ᴏɴᴇ

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El camión de mudanza ya estaba fuera de su casa con todas las cosas dentro, o al menos las que su padre había dejado que se llevarán, era un hijo de puta, después de engañar a su madre todavía se dignaba a sacarlos de su propia casa.

En fin, ya se habia hecho todo lo posible y ahora ellos tenían que irse, había llegado el momento que estaba tratado de evitar durante las últimas semanas, Tsukishima tenia que despedirse de su mejor amigo. 

-No te deprimas, Tsukki, iré a visitarte pronto, así que no te preocupes.

-¿Quien dijo que estaba deprimido? Ya no veré tu molesta cara ni escuchare tu ruidosa voz. 

-Si a esas vamos... Por fin dejare de ver las aburridas películas y documentales de dinosaurios. 

-Yamaguchi, si te pasaste esta vez, pensé que también te gustaban. 

El peli-verde sonrió inocente. 

-Mira, tu mamá te esta llamando, Tsukki. 

-Tadashi. 

-Ya, esta bien... -- el peli-verde soltó un suspiro -- era mentira Tsukki, tu mamá no te está llamando.

-Siguele Yamaguchi.

-Perdooooon, ósea si me gustaban pero tampoco es que quisiera ver
Jurassic Park cada que iba a tu casa.

-Me pusiste haber dicho eso desde un principio o pudiste quitarla.

-Tsukki, la única vez que intenté quitar la película casi me quedo sin mano.

-¿De verdad?

-Si.

-Ummm pues no me acuerdo.

-Jodete.

Una carcajada salió de los labios del rubio, esa cara de ángel que tenía su amigo era sólo de adorno.

-Que bonita forma de despedirte tienes Yamaguchi.

-Lo sé, lo sé, ser bonito ya es un don que tengo incluido.

-Dios, Tadashi debes dejar de juntarte con Tsukishima.

-Es por eso mismo que me estoy yendo mamá, es por su bien.

Los demás se rieron por su pequeña broma, era la manera que tenía para aliviar la tención de su despedida.

-Kei, es momento de irnos.

La señora Tsukishima puso sus manos sobre los hombros de su hijo quien asintió cabizbajo.

-Yo... Tengo que irme ahora. 

El peli-verde, sin poder evitarlo, se lanzó a los brazos de su mejor amigo, tomandolo por sorpresa, aún así le devolvió el abrazo con torpeza.

-Suerte en tu nueva escuela, trata de no matar a nadie, siempre que quieras hacerlo recuerda que es ilegal, y si no puedes contenerte... Llámame y te ayudaré a esconder los cadáveres.

-Gracias, Yamaguchi, pero de verdad debes dejarte de juntar conmigo, soy una mala influencia.

-Ya sabía, lo supe desde que te conocí.

El rubio rompió el abrazo ofendido, pero sabía que su amigo tenía toda la razón.

-De verdad eso se pega, más te vale no juntarte con alguien idiota, que tal y también se te pega.

-Ya cállate Tsukki, tu madre te está esperando.

-Ya entendí, quieres que me vaya, esta bien, me iré, pero algo vas a querer de mi y te voy a decir que no.

-Si, como tu digas.

-Adiós, Yamaguchi.

-Hasta pronto, Tsukki.

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os meses habían pasado desde aquella despedida, Tsukishima y Yamaguchi aún seguían en contacto, todos los días se llamaban, aunque, lamentablemente, Yamaguchi aún no había podido ir a visitar a su mejor amigo, quien siempre se quejaba de sus compañeros de equipo, justo como lo hacía en ese momento.

-Ya no los aguanto, se la pasan peleando todo el jodido tiempo.

-Vamos Tsukki, no puede ser tan malo.

-Claro que puede, es horrible, lo bueno es que Kita- san siempre termina regañandolos.

-Al parecer respetas mucho a Kita- san, ¿no es así?

-Tengo que admitir que si, es un buen sempai y lo respeto, además es el único que mantiene a raya a los Miya.

-Ahora que lo describes... Mi sempai también es así.

-¿Cual de los tres?

-Daichi- san, él siempre está regañando a Hinata y Kageyama, tiene una paciencia infinita.

-Por lo que me cuentas, ellos dos también son un dolor en el trasero.

-En realidad...-

-Tsukishima- kun, deja de coquetear de una vez y ya ven a entrenar con nosotros.

-Creo que los invoque, dame un segundo Yamaguchi. --el peli-verde asintió sin sabiendo que no lo veía y se sintió estúpido por eso -- Atsumu- san, no estoy coqueteando con nadie, no soy usted.

-Yamaguchi, el entrenamiento está por comenzar, vamos antes de que Daichi venga molesto. -- el menor tapó el alta voz mirntras su sempai hablaba

-Si, Suga- san, voy enseguida. Tsukki -- volvió su atención a la llamada -- tengo que irme, te hablo después.

-Tsukishima- kun fue secuestrado por mi hermano, pero yo le paso tu recado emmm... -- una voz desconocida respondió.

-Soy Yamaguchi, Tadashi Yamaguchi.

-Un gusto, yo soy Osamu Miya y te dejo antes de que tu capitán se moleste.

-Ok, hasta luego, Miya- san.

Y colgó antes de obtener una respuesta, se le estaba haciendo tarde para ir a entrenar y Daichi era verdaderamente aterrador cuando se molestaba, y él no quería ser el causante de su enojo, para eso estaban Hinata y Kageyama.

Te detesto Where stories live. Discover now