#012 (1)

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La casa de Soobin se encontraba en total silencio, evidentemente, siendo las cinco y media de la madrugada, Beomgyu permanecía plácidamente dormido en el ancho sofá gris que adornaba el salón del pelinegro.

El tintineo de unas llaves se hicieron presentes, de forma silenciosa Yeonjun pretendía entrar en el apartamento sin despertar a alguien y mucho menos asustar con su llegada, pero el asustado fue él al encontrarse al menor en el salón durmiendo.

Al ser tan temprano todavía hacía frío y el teñido podía ver cómo Beomgyu lo sentía, aún durmiendo estaba levemente encogido en busca de calor. Yeonjun con la incógnita de no saber qué hacer, dejó en el suelo la bolsa de papel color verde claro que llevaba en sus manos en el suelo, para una vez tener las manos libres arropar al menor con las mantas que permanecían dobladas al final del sofá.

—¿Dónde... Dónde estabas? — preguntó Beomgyu aún con los ojos cerrados, sintiendo suavemente cómo la manta tapaba todo su cuerpo.

La misión de no despertar al menor fue completamente fallida y ahora Yeonjun debía de decir algo.

— ¿Por qué estás durmiendo en el sofá? ¿Tan mal te ha tratado Soobin? — preguntó de vuelta Yeonjun.

— Es más cómodo aquí — contestó el menor mientras frotaba sus ojos y se reincorporaba poco a poco.

Esta vez el teñido rió un poco por abajo.

— Está bien, pero ahora debes de ir a dormir en alguna cama, te dolerá todo el cuerpo dormir en un sofá.

— ¿Qué es eso de atrás? — y bueno, Beomgyu no era ciego después de todo.

Yeonjun apretó los ojos levemente y suspiró con nerviosismo. Era la primera vez que preparaba algo por alguien y encima en un cumpleaños, no estaba acostumbrado pero empeñó todo su esfuerzo y creatividad en aquello, en el regalo de cumpleaños para Beomgyu.

—Traté de volver más temprano pero... Feliz cumpleaños atrasado, supongo. —Respondió el mayor mientras se arrascaba la nuca, un poco tímido quizás.

Beomgyu en ese momento no sabía qué contestar, solo sintió una energía fuera de lo común suponiendo que se acababa de despertar y era de madrugada todavía. Antes de decir nada, miró al alto que tenía al frente y se puso de pie. Sin pensarlo dos veces le abrazó, era la primera vez que lo abrazaba de esta forma y la primera vez que sonreía desde hace mucho tiempo.

Yeonjun estaba dudando seriamente si realmente esto estaba bien, si era normal sentir sus piernas no podían moverse y dificultad de mencionar palabra. Pero de lo que no dudaba era en rodear con ambos de sus dos brazos tatuados -ahora cubiertos- al torso del castaño y recibir encantado la cercanía, y ahora más, notando de cerca la diferencia de estatura; aunque no era exagerada, le parecía tierna.

— No te tenías que haber molestado en esto, en serio. — respondió Beom, aún aferrado al cuello del mayor.

— Siempre llego tarde a los cumpleaños, pero nunca sin regalo — contestó Yeonjun, robando la risa de Beomgyu mientras finalmente se separaba del abrazo. Se sentía raro ahora.

— Eres imbécil. — dijo antes de que su risa cesara.

¿Recordáis cuando Yeonjun no tenía gusto para preparar regalos? Bueno, Beomgyu era víctima de la indecisión y espontaniedad de Yeonjun reflejada en el contenido. La bolsa era de papel con asas de lazos color blanco, una vez lo abrió pudo ver cuatro paquetes de trozos de tarta de diferentes sabor con la justificación "No sabía que sabor te gustaba más" de Yeonjun, también encontró una vela roja y un paquete de...

— ¿Rotuladores? — Preguntó examinando la caja de colores de 12 tonalidades diferentes.

Tras estar 40 segundos sin recibir respuesta, se animó a levantar la vista hacia el contrario. Mala idea. O la mejor.
Yeonjun estaba por pasar su camisa arriba de su cabeza, dejando su chaqueta y camisa en el otro lado del sofá, dejando ver sus tatuajes sin vergüenza.

— La serpiente del brazo me lo hice a los dieciséis, estuve expulsado de clase durante dos semanas, el colegio decía que era un delincuente — Contó Yeonjun para después dejar salir suaves carcajadas. — Esta sigue hasta el hombro derecho, rodeando la espalda — le dio la espalda al castaño para que pudiera verla y después girar el rostro a su dirección.
— ¿Podrías colorearme? — pidió ahora.

Beomgyu estaba asimilando todo mientras tenía los trozos de pastel apunto de ser abiertos, o más bien caídos, porque nada más ver lo repentino que fue ver tal torso ajeno desnudo simplemente sintió cómo se atraganta a con su propia saliva.

El teñido se sentó en el sofá esperando pacientemente alguna respuesta del contrario.

Frunció el ceño, abrió la boca, la cerró, apartó la mirada y abrió la caja con dedos tanteantes. Esa secuencia fue visualizada para Yeonjun y no reprimió alguna carcajada siquiera.

— ¿Desde cuándo tenías la idea preparada? — preguntó el más bajo sin ser capaz de mirarle aún intentando abrir la caja de rotuladores.

— ¿Celebrar tu cumpleaños a las cinco de la mañana o pedirte que pintes mis tatuajes?

— Si lo dices así es evidente que al menos la creatividad no te falta...

— ¿Por qué te sorprendes? Podría ser peor. — respondió Yeonjun encogiendose de hombros, indiferente.

— No lo dudo. — concluyó Beomgyu con una suave risa para ya por fin acercarse al contrario con varios colores en mano.

Había escogido rosa, verde, morado, azul, amarillo y negro. Trató de no verse más nervioso de lo que estaba y se sentó al lado de Yeonjun, notando como este sonreía de lo más normal.

Antes de empezar tenía que ver cuál tipo de lienzo -llamado Yeonjun- era en el que trabajaba. Se acercó un poco más y pudo ver una escondida fila de plumas pintadas en tinta desde la parte baja de su cuello terminando en las clavículas, concluyendo que no había visto tal tatuaje anteriormente.

Decidido a comenzar en colorear aquellas plumas, quería pedir un favor.

— ¿Te importa cerrar los ojos? Es un tanto estresante notar viéndome todo el tiempo.

— ¿Te pongo nervioso entonces?

— Me estresas, no es lo mismo.

— Lo que digas, cumpleañero. — concluyó la conversación por parte de Yeonjun para de forma obediente, cerrar sus ojos esperando que la pluma húmeda de color toque su piel. Lo malo es que no contaba con que el menor se sentara encima de él, poniendo sus dos piernas a los lados de los suyos propios.

Beomgyu carraspeó un poco incómodo para finalmente hablar. — Es... Es que es más cómodo así, terminaré rápido de todas formas.

Yeonjun levantó la ceja y la comisura de sus labios estaban por separarse en una risa al imaginar la cara del contrario roja como un tomate. — Posición interesante. Soobin nos echaría a patadas de su apartamento si nos ve así, ¿lo sabes? —habló aún con los ojoa cerrados.

— Si dejaras de hablar podría quitarme antes de esta interesante posición y Soobin no nos echaría. — amenazó el castaño concentrado en pintar bien los dibujos de tinta.

— Me haces cosquillas.

— Cállate.

— ¿No puedo abrir los ojos ni un segundo?

— No.

— ¿Te queda mucho?

— Sí, y si sigues hablando también puede que te clave el rotulador.

Y efectivamente el teñido rió sin esperar menos. Le encantaba molestar a Beomgyu y sus amenazas, si es que se consideran así. Mientras reía pudo notar cómo el cuerpo de arriba suyo estaba por quitarse suponiendo que estaba molesto al no colaborar con estar callado. Antes de que pudiera levantarse por completo tomó una de sus manos y su cintura para que no se fuera, casi por reflejo se aferró un poco más al castaño, aún manteniendo la promesa de no abrir los ojos.

El cumpleaños iba a ser largo.




HOLAAAA, soy alex espero que nadie se haya olvidado de mi T_T
Quería agradecer a la gente que sigue leyendo mis fics y por supuesto, esperando cada actualización.
Próxima actualización será la segunda parte del capítulo 12, que es especialmente un poco más largo.

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⏰ Last updated: Dec 26, 2021 ⏰

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nerves - yeongyuWhere stories live. Discover now