un instante en alzar la mirada y vislumbrar el caos en el que se encontraba sumida. El agresor apretó el arma y el dolor le cubrió por completo. El otro asaltante se había acercado a su padre quien sin oponer resistencia alguna se arrodilló ante la orden del hombre que le amenazaba con su cruento revólver. Al mismo tiempo, empujó a Lukas y a Albert de espaldas contra la pared. Sometiéndolos a todos ante un gran arrebato de adrenalina.

—¡Voy a matarla si no me das el dinero! —amenazó el agresor que le apuntaba a ella.

Alissa sintió un fuerte dolor en el pecho por la falta de oxígeno, había dejado de respirar presa del pánico. Su respiración le ardió y cada segundo que pasó era una punzada abrasante que le carcomía su alma.

El atacante comenzó a gritar.
Pero ella sólo sintió el objeto en su cuello: frío y mortal.

Inspiró lentamente. Y levantó la mirada.

Vio como el hombre con el arma en ristre golpeaba a su padre fuertemente en la cabeza y éste cayó pesadamente. Alissa se levantó.

De pronto, un clip metálico sonó muy cerca de su oído y ella sólo pudo correr hacia su herido progenitor.

No pensó en nada, porque su mente era un manojo de múltiples pensamientos entrecruzados por lo que no evaluó la situación y justo al llegar al charco de sangre que recorría la cabeza y un poco más allá de la espalda de su padre, alguien le gritó.

—¡¡¡NO!!!—.

Sintió un golpe. No supo en dónde pero justo al llegar al cuerpo inerte de Leonard, el asaltante más cercano le apuntó con el arma y disparó. Entonces Albert Colt la empujó a un lado y la bala le perforó. Fue en ese instante cuando verdaderamente el caos había comenzado.

...

La enfermera apareció con su inmaculado traje y sus tacones de punta fina resonaron al llegar. Alissa se despertó y se incorporó.

—Lo lamento señorita —exclamó la recién llegada al cruzar la puerta que daba al pasillo.

—Tranquila, no pasa nada. —respondió Alissa soltando la cobija—. Sólo tomaba un descanso.

La otra chica le sonrió afable. En su rostro se dibujó una sonrisa cordial y cálida como las que siempre le otorgaba Melissa Puente cuando se encontraba enferma o triste.

—¿Quiere entrar a verlo? —preguntó, de pronto, la enfermera—. Creo que sería lo justo.

Alissa se levantó rápidamente y la miró a los ojos, escrutándola.

—En serio, ¿puedo hacerlo? —respondió con voz entrecortada.

La otra mujer esperó unos segundos pensándose muy bien lo que iba a decir.

—No es permitido puesto que el paciente está aún en estado crítico. —explicó—. Pero reconozco que no pasará nada sí lo haces. Será nuestro secreto.

Y ambas sonrieron.

—Muchas gracias, de verdad. —agradeció Alissa.

La enfermera dejó los medicamentos sobre la pequeña mesa redonda de la sala de acompañantes.

Secretos de una ninfómana 🔞 (Completo)✅ (En físico) 😍Where stories live. Discover now